Por Ramón Sibaja

Costa Rica, el otrora modelo de democracia y de crecimiento económico de la región Centroamericana, está en una profunda crisis. La economía navega como barco a la deriva en medio del huracán de la crisis fiscal, y el nuevo capital de ese barco a punto de naufragar, el presidente Luis Guillermo Solís, se muestra aturdido ante la magnitud del desastre que se avecina.

 Crisis económica y declive del IDH

En el último año las cifras indican un declive de la industria manufacturera en Costa Rica, la que representa una cuarta parta del Producto Interno Bruto (PIB). El año pasado el índice mensual de actividad económica (IMAE) era del 9% ahora no llega al 2%. Las exportaciones decrecen y el mercado interno se ha contraído.

El Ministerio de Comercio Exterior (Comex) prevé que bajo el gobierno del PAC, las exportaciones de bienes y servicios crecerán un 19% menos en relación con el periodo de Laura Chinchilla.

La caída paulatina de los niveles de vida no preocupa al gobierno, lo que preocupa es contener el creciente déficit fiscal que ya alcanzo el 2,6% del PIB, o sea ¢699.555,5 millones. La crisis económica y el declive de las conquistas sociales han hecho descender el Índice de Desarrollo Humanos (IDH) de Costa Rica del puesto 68 al puesto 64.

Crisis en la coalición legislativa

El PAC es minoría dentro de la Asamblea Legislativa, una alianza con los diputados del Frente Amplio (FA) y del Partido Unidad Socialcristiana (PUSC), permitió al PAC obtener los votos necesarios para elegir Directorio, sin someterse a las presiones de su histórico rival, el Partido Liberación Nacional (PLN).

Pero los diputados del PUSC han comenzado a manifestar su descontento, muy probablemente porque no obtienen las prebendas prometidas. Luis Vásquez, diputado del PUSC, sonó la trompeta: “Hay una angustia por parte de la fracción del PUSC respecto al arranque del gobierno. (…) Podríamos tomar la decisión de que en ciertos temas y votación el PAC ya no podría contar con los votos de una fracción solidaria como hemos sido en la Unidad”. (Extra, 23/7/2014)

Ante la escasez de recursos, un partido burgués como el PUSC supedita las alianzas a las prebendas económicas, y hasta en eso tiene problemas el gobierno del PAC, no puede garantizar recursos materiales a sus aliados de ruta.

El problema es mucho más grande en relación a los trabajadores y la clase media, la base social electoral que el dio el triunfo al PAC y que permitió que Luis Guillermo Solís se colocara la banda presidencial

 

Ridículo aumento de salarios para el sector privado

La negociación salarial para los trabajadores del sector privado terminó en un punto medio, entre la posición intransigente de los empresarios de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP) que planteaban el 1,33%, y la moderada reivindicación de los sindicatos y centrales obreras., los cuales mostraron su división al plantear diferentes cifras: 3,15%, 4,15% hasta 6%

En Costa Rica los sindicatos son muy débiles en el sector privado, por la nefasta influencia del Solidarismo, un mecanismo de ahorro y conciliación obrero-patronal inspirada en la doctrina social de la Iglesia Católica, que ha permitido a los empresarios mantener a los trabajadores en la completa desorganización.

El Consejo Nacional de Salarios (CNS) bajo el control del gobierno del Partido de Acción Ciudadana (PAC) impuso unilateralmente un punto medio: 2,35% para los salarios mínimos de los trabajadores del sector privado y un incremento de adicional de ¢5.000 para los trabajadores no calificados, semi calificados y calificados. Una ridiculez total. El resultado final fue un aumento escalonado de 2,35%, 4%, 4,09% y 4,22% que mitigó un poco las necesidades de los trabajadores que tenían salarios inferiores a los ¢302 mil.

Esta negociación reflejó lo que ocurre realmente en Costa Rica: los trabajadores presionan por aumento de salarios, debido a la carestía de la vida, los empresarios se resisten, y el gobierno del PAC maniobra e intenta conciliar un punto medio, procurando cohesionar a su base social electoral, pero en el fondo causó frustración e inconformidad en ambos sectores. Los trabajadores consideran insuficiente el aumento, mientras los empresarios lloran y reclaman volver a la metodología de cálculo acordada en el año 2011.

La negociación con los trabajadores del sector publico

Antes de irse, el gobierno de Laura Chinchilla autorizó un aumento miserable de 0,43% para los trabajadores del sector público, valido para el primer semestre del año 2014.

A diferencia de la inexistente organización sindical en el sector privado, en el sector público se han desarrollado poderosos sindicatos y asociaciones que luchan constantemente por mejorar sus salarios. Por ello cada semestre, ante la inminente negociación salarial, el gobierno – ahora le toca el turno al PAC—recurre al trillado argumento del déficit fiscal y de la falta de recursos.

