Por Marcos Galicia

El pasado viernes 8 de diciembre el Ministerio Público -MP- de Consuelo Porras presentó en conferencia de prensa más “evidencia” y hallazgos del caso “Corrupción Semilla” (Prensa Libre 08/12/2023). Según el MP, estos hallazgos pueden invalidar las elecciones generales celebradas en Guatemala durante este año y con ello Bernardo Arévalo y Karin Herrera -binomio electo- no pueden asumir como Presidente y Vicepresidenta el próximo 14 de enero de 2024.

La reacción ciudadana al día siguiente se compuso de una conferencia de prensa por parte del sector de mujeres, comunicados de prensa de distintas organizaciones y reacciones frente a las acciones del MP en redes digitales. Pero lo que más resaltó ese día fue la reunión del binomio electo y su equipo con senadores y congresistas de los Estados Unidos en donde dialogaron acerca de la situación democrática de Guatemala ante la amenaza del impedimento de la transición de poder el próximo año.

La ausencia de acciones fuertes y articuladas por parte de la sociedad civil frente al golpe de Estado técnico dirigido por el régimen de Giammattei podría ser un indicador de que las personas están cansadas y que probablemente aún no existe una articulación real entre los distintos sectores de la sociedad. Con dicha conferencia de prensa, el MP asesta sus últimos golpes para evitar la transición de poder y con ello mantener a flote al régimen político de corrupción e impunidad que tiene sometido al país en la pobreza y violencia.

A dos meses de las jornadas de manifestaciones de octubre, ya no se percibió la misma fuerza ciudadana y los bloqueos se acabaron. Ya se han cumplido más de 70 días del plantón establecido a las afueras del MP y la cantidad de personas presentes ha disminuido, y el plantón frente al congreso fue levantado. Pero también seguimos viendo manifestaciones convocadas por dirigentes indígenas, como la del 4 de diciembre; y la del 7 de diciembre convocada por el presidente electo Arévalo, que contó con la presencia de las autoridades indígenas y políticos burgueses de oposición que aprovecharon para hacer imagen. Y la “quema del diablo” que se celebra cada 7 de diciembre y que en esta ocasión los diablos representaron a integrantes del pacto de corruptos y la alianza criminal del régimen de Giammattei.

Pese a las manifestaciones desde octubre del presente año, no hemos visto la renuncia de ninguno de los actores clave del golpe de Estado ni tampoco que retrocedan en sus acciones. Entonces es necesario cuestionar qué otras acciones son y serán necesarias para expulsar al régimen actual, recuperar la institucionalidad pública -que ha sido secuestrada por una mafia criminal- y llevar ante la justicia a los oligarcas atrincherados en el CACIF.

El binomio electo ha recurrido a la comunidad internacional -principalmente Estados Unidos EEUU y la Unión Europea UE- para hacer presión al régimen de Giammattei y garantizar la transición de poder. Los estadounidenses han retirado la visa a distintos actores y actoras del golpe de Estado, desde integrantes del MP, Congreso, Universidad de San Carlos de Guatemala -Walter Mazariegos- y finalmente a Miguel Martínez “Miguelito” hombre de confianza y pareja sentimental del actual presidente a quien también se le aplicó la ley Magnitsky.

El partido Semilla -al cual pertenece el binomio electo- ha demostrado reposar su confianza en la UE y los EEUU. Pero al analizar la real politik podemos comprender que los estadounidenses ya no tienen la misma fuerza e influencia que tenían en América Latina décadas atrás. La fuerza e imagen de ambos poderes se ha visto cuestionada y debilitada debido a grandes fracasos como lo han sido Afganistán, Ucrania y que no han logrado contener a su vecino incómodo Nicaragua.

Tanto la UE como EEUU han demostrado que no pueden garantizar la estabilidad y seguridad para sus socios y aliados, así que no hay ninguna garantía de que la transición de poder en Guatemala sea exitosa. El país centroamericano está al borde del abismo, en donde se terminará de instaurar algo muy parecido a las autocracias y dictaduras del siglo veintiuno y que muy probablemente Bernardo y Karin no tomarán posesión si las fuerzas sociales y ciudadanas no se articulan y continúan relegando sus luchas a operadores en el extranjero.

Recientemente EEUU retiró visas a más de 100 diputados del congreso, ¿será eso suficiente para contrarrestar el golpe de Estado? Hasta ahora con todas las sanciones pareciera que el régimen de corrupción no dará marcha atrás. ¿Serán la UE y los EEUU capaces de aplicar sanciones más severas si se consolida el golpe de Estado? Lo averiguaremos en los próximos meses. En Gaza, Taiwán y -quizás- Ucrania podría darse un golpe al tablero geopolítico mundial que podría cambiar las relaciones de poder en el mundo y salpicar a Guatemala.

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