Por Alberto Castro    

El movimiento sindical salvadoreño se movilizó el  pasado 1° de mayo, sin poner apelativos a las marchas así situadas en favor o no del bukelismo, debemos ante todo contemplar que la clase trabajadora salió a marchar para conmemorar una gesta histórica internacional, además, dentro del contenido puntual de cada uno de los diversos comunicados y proclamas, se encuentra en concreto todas y cada una de las diferentes demandas y reivindicaciones económicas y laborales de trabajadoras y trabajadores públicos, municipales, del sector privado y por cuenta propia.

A pesar que no existe asentimiento alrededor de demandas de manera general, porque se anteponen  adversidades extrínsecas, sin embargo valoremos que la clase trabajadora salvadoreña en líneas generales se ha movilizado, el movimiento sindical pese a todo marchó. Luego por supuesto, podemos poner en relieve aspectos que tienen que ver con la fragmentación de este diverso movimiento sindical, de los agentes externos que infieren en su desarrollo, de la claudicación de una parte o la resistencia expresada en otra.    

La fea manipulación del oficialismo y oposición   

Debemos evitar caer en eufemismos de las marchar tales como: la marcha del sindicalismo oficial y la marcha del sindicalismo opositor, porque la clase trabajadora salvadoreña en su conjunto no tiene diferencias antagónicas entre sí, las diferencias antagónicas la tenemos con el enemigo de clase; la burguesía, sea esta oligarca, progresista, etc., porque estamos viviendo en una sociedad dividida en clases, las divergencias dicotómicas oficialismo-oposición pertenecen en estos momentos a un análisis del ejercicio político burgués, por eso a ellos les interesa que lo veamos así, porque al final sacan provecho.

 No obstante, no se puede ignorar y dejar de condenar la influencia que por un lado realiza el oficialismo en un importante sector sindical agrupado en la Unidad Sindical Salvadoreña (USS), así también en el otro extremo la maliciosa pretensión de los partidos FMLN y VAMOS de intentar aprovecharse del movimiento sindical independiente para montarse sobre él.

Lo protervo cómo se plantea de este pasado 1° de mayo, se exhibe por el fraccionamiento del movimiento sindical, un mal que no solamente exhibe lo que se muestra a nuestros ojos; el oficialismo controlando a través de la USS a la mayor parte del movimiento sindical y la oposición FMLN y VAMOS intentando hacer lo mismo en los sindicatos independientes, quedarse con este análisis es asumir una retorcida forma de reducir la lucha legitima de la clase trabajadora a la disputa política interburguesa donde en el pináculo está la oligarquía criolla, la clase social más favorecida de la división del movimiento sindical.

Lo genuino y lo auténtico está en la fuerza organizativa 

La marcha de la USS fue masiva, en ella participaron alrededor de 200 organizaciones sindical y de la sociedad civil, al final el Ministro de Trabajo, Rolando Castro, quien manipula a su antojo a muchos dirigentes de la USS, dio el discurso central al final de la marcha. A diferencia de otros años esta vez ha perdido respaldo político del bukelismo, con la entrada del segundo Gobierno de Nayib Bukele, será relegado de su cargo, por eso esta vez en forma de desquite anunció el despliegue de inspectores del MINTRAB en las alcaldías para garantizar el cumplimiento de normativas laborales, hasta ahora, patadas de ahogado.

En la marcha que salió de Plaza Salvador del Mundo y culminó en la Plaza Cívica, sucedió algo totalmente inaceptable; el FMLN aprovechó para desplegar en ella su colorido, y, entre las reivindicaciones colocar sus proclamas políticas, como por ejemplo el cese de la persecución judicial contra corruptos de dicho partido a quienes llaman ’’presos políticos’’, hace solo unos años este partido ostentaba control sobre la mayoría del movimiento sindical, y cómo también reprimía al sindicalismo opositor, está más que decir que es y sigue siendo un instituto político enemigo de clase, ahora derrotado y humillado, con la cola entre las patas hipócritamente intenta mostrarse verse redentor, como si nada hubiera pasado. Es importante que se trabaje por la solidaridad, democracia y unidad de clase, para ello sin caer en determinismos, concertemos un programa de lucha sindical que esté por encima de las diferencias entre el oficialismo y su oposición. Pensiones, salarios, estabilidad laboral, etc., es genuino y auténtico de la clase trabajadora.        

     

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