Por Edgar Miguel Kan
La municipalidad es el espacio micro de gobierno que históricamente ha mantenido un rol de representación político-administrativo sumamente importante. Es la puesta organizativa estatal más inmediata en la que las personas que trabajan, viven y desarrollan su vida en un contexto geográfico, histórico y político determinado.
Razón por la cual la participación popular es de suma importancia en la coexistencia y desarrollo de la vida dentro del municipio, esto conlleva a que la sociedad en conjunto participe en la construcción de una mejor convivencia y desarrollo.
Sin embargo desde que el Partido de Avanzada Nacional (PAN) y los Unionistas han mantenido una hegemonía en la dirigencia municipal, la estructura de participación social ha sido casi-nula sino inexistente. Ello conllevó a que la organización popular, de trabajadores, maestros, estudiantes y demás estructura social se mantuviese al margen de los designios administrativos y del cómo se ordenan y prestan los servicios sociales en el ciudad.
La municipalidad se vio forzada a abrir la puerta de la participación social, mediante el código municipal que data del 2002, junto al grupo de paquetes como la Ley de Desarrollo Urbano y Rural entre otras que atendiendo a la lucha por los acuerdos de paz, buscaban construir una realidad más inclusiva y participativa.
La municipalidad de Guatemala ante esta imposición que implicaba la creación de Consejos de Desarrollo Comunitarios (COCODES), generó una estructura pseudo participativa como los Comités Únicos de Barrio (CUB). Éstos se crearon con la finalidad de ser una estructura de organización paralela a la estructura constitucional de los Consejos de Desarrollo, que aspiraba a ser una propuesta integral, participativa y representativa a todo nivel político, por lo que al crear los CUB, se violentó la estructura constitucional de los Consejos de Desarrollo.
Los CUB nunca llegaron a ser una estructura real de participación, menos una estructura representativa, sino que fueron una estructura partidaria de los unionistas en la que sus organizaciones de base se organizaban y desarrollaban los planes impuestos desde la silla municipal, liderada por el mítico y barbárico alcalde Álvaro Arzú. Este individuo, siendo fiel servidor de los intereses de la oligarquía nacional, que son los suyos propios, ha fungido como el político que impulsa las propuestas neoliberales y quien ha aspirado a la formación neocolonialista de las clases oprimidas.
Tras los hechos acaecidos en las últimas semanas, en que se ha modificado la pseudo participación política de la estructura de los CUB, en la que a propuesta de los miembros de los barrios y los alguaciles se elegía a los alcaldes auxiliares, ahora existe una estructura verticalista de imposición legal en la que el Alcalde nombra de manera directa a los alcaldes auxiliares.
Este carácter centralista y autoritario manifiesto en los hechos suscitados, así como en la publicidad que proyecta el aparato institucional municipal, en torno al alcalde, da prioridad a los intereses principales del funcionario. Estos intereses buscan con exclusividad, enmascarar los problemas reales de la ciudad y generar la ilusión de un estado de avance o perfección de la ciudad, lo cual dista de la realidad. Arzú representa en consecuencia los intereses de la clase burguesa para mantener subyugada y desinformada a la mayoría de la población.
Arzú, fiel seguidor de sus intereses de clase y a la actuación histórica de la oligarquía, mantiene la actitud verticalista y autoritaria, negando así la pseudo participación social de los CUB y generando una imposición de sus intereses en las microestructuras de participación.
Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), consideramos que la estructura de participación, no debe ser impuesta desde la estructura estatal, para el acercamiento con las instituciones centrales, sino que debe darse la construcción democrática de todas las expresiones populares independientes que desde abajo hagan propuestas democráticas. Por eso rechazamos la centralización que se da en la municipalidad de Guatemala y exhortamos a la organización independiente de la población con vistas a crear poder popular de base.