Por Manuel Sandoval

La crisis que en que ha caído CoopeServidores es importante no sólo por la magnitud de esta cooperativa, que emergió en los últimos años como la cuarta más grande del país, con  131 500 asociados y depósitos por ¢510 00 millones; sino también porque dice mucho sobre el empobrecimiento acelerado que están sufriendo los sectores medios y populares. Las dificultades de CoopeServidores se pueden trasladar a otras cooperativas de este tipo.

CoopeServidores captó ahorro del público ofreciendo tasas superiores a las del resto del sector financiero por los certificados de ahorro a plazo y ahorro a la vista que ofrecía, fondos que empleó para hacer negocio expandiendo el crédito al consumo. En marzo la entidad registró activos por ¢743.248 millones, con un 77% de esos recursos en crédito al consumo (¢536.900 millones en ese momento), principalmente en LA LÍNEA DE PRÉSTAMOS SIN FIADOR.

La fórmula finalmente no funcionó porque tuvo pérdidas de ¢26.975 millones el año pasado al aumentar la morosidad en las operaciones de crédito, y en estos primeros meses del 2024 tiene pérdidas acumuladas de otros ¢15.038 millones.

La Superintendencia General Financiera (la SUGEF) pidió la intervención del CONASSIF (la entidad reguladora del sistema financiero), porque detectaron lo que consideran malas prácticas financieras: como aplicar moratorias hasta tres veces y no proceder a las gestiones de cobro de estos préstamos malos. La suficiencia patrimonial de la Institución (para garantizar su seguridad y solvencia) podía caer a menos del 8%, lo que se considera una situación 3 (que podríamos decir en rojo).

Conforme a la ley, la CONASSIF intervino por treinta días a CoopeServidores el 16 de mayo, congelando los depósitos de los ahorrantes (medida que se puede prolongar por otros treinta días). De golpe y porrazo gente que vive de los intereses que generaban sus ahorros y algunos pocos que les depositaban la pensión en CoopeServidores se encontraron “en blanco”. Viviendo del aire.

Aunque no sólo pequeños ahorrantes. El Bahnvi le había prestado ¢22.139 millones y 326 asociaciones solidaristas (que vienen perdiendo plata de las trabajadoras(es) en cuanta quiebra y estafa se presenta) están comprometidas hasta el cuello. La banca y el sector público arriesgan no menos de ¢150 000 millones en préstamos y depósitos en CoopeServidores.

El interventor Marco Hernández Ávila hizo despedir sin responsabilidad patronal al gerente general de Coopeservidores, Óscar Hidalgo Chaves, que capitaneó el Banco Popular antes de pasar a CoopeServidores. (En la Banca pública o en el Sector privado, estas gentes arriesgan los fondos ajenos con un desenfado único).

Una posibilidad, que implicaría la liquidación de la cooperativa, es que el Banco Popular asuma la parte “sana” de la cartera de crédito, pero el interventor está obligado a guardar silencio por el momento.

Otra faceta interesante del asunto es que puede ser el anuncio prematuro del fracaso de la medida de Cháves para eliminar los préstamos gota a gota de los gánsteres colombianos y ticos, poniendo a competir a instituciones del sistema bancario oficial con los pequeños préstamos sin requisitos que éstos ofrecen para situaciones cotidianas de emergencia. Estas instituciones financieras (Banco Popular, Banco Nacional, Banco de Costa Rica, BAC, Coocique, CoopeAnde, Coopenae y Coopealianza) ofrecerían prestamitos parecidos, con tasas muy altas de interés (5% sobre los saldos mensuales) por los riesgos de morosidad e insolvencia de los deudores, ya que son préstamos sin garantía que tendrían la ventaja además de que los gerentes de los bancos no mandarían a matar a nadie por dejar de pagar el préstamo.

Cháves lo hace para sepultar la Ley contra la usura, porque cree que el mercado en completa libertad debe fijar las tasas. Sin embargo, la situación de CoopeServidores puede estar indicando el fracaso de la política de Cháves cuando estos préstamos caigan masivamente en la insolvencia. El Caudillo no puede reconocerlo, pero el empobrecimiento de los trabajadores y el pueblo bajo su gobierno le va a echar a perder muchos de sus esquemas neoliberales del Banco Mundial. La banca oficial no va a aguantar mucho las pérdidas que pueden representar estos prestamitos.  Los 10 000 millones de avales que daría el Sistema de Banca para el Desarrollo a las instituciones involucradas, de repente que terminan siendo muy poco.

La medida de Cháves sólo podría funcionar si hubiera más oferta de empleos y mejores salarios … y que me perdonen los incondicionales del Caudillo, pero eso no se ve en el horizonte de la Era Cháves.

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