Por German Aquino
El modelo económico neoliberal que plantea una menor intervención del estado y mayor participación a la empresa privada, se empezó a implementar en El Salvador en el gobierno arenero de Cristiani en donde muchas empresas estatales pasaron a manos privadas, lo que llevo al despido de cientos de trabajadores públicos y ataques a los sindicatos. Los gobiernos del FMLN en sus 10 años contrario a lo que se pensaba continuaron implementando dicho modelo, implementando el intervencionismo sindical, poniendo direcciones sindicales fieles a ese partido y atacando a quienes no se sometían.
Durante ese periodo buscaron aprobar Leyes como la de la Función Pública, desarrollar los Asocios Públicos Privados, implementación de Zonas Económicas Especiales (ZEDE), siguieron fielmente las recomendaciones de los organismos financieros Etc. para palear los efectos de sus políticas implementaron una serie de programas de asistencia social. En el 2019 proveniente del mismo FMLN llega Bukele bajo las reglas del Juego de la democracia burguesa, las cuales poco fue cambiando, haciendo los mismo que hacia el FMLN respecto a los trabajadores públicos, quitando pero poniendo a su gente, por la otra parte Rolando Castro desde el Ministerio de Trabajo también imponía direcciones sindicales a su conveniencia. La clase trabajadora y los sindicatos de El Salvador atraviesan por una nueva etapa la cual es necesario describir.
Estancamiento y Pírrico salario mínimo
El último incremento al salario mínimo en El Salvador fue en el 2021, el cual en la realidad no logra cubrir la canasta básica. Según el último incremento los salarios mínimos en El Salvador van entre $243.46 (sector agropecuario, pesca y otras actividades) y los $365 (sector de comercio, servicios, industria, ingenios azucareros y otras actividades agroindustriales). La canasta básica a incrementado por lo cual es necesario exigir un incremento al salario mínimo de $600 para todos los trabajadores públicos y privados.
Ofensiva gubernamental contra los sindicatos independientes
En su primer gobierno Bukele identifico los sindicatos aliados a su gobierno y los sindicatos independientes. Una vez aseguro su segundo periodo Bukele a través de sus altos funcionarios incremento su ofensiva contra los sindicatos independientes. Representantes de la Federación Sindical Unión Nacional para la Defensa de la Clase Trabajadora (UNT) y del Movimiento para la Defensa de los Derechos de la Clase Trabajadora (MDCT) han denunciado al estado salvadoreño ”…por la violación al fuero sindical, al despedir a 455 dirigentes sindicales en el aparato público.”
Para el caso de los sindicatos que de alguna u otras manera han declarado o demostrado su apoyo al gobierno, en este segundo periodo no les ha tocado más que quedar como espectadores y callar. Estas direcciones sindicales deben recordar que Bukele solo tienen aliados y que ya media vez no le sirvan terminaran siendo golpeados, por lo tanto las bases de trabajar en una amplia unidad y superar las contradicciones por que serán ellas mismas que sufrirán las consecuencias de las políticas del gobierno.
Falta de negociaciones de Contratos Colectivos de Trabajo (CCT): estancamiento de las prestaciones económicas y laborales
Según un estudio realizado de febrero a Abril de 2019 existía un total de 158 contratos colectivos inscritos de los cuales 21 correspondían a Instituciones Autónomas, 12 a Instituciones Públicas, 5 a Municipalidades y 120 Empresas Privadas incluyendo el sector Construcción. Teniéndose un total de 81,487 trabajadores que tenían dicho beneficio. De estos 29,773 corresponden a sindicatos de instituciones autónomas, 15,749 a sindicatos de instituciones públicas y 35,965 a sindicatos privados concentrándose en los sindicatos de la Construcción con 22,650 trabajadores.
A nivel de las prestaciones económicas y labores la mayoría de trabajadores públicos, municipales y de las instituciones “autónomas” sufren un estancamiento económico ya que el gobierno en cumplimiento de los dictados de organismos económicos internacionales se niega a negociar Contratos Colectivos de Trabajo (CCT) y en caso de negociarlos los incumple. Al final son los altos funcionarios del gobierno quienes a su voluntad deciden que dar y que no dar, esta realidad le ha tocado afrontar aun a los sindicatos afines al gobierno, a quienes les ha sido imposible negociar mejoras salariales y para amortiguar el golpe se ven obligados a realizar actividades sociales, u otras actividades.
En síntesis en El Salvador las direcciones de sindicatos públicos independientes, que buscan defender a los trabajadores viven una situación de ofensiva antisindical por parte del gobierno de Bukele, en donde no existe Ley que les ampare, viviendo en el irrespeto de los Derechos y libertades sindicales. Mientras tanto existe el otro sector de dirigentes sindicales que mantienen un silencio ante las arremetidas del gobierno ya sea por temor o conveniencia, el cual tildan de ser aliados del gobierno por dicha comportamiento, aunque seguramente muchos lo hacen para sobrevivir las arremetidas.