Por Armando Tezucún

Los días 11 y 12 de abril se llevó a cabo en Guatemala la III Conferencia Internacional de Solidaridad con Guatemala “Defensa de la Democracia y los Derechos Laborales”. Esta conferencia fue realizada como un esfuerzo conjunto entre la Mesa Sindical CSA Guatemala (integrada por las centrales sindicales guatemaltecas CGTG, CUSG y Unsitragua Histórica), la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA) y la Confederación Sindical Internacional (CSI), con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El objetivo de la actividad fue: “Reflexionar sobre el actual contexto político de Guatemala, las históricas condiciones de violencia, impunidad y déficits en materia de derechos humanos y laborales, para formular propuestas a elevar hacia el gobierno y al Estado que contribuyan a profundizar la democracia, el estado de derecho y de esta manera el pleno respeto a los derechos humanos, y la adopción de medidas concretas por un desarrollo político, económico y social con empleos decentes y garantía de la libertad sindical como elementos de justicia social y desarrollo sustentable” (documento de agenda del evento).

La estructura de la conferencia consistió en tres paneles y una mesa redonda, que abarcaron temas como el contexto económico, político y social de Guatemala; la situación laboral y sindical en el país; una nueva perspectiva para la clase trabajadora en que se fortalezca la democracia y el desarrollo a partir del diálogo social; y una mesa redonda sobre propuestas para la libertad sindical, derechos laborales, el desarrollo social, el diálogo social y derechos humanos. Los numerosos expositores y expositoras hacen parte del movimiento sindical guatemalteco, de las confederaciones sindicales internacionales mencionadas, de la OIT, ministros del gobierno guatemalteco, representantes de organizaciones empresariales y académicos. El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, se hizo también presente, brindando un breve saludo a los participantes del evento.

Así mismo estuvieron presentes delegados sindicales de Argentina, Bélgica, Brasil, Colombia, El Salvador, España, República Dominicana, y representantes de numerosos sindicatos y organizaciones sociales guatemaltecas.

En enero de 2008 y julio de 2011 se realizaron las dos conferencias anteriores, con el tema del papel de los sindicatos la lucha contra la impunidad, y el respeto de los derechos humanos, laborales y sindicales en Guatemala.

El tripartismo

A nuestro criterio, dos ejes estuvieron en el trasfondo de la conferencia. El primero es el llamado tripartismo. Este concepto consiste en que la legislación que protege los derechos laborales, sociales y sindicales, debe ser discutida y decidida entre las organizaciones sindicales, patronales y los gobiernos, constituyéndose un diálogo social institucionalizado. Este es el eje sobre el que se fundamenta la OIT, y el accionar de organizaciones como la CSA y la CSI, de origen socialcristiano o socialdemócrata. Recordemos que la OIT tuvo su inicio en los Tratados de Versalles que pusieron fin a la Primera Guerra Mundial, y fue una respuesta de los imperialismos al ascenso revolucionario del movimiento obrero, que cristalizó en la Revolución Rusa de 1917.

“Los negociadores de Versalles querían evitar que se repitiera el malestar social de la época anterior a la Primera Guerra Mundial, causado por la explotación de la clase obrera en la era industrial. La Revolución de Octubre en Rusia, en 1917, y el ascenso del comunismo les parecían sucesos inquietantes ante los que era esencial y urgente encontrar respuestas. Una de ellas fue la fundación de la OIT bajo el lema aún hoy vigente: ‘Una paz universal y duradera solo puede basarse en la justicia social’” (Luc Cortebeeck, “Aún queda trabajo por hacer. El futuro del trabajo decente en el mundo”, 2023).

Este concepto de colaboración de clases para evitar la revolución social es la base del tripartismo, y guía, en última instancia el actuar de la CSA, la CSI y otras organizaciones sindicales internacionales. Los compañeros de las centrales sindicales guatemaltecas han sido absorbidos por la institucionalidad internacional que se basa en esta concepción, sin duda como resultado de la búsqueda de apoyo contra los constantes irrespetos y violaciones a los derechos laborales y sindicales, y la impunidad de que han gozado las patronales que los comenten; es comprensible la búsqueda de este apoyo internacional, pero la dirigencia sindical debe tener claridad sobre la concepción política detrás de la OIT y este sindicalismo internacional.

¿Respaldo al gobierno de Arévalo?

En concordancia con la concepción de colaboración de clases subyacente a estas corrientes sindicales internacionales y a la OIT, un segundo eje atravesó la conferencia: el apoyo al gobierno de Bernardo Arévalo. Para la CSA y la CSI, la llegada a la administración del Estado guatemalteco de un gobernante con un programa democratizante, progresista y anticorrupción, abre las puertas a una nueva etapa en que los derechos sindicales y laborales podrían empezar a ser respetados, y podrían darse cambios favorables al bienestar de las clases trabajadoras y la libertad sindical.

