La marcha reaccionaria convocada por Chinchilla fue raquítica

Por Ramón Sibaja

Bajo la administración de la presidenta Laura Chinchilla (2010-2014) se han acrecentado los conflictos territoriales con Nicaragua. Recién tomó posesión en el año 2010, se inició el conflicto por Isla Calero, una isla fluvial en medio de un pantano, en la frontera con Nicaragua, cuando ésta anunció el dragado sobre la desembocadura del río San Juan.

Posteriormente Chinchilla a mediados del 2012 inició la construcción de la “trocha fronteriza”, una improvisada carretera de 160 kilómetros de largo, paralela al río San Juan, no pavimentada, que significó una multimillonario negocio o “chorizo” de 40,000 millones de colones para los funcionarios involucrados en su construcción, iniciando un nuevo conflicto con Nicaragua, que denunció daños ecológicos irreversibles sobre el río San Juan.

Detrás del conflicto por el dragado del río San Juan, Isla Calero y la construcción de la trocha fronteriza, está el pleito por la construcción del canal interoceánico y los fabulosos negocios e ingresos que ello implica.

Y recientemente ha iniciado un nuevo conflicto por la delimitación de la frontera marítima con Nicaragua, especialmente a partir de que la Corte Internacional de Justicia de La Haya, asignó a este país un amplio espacio de mar territorial, que borró las fronteras pactadas en 1977 entre ambos países.

Historia común

Pero las cosas no siempre fueron así. Nicaragua y Costa Rica son países con amplios y profundos vasos comunicantes. En la época de las dictaduras militares en Centroamérica, en el siglo XX, el exilio nicaragüense y centroamericano radicaba en Costa Rica. Los trabajadores de las bananeras y trabajadores agrícolas siempre han sido mayoritariamente nicaragüenses. La guerrilla sandinista encontró una retaguardia segura en Costa Rica, bajo el gobierno de Rodrigo Carazo Odio (1978-1982), teniendo su base central de operaciones en Liberia, frontera con Nicaragua.

Fue con el inicio de la guerra civil nicaragüense (1982-1990), alentada por Estados Unidos, que los sucesivos gobiernos de Costa Rica encontraron financiamiento y todo tipo de facilidades para atacar a la revolución y mostrar a la democracia costarricense como el paradigma a seguir. Desde entonces, las contradicciones entre los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica, han adquirido características de hostilidad abierta.

Y con ello las fracciones burguesas dominantes, tanto en Costa Rica como en Nicaragua, han alentado abierta o solapadamente campañas chauvinistas o xenófobas que separan a ambos pueblos, en momentos en que la economía y el mercado regional derriban las artificiales fronteras y los unifica.

Las declaraciones de Ortega sobre Guanacaste

A los anteriores conflictos debemos agregar ahora las desafortunadas declaraciones de Daniel Ortega, sobre la posibilidad de reclamar la provincia de Guanacaste, de origen nicaragüense, y que fuera anexionada definitivamente a Costa Rica, mediante el tratado Cañas-Jerez del año 1858.

En su discurso, Daniel Ortega insinuó que podrían demandar a Costa Rica para recuperar la provincia de Guanacaste: “(…) Eso le permitiría a Nicaragua recuperar un inmenso territorio, si la sentencia favoreciera a Nicaragua” , existen “fundamentos históricos” de que esa provincia fue cedida a Costa Rica “cuando el país estaba enfrentando al expansionismo yanqui entonces (…) Allí está la historia y allí están los documentos, entonces pienso que eventualmente también podemos recurrir a la Corte” (La Nación, 13/8/2013).

Bayardo Arce, asesor de Daniel Ortega, negó el sentido de las declaraciones y justificó que Ortega fue mal interpretado por los medios de comunicación, pero las declaraciones de Ortega encendieron el más reaccionario espíritu patriotero costarricense.

Raquítica marcha de Chinchilla en Nicoya

El gobierno de Laura Chinchilla al finalizar su período se debate de crisis en crisis. Ni tonta ni perezosa, Chinchilla intentó sacar provecho de la metida de patas de Ortega, convocando a una marcha de repudio en la provincia de Guanacaste, la misma que recientemente rechazó su presencia en el 189 aniversario de la anexión. El concejo Municipal de Nicoya debió cambiar repentinamente la hora de la celebración, para evitar las protestas del Foro de Guanacaste y varios sindicatos y organismos populares.

Pese al discurso patriotero de Chinchilla, la olvidada provincia de Guanacaste tiene estadísticas alarmantes: el 24% de la población vive en pobreza, y tiene casi el 10% de desempleo, las tasas más altas del país. Guanacaste es un paraíso de las transnacionales del turismo y de la industria agrícola, pero su población de tez morena no goza de los beneficios que tiene el resto del país.

La marcha patriotera de Chinchilla, convocada en repudio a las declaraciones de Ortega, reunió a solo 5 mil personas, entre estudiantes y empleados de la municipalidad de Nicoya. Fue un rotundo fracaso, y nos alegramos por ello.

¡Abajo el nacionalismo reaccionario!       

Los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica se disputan verbalmente el territorio de Guanacaste, cuando en realidad este territorio no pertenece a ninguno de los dos países. Las fronteras entre Nicaragua y Costa Rica, así como la de todos los países de la nación centroamericana, surgieron después del derrumbe del Estado federal en 1848.

Los trabajadores de Costa Rica y Nicaragua no debemos caer en la trampa nacionalista. Guanacaste es provincia de Centroamérica, por eso debemos luchar por restablecer la República Federal de Centroamérica.

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