José Francisco Pacheco, Viceministro de Egresos, comenzó a justificar porque el gobierno del PAC no podría dar un significativo aumento de salarios: “Si no logramos ver una mayor recaudación, es complicado comprometerse a incrementos sustanciales; en principio, lo veo con ojos positivos, sin que esto sea endosar una fórmula que se tenga pensada”. (La Nación, 16/7/2014)

Para reforzar la sensación de apuros de las finanzas públicas, el presidente Luis Guillermo Solís emitió el Decreto N° 009-H, el pasado 14 de julio, igual a la Directriz 040-H que dictó Laura Chinchilla en Diciembre del 2013, decretando congelar 2,500 plazas y ahorrar ¢22.000 millones con orden de no contratar personal, aunque la verdadera meta es ahorrar por lo menos ¢42.000 millones.

Lamentablemente, en un asunto tan crucial como es la lucha por aumento de salarios, los sindicatos y centrales de trabajadores del sector público, se muestran divididos ante el gobierno del PAC. Un sector significativo, como la Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANEP) está planteando un aumento de 4,14% como punto de partida y un 1,86 adicional para las categorías de trabajadores de estratos operativo, calificativo y técnico, pero la realidad es que ese punto de partida de transforma en el techo. La Central Genera de Trabajadores (CGT) pidió un 6,64%

La patronal se opone a los aumentos salariales

Ya conocemos la reiterada oposición de los empresarios de UCCAEP a los aumentos de salarios en el sector privado, pero en relación al sector público el mejor consejero del gobierno del PAC es el diario La Nación, el cual en un editorial del día 21/7/2014 expresó lo siguiente:

Enfocar el ajuste salarial del sector público exclusivamente bajo el prisma de la “disponibilidad presupuestaria” es erróneo (…) No hay tal disponibilidad presupuestaria (…) hay un faltante de ingresos que ronda el 6% del producto interno bruto (PIB) en el 2014, con posibilidades de aumentar en el 2015, si no se adoptan medidas para evitarlo (…) el efecto de abusivas negociaciones salariales con los sindicatos y el efecto de ciertas cláusulas y normas, tienden a incrementar los salarios por los denominados “pluses salariales”, que disparan el aumento a la base sobre la cual se aplican”.

El ataque de La Nación no es pues contra el miserable aumento que pueda otorgar unilateralmente el gobierno del PAC, sino contra los pluses, que es el mecanismo que los trabajadores utilizar en cada entidad pública para negociar un mejor aumento de salarios. Pero lo que más teme La Nación es el ejemplo sobre los trabajadores del sector privado, ese pequeño gigante adormilado por la droga del Solidarismo.

El gobierno coloca a la defensiva a los sindicatos

De la misma manera que el gobierno del PAC superó la propuesta de la patronal para los trabajadores del sector privado, el 24 de Julio el gobierno retomó la propuesta de ANEP y planteó a los sindicatos subir los salarios entre el 4 y 5,14%. De esta forma, colocó a los sindicatos a la defensiva, estos se limitaron a estudiar la propuesta y solicitar un listado detallado de aumento por cada puesto.

El tema del “desenganche” de los médicos y personal calificado en los hospitales, del resto de los trabajadores del sector público, como lo ha propuesto reiteradamente Albino Vargas de ANEP, es motivo de división dentro de la dirigencia sindical.

Si tomamos en cuenta que durante el primer semestre el aumento fue de 0,43%, la propuesta de aumentar entre el 4 y 5,14% se queda muy atrás en relación a la carestía de la vida aumentó 3,7% en el año 2013, y 4,14% durante el primer semestre del año 2014, la cifra más alta en los últimos 6 años, según un reciente informe del Instituto de Investigación en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR). El aumento de precios se va acumulando con los años, provocando un deterioro del salario real, empobreciendo a los trabajadores y sus familias.

 

Rechazar la propuesta del gobierno

Los sindicatos y asociaciones de empleados públicos (magisterio, salud, ICE, etc) debemos discutir en asambleas democráticas la propuesta del gobierno del PAC, y rechazarla por insuficiente. La unidad de acción de los sindicatos debe ser exigida a los dirigentes.

Las cifras de inflación van retrasadas en relación a la realidad, cuando el aumento propuesto por el gobierno se materialice, los precios habrán vuelto a subir, provocando un incontenible espiral de alza de precios. Lo menos que se deben aumentar los salarios es un 10%.

La trampa que ha tejido el gobierno consiste en la aprobación de una metodología de cálculo que no corresponde a la realidad. Esa metodología debe cambiar. Los trabajadores y empleados públicos no pueden depender de las oscilaciones en el PIB. Por eso negocian por parte con el sector privado, separándolo de los empleados públicos. Nuestra respuesta debe ser luchar en sentido contrario, por la unidad de los trabajadores del sector privado y público, por un aumento salarial del 10% y por aumentos de salarios cada vez que suba el costo de la vida.

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