Por Edmundo Dantés
Hace un par de años los bienes producidos por Nicaragua se vieron favorecidos por la bonanza de los altos precios internacionales. El año pasado, por ejemplo, el país logró batir récord en la entrada de divisas, pero no en el volumen exportado. En 2011 las ventas al exterior ascendieron a 2,346 millones de dólares (23.38 por ciento más con relación a 2010), pero se dejó de exportar 22 mil toneladas (1.38 por ciento menos que en 2010), según datos del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex).
Actualmente lo que vemos es la bajada de esos precios acompañada de la ascendente preocupación de los productores.
Hace unos tres meses el presidente de la Cámara Nicaragüense de Plantas Exportadoras de Carne Bovina (Canicarne), Onel Pérez, admitió los riesgos de una reducción de precios de los alimentos, pero expresó que el de la carne se mantendría estable. En estos momentos el sector está recibiendo $9 menos por la carne industrial. Se dice que por la aparición del caso de “Vaca Loca”. Pero el problema no es que Nicaragua tenga o no la “Vaca Loca”, sino que el consumidor norteamericano, por miedo, reduce su compra. El precio (de la carne) en Estados Unidos bajó en un 6%, la proyección es que caiga un 10%.
Ahora bien, el precio del café se ha desplomado. El 12 de enero el quintal de café a futuro se cotizaba en 233.90 dólares, pero el 16 de febrero cayó a 199.30 dólares. El director ejecutivo del Cetrex, Jorge Molina no cree que la crisis Europea afecte las proyecciones de exportación de Nicaragua para este año, porque el país apenas envía a esos mercados menos del 30 por ciento de sus productos. Aquí se equivoca Molina; 20% representa una clientela importante. La crisis de la UE, de gravarse, por supuesto que impactaría negativamente.
El panorama es precisamente el contrario al anterior, en que el gobierno de turno pudo jactarse de hacer marchar la economía, presumía por la subida de las exportaciones y la mejora de la balanza comercial de Nicaragua. La bonanza terminó y ante el ocaso de los precios altos se asoma el amanecer de la rigidez.
El panorama se torna, pues, mucho más desolador. Los exportadores y productores ya temen una caída en el precio de los productos. “Siempre somos dependientes del vaivén de los precios internacionales. No hemos prosperado en la productividad ni siquiera de nuestros dos productos claves”, reconoce Azucena Castillo, gerente general de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN) (La Prensa, mayo 27 2012).
¿Por qué es tan significativa una caída de los precios internacionales para Nicaragua? La razón es que Nicaragua no produce ni exporta el volumen necesario de bienes. Esto impide que su participación en el mercado de los diferentes productos sea relevante por lo cual nuestro país en un tomador de precios. Entonces, ¿por qué Nicaragua no produce lo suficiente? Nicaragua posee una herencia natural privilegiada de factores básicos para la producción, el problema es que sufre importantes debilidades en los agentes avanzados requeridos para la agricultura moderna. El problema no son las lluvias, las lluvias son abundantes pero la irrigación es pobre
A pesar de ser un país donde predominan las actividades agropecuarias sobre las demás actividades económicas, el sector primario es uno de los más desprotegidos de la nación. Hay suficientes tierras fértiles planas y extensas, pero no hay caminos de penetración, tenemos el potencial de producir todo el año, pero predomina la agricultura de un ciclo. En resumen, Nicaragua tiene alta dependencia de los precios externos debido a su baja productividad.
De continuar esta tendencia, pronto veremos al gobierno “cristiano, socialista y solidario” castigar al pueblo con sus recortes y políticas de austeridad al mejor estilo de sus antecesores gobiernos neoliberales. De continuar esta tendencia, probablemente se terminarán los bonos y los beneficios que el FSLN estaba acostumbrado a repartir, y tendrá que apretar el cinturón a toda la sociedad. Es casi un hecho consumado que los recursos provenientes del extranjero disminuirán en el periodo inmediato, no solo por la caída de los precios, sino por la situación de crisis económica generalizada que atraviesan las potencias imperialistas, situación de crisis que se hará sentir en Nicaragua y el resto del istmo centroamericano.
Hasta ahora “los compañeros” del gobierno sandinista no habían enfrentado una situación que implicara importantes cambios en la política económica neoliberal con asistencialismo social. Los trabajadores tenemos que estar pendientes de estos virajes que afectarán directamente nuestro deteriorado nivel de vida.