Por Marcos Galicia
En reiteradas ocasiones hemos narrado cómo la única universidad pública de Guatemala (USAC) fue cooptada por mafias que se han enquistado en las instituciones del Estado y que, debido a la influencia de la USAC en las elecciones del Organismo Judicial, Corte de Constitucionalidad y otras dependencias del Estado necesitaban tomarla por asalto para garantizarse impunidad a ellos y a quienes ostentan el poder en Guatemala.
Después de un proceso ilegal liderado por Walter Mazariegos Biolis y con el aval de los internacionalmente sancionados por corrupción, el expresidente Alejandro Giammattei y la fiscal general del Ministerio Público Consuelo Porras, consumó el fraude electoral que lo impondría como rector desde el año 2022, comenzando así un régimen de excepción en la USAC y que traería consigo una serie de criminalizaciones y represiones en contra de quienes se oponen al fraude.
Pero dos años después, las resistencias continúan actuando con perfil un bajo, acosadas por la administración, docentes y estudiantes afines al régimen. Los docentes de la resistencia siguen dando clases bajo acoso laboral limitando su libertad de expresión, el estudiantado recibe clases en instalaciones deterioradas y las y los trabajadores que no se doblegan ante el régimen también sufren despidos injustificados e intimidaciones.
Este año, terminando el proceso de elección en el organismo judicial, en donde el pueblo sufrió otra derrota, sale a la luz una noticia que podría indicar que la correlación de fuerzas políticas deja de inclinarse a favor de Walter y su régimen. La Corte de Constitucionalidad ordenó al Consejo Superior Universitario (CSU: máxima autoridad en la USAC) a convocar de inmediato a elecciones para renovar a 32 de los 41 cargos del CSU que ya vencieron (Centranews 03/10/2024). Su periodo para el que fueron electos ya venció, pero no convocan a elecciones porque saben que pierden.
Pese a que el equipo legal de Walter sigue apelando para retrasar el proceso lo más que se pueda. El final de dicho régimen es inevitable pues la Contraloría General de Cuentas también advirtió al CSU que las decisiones de quienes ya sobrepasaron su periodo podrían no tener validez ni certeza jurídica. La Sala Primera de la Corte de Apelaciones de lo Contencioso Administrativo también ordenó al CSU a convocar a elecciones y así otras salas se pronuncian en el mismo sentido.
El proceso de convocatoria será retrasado por unos meses más pero no para siempre. Entonces es necesario cuestionarnos ¿existen organizaciones estudiantiles, de docentes y trabajadores realmente sólidas para exigir que se cumplan las elecciones respetando la normativa e institucionalidad? Estos movimientos han sido mermados y atemorizados por la criminalización que surge desde el Ministerio Público de Consuelo Porras ¿Aún confiamos en las instituciones del Estado Burgués? ¿Incluso después de los resultados de las elecciones en el sector justicia en donde personajes vinculados a la corrupción fueron juramentados por el partido Semilla?
¿Cómo posicionamos a candidatos idóneos en el CSU, en las aulas y en el sector administrativo? Las resistencias están fragmentadas y divididas, lo cual impide articular un frente común o incluso entablar diálogos. El dogmatismo de ver “quién es el más digno” ha estropeado la posibilidad de promover candidatos que realmente luchen por la autonomía universitaria. Esto es y será aprovechado por el régimen usurpador para posicionar a su gente en “elecciones exprés” y así ocupar en reiteradas ocasiones el CSU para mantenerse a flote con el apoyo de Consuelo Porras quien, por cierto, desestimó todos los casos en los que se podía procesar penalmente a Walter por desobedecer órdenes de reinstalar a una empleada que había sido despedida injustificadamente.
Mientras tanto, hay elecciones en las asociaciones estudiantiles y esto puede representar una oportunidad para que nuevas generaciones y nuevos rostros puedan aprender de los errores de sus antecesores para recuperar a la USAC de las mafias y poder desestancar a la Asociación de Estudiantes Universitarios AEU. Aún así, el régimen postulará a grupos de estudiantes que les sean leales y serviles, pero, sobre todo, que mantengan el silencio cómplice. No debemos perder la esperanza ¡Renacerás USAC!