Así lo expresó Rafael Freire, secretario general de la CSA en su discurso durante la inauguración del evento: “No nos confundamos sobre la centralidad de la acción sindical en Guatemala … Tenemos una oportunidad histórica aquí en Guatemala … no nos perdamos en temas secundarios, en posibles contradicciones; hay que defender este gobierno, hay que defender que este gobierno sea de todos los guatemaltecos, porque la construcción de la democracia aquí en este país, pasa para que el gobierno del presidente Arévalo logre conquistas y victorias aquí en este país … no confundamos que sea igualito a otro gobierno de derecha, no perdamos la oportunidad histórica y defendamos en nuestros locales de trabajo esta experiencia aquí…” … “Tengamos mucha racionalidad, mucha claridad política para saber cuáles son las contradicciones principales y las secundarias ... Hay una centralidad en Guatemala, que es hacer vencer y hacer prevalecer la democracia en este país” (https://www.youtube.com/watch?v=OszxkTUuf8g).

En su discurso de cierre, Feire fue más lejos, y expresó que sólo hay dos posturas, una a la par de la extrema derecha que quiere sabotear al gobierno de Arévalo, y otra de respaldo incondicional al presidente, y que la izquierda que pretenda hacer oposición al gobierno, se pone del lado de la extrema derecha.

Un delegado de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Colombia, al tomar la palabra en un momento de preguntas de los asistentes, afirmó que cuando llega al gobierno un presidente democrático y progresista, hay que darle el respaldo total, poniendo como ejemplo su organización, que da su apoyo incondicional al presidente colombiano Gustavo Petro.

Conclusiones de la conferencia

El documento final de la conferencia expresa las expectativas que el movimiento sindical ha puesto en el gobierno de Arévalo: “…el actual gobierno presenta una visión y compromiso más democrático de los que ha tenido Guatemala anteriormente, aunque advertimos que los poderes fácticos, las oligarquías, sectores del gran capital, sectores de la prensa, atentan contra la gobernabilidad democrática, hechos que nos llevan a los movimientos sociales, sindicales y sectores democráticos, a defender la voluntad popular expresa en las últimas elecciones…Saludamos las manifestaciones de las actuales autoridades cuando afirman que no hay democracia sin justicia social, que los derechos laborales son derechos humanos y reconocen que en varios sectores del Estado no se cumple con su respeto, promoción y garantía. … Mantenemos una profunda disposición a ser parte del proceso de reconstrucción de las garantías democráticas y la defensa del interés de la clase trabajadora. Estaremos vigilantes y movilizados ofreciendo nuestro respaldo a aquellas medidas y políticas que vayan en favor de la defensa la democracia, los derechos sociales, laborales y sindicales” (Documento de declaración de la conferencia).

Lo que no menciona el documento, ni mencionaron los asistentes al encuentro, es que el entonces presidente electo Arévalo, en confabulación con la embajada de Estados Unidos, frenó las grandiosas manifestaciones populares que tuvieron lugar en octubre del año pasado en defensa de los resultados electorales; para ello llegó a acuerdos con las organizaciones de la burguesía y la dirigencia pequeñoburguesa de las organizaciones indígenas. Estas protestas ya no eran convenientes para los negocios de los empresarios, y se estaban saliendo de control, amenazando con poner en peligro el sistema en su conjunto.

Arévalo y su gobierno solo pretenden que el capitalismo funcione mejor, que los negocios no sean segados ni obstaculizados por la corrupción. Para ello sus principales aliados son los imperialismos estadounidense y europeo, y una buena parte de la burguesía guatemalteca. Al pueblo trabajador y al movimiento sindical le cederá lo que esos aliados le permitan ceder.

Los compañeros de la dirigencia sindical deben elaborar un plan de demandas básicas que exigir al gobierno de Arévalo; en primer lugar, en lo que respecta al salario mínimo, eliminando las circunscripciones económicas, la diferencia entre salario agrícola, no agrícola y de exportación y maquila, eliminar el reglamento del trabajo a tiempo parcial; además la resolución favorable de las demandas y juicios laborales.

Frente a las amenazas de la extrema derecha y los poderes corruptos, debemos defender los derechos democráticos del pueblo trabajador, pero nunca confiar ni dar nuestro respaldo ciego al gobierno burgués y proimperialista de Bernardo Arévalo.

 

 

 

Hemeroteca

Archivo