Por Marcos Galicia.

El aumento explicado en cifras

Con una inflación del 4.18% a finales del 2,023 el gobierno del expresidente Alejandro Giammattei anunció un aumento al salario mínimo (actividades agrícolas, no agrícolas, exportadora y de maquila) priorizando un aumento al departamento de Guatemala con 6% y un porcentaje menor de 4% para los 21 departamentos restantes (Prensa Libre, 19/12/2023). Por ejemplo, el salario en la actividad agrícola para el departamento de Guatemala se establece en Q107.11 diarios mientras que en el resto de departamentos el salario diario es de Q102.44.

Dicho anunció generó distintas reacciones en los sectores laborales ¿por qué? Según la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES) “el salario mínimo debería estar por arriba de la Canasta Básica de Alimentos (CBA)”. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) la CBA cuesta un promedio de Q3,904.98 pero es más alarmante el precio de la Canasta Ampliada (CA) con un costo promedio de Q9,016.35. ¿Alcanzará el salario mínimo agrícola de Sololá con Q3,374.42 para tener una vida digna?.

Es necesario aclarar que la CBA contempla la cantidad de alimentos necesarios para cumplir el requerimiento energético mínimo mientras que la CA incluye también servicios de salud, mobiliario, entretenimiento, transporte, entre otros. Según datos del Banco Mundial (BM) la economía informal representa un 49% del Producto Interno Bruto (PIB) del país por lo que una gran parte de la población ni siquiera tiene acceso a un salario mínimo ni seguro social.

“Pedir peras al olmo”: los retos del nuevo gobierno

A pocos días de la entorpecida transición de poder en donde el partido progresista “Movimiento Semilla” asume el poder Ejecutivo en medio de intentonas de golpe de Estado -por parte de mafias criminales que han secuestrado la institucionalidad pública del país para enriquecerse ilícitamente- el partido, las autoridades ancestrales, la sociedad civil y demás sectores que evitaron un golpe de Estado técnico, enfrentan el gran reto de hacer transformaciones profundas en la economía del país, particularmente.

Por ahora -por el poco tiempo transcurrido- aún no podemos ver mucho del cumplimiento de las promesas de campaña del partido ganador con relación a la economía. La mafia criminal -coludida con el narcotráfico y con el aval de la oligarquía- se resiste a abandonar los negocios sucios que tienen en el Estado por lo que harán todo lo posible por entorpecer al nuevo gobierno y sus acciones y también el nuevo gobierno es un partido socialdemócrata por lo que no luchará contra el capital sino que, como toda democracia liberal, buscará proteger al capital, después de todo Estados Unidos ha respaldado al nuevo gobierno.

Este aumento no resuelve ni apacigua las grandes cifras de pobreza, desigualdad y desnutrición. Los bienes públicos han sido saboteados, privatizados y saqueados resultado de años de cruento neoliberalismo y por otro lado, los proyectos socialistas siguen recuperándose después de la embestida recibida a finales del siglo pasado con la guerra. El estado actual de la lucha de clases en Guatemala es paupérrimo. Son tiempo difíciles, sin embargo el nuevo gobierno da aires de esperanza a muchos sectores del país

La lucha por la defensa del salario real

Si bien, aún no existen las condiciones materiales para una revolución en Guatemala, las manifestaciones realizadas a nivel nacional en octubre del año pasado -y en los meses siguientes- resultaron en un ejercicio en donde la sociedad civil reivindicó sus derechos colectivos, la importancia de la participación política y mayor reconocimiento a la lucha de los pueblos originarios.

Mientras el proyecto capitalista de la oligarquía guatemalteca -conglomerada en el CACIF- siga en pie no lograremos obtener salarios y trabajos dignos para las grandes mayorías, estos pequeños cambios no responden a las necesidades de un país castigado con la pobreza. Es necesario rescatar nuestra conciencia e identidad de clase e intensificar la lucha de clases, luchando por aumento de salarios cada vez que suba el costo de la vida.

Seguimos en deuda con la niñez guatemalteca porque tenemos índices de desnutrición infantil muy elevados y alarmantes. Así que si esto no es motivo suficiente para luchar por mejores condiciones de vida entonces, ¿Qué lo es?.

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