Por Leandro Espinoza.

Este mes ha revoloteado en el aire político el problema de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Básicamente el problema radica en la aplicación de Ley de Incentivos Profesionales en Ciencias Médicas. Esta ley fue aprobada en 1982 y reglamentada en 1998. El revuelo ha sido tan grande que Ileana Balmaceda, presidente de la CCSS, ha abanderado la lucha por quitarles a los médicos costarricenses algunos privilegios que les otorga la Ley de Incentivos Profesionales.

Ley de Incentivos Médicos: Manzana de la discordia.

El problema radica en que según las autoridades de la CCSS: “Por mes la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) destina ¢18 mil millones para el pago de salarios a más de 5 mil médicos, lo que se traduce en un 32% de la planilla institucional” (Extra 01/02/2013) Asimismo existen 2.000 juicios laborales contra la CCSS. De estos, la Caja ya ha perdido 350 juicios con un monto de ¢3.700 millones referentes al pago incompleto de incentivos de carrera hospitalaria.

Bajo la Ley de 1982 el salario ordinario de un galeno sería calculado no solo con su salario base mensual, sino bajo otras variables tales como: el tiempo extraordinario que laboran, las guardias y disponibilidades médicas.

Bajo estos argumentos el gobierno ha impulsado un proyecto de interpretación auténtica de la Ley de Incentivos Médicos. Esta estrategia apunta claramente a restarle asidero legal a las  resoluciones favorables que han logrado los médicos en sus demandas por la vía judicial. Veamos que decía el proyecto de ley de interpretación auténtica: “mantener estas variables sería nefasto para la CCSS: “la institución tendría que erogar adicionalmente al pago de los salarios de estos profesionales un monto de ¢18.170 millones anuales y adicionalmente enfrentaría una erogación estimada por indemnización de sentencias judiciales que ronda en ¢172 mil millones. Considerando el período 1982-2012, que tiene una incidencia directa en el presupuesto de esa entidad y por supuesto repercute en las disponibilidad de recursos de esa institución” (Extra 04/02/2013)

Es obvio que el revuelo que ha generado esta campaña del gobierno en contra de los privilegios que tienen los médicos ha repercutido en otros sectores sociales, que lejos de comprender la dimensión de los hechos, han actuado como cola de carga del gobierno. Uno de los casos más embarazosos es la posición de la ANEP en donde su presidente Albino Vargas se rasga las vestiduras como si fuese representante del gobierno: “Lo que estamos diciendo a los médicos es que dejen de estar arrecostados a los demás. Si se modifica el artículo 12 de la Ley de Incentivos Médicos y desaparecen el artículo 8 y el reglamento, entonces los grupos laborales del Gobierno central tendrán mejores posibilidades de obtener reales incrementos salariales, realmente compensatorios por ajuste de inflación y por revaloraciones salariales especiales” (Ídem) Ni Ileana Balmaceda ha sido tan férrea defensora de la posición del gobierno.

Los argumentos esgrimidos por Vargas no visualizan que el problema no es el salario de los médicos, que al fin y al cabo son trabajadores calificados, sino los grandes salarios que se paga a los altos funcionarios de la CCSS. Por otra parte la lógica no es que se reduzcan los ingresos salariales a los trabajadores, es decir, no socializar la pobreza, sino todo lo contrario, luchar para que los salarios de todos los trabajadores mejoren en todos los sentidos.

Edwin Solano Presidente de la Unión Medico Nacional (UMN) terminó contestándole a las embestidas de Albino Vargas: “Don Albino Vargas no es representante del Gobierno y no es un interlocutor válido para nosotros. Con el Gobierno podríamos sentarnos a discutir cualquier cosa y de hecho, hemos pensado que vamos a pedir una cita con la señora Presidenta de la República para sentarnos a conversar sobre esto. Esto es una ley. No tenemos nada que conversar tampoco con la CCSS. Vamos a sentarnos con quien tengamos que sentarnos y es con el Gobierno para hacerle ver la situación que se está presentando”. (Extra 31/01/2013)

Al final otros sectores además de la burocracia sindical de ANEP se sumaron como cola de carga del gobierno, sin comprender que la lucha de los trabajadores no es contra ellos mismos, sino contra de la opulencia de los altos mandos del gobierno y sus privilegios. Esto es algo que han mencionado los galenos, Edwin Solano presidente de la UMN ha declarado a los medios d comunicación: “Lo que queremos demostrar es que ellos, sin sacrificarse, mucho ganan salarios más altos que los médicos. El problema de la CCSS no son los pagos de los médicos como lo han reiterado una y otra vez. Ellos ganan salarios más altos que los doctores, eso sin hacer guardias, disponibilidades ni tiempos extraordinarios”, (Extra 05/02/2013)

Lucha institucional.

La lucha que han llevado los médicos se ha limitado al marco institucional, la verdad es que confían en el marco institucional para solucionar sus problemas. Al final, todo apunta a que será la suprapoderosa Sala IV la que terminará defiendo esta disputa. Pero entre tanto, fue aprobado por el legislativo el proyecto de interpretación de la Ley de Incentivos Profesionales que dice así: “Interprétese de manera auténtica los artículos 5 y 13 de la Ley N° 6836, Ley de Incentivos a los Profesionales en Ciencias Médicas del 22 de diciembre de 1982, en el sentido de que los artículos 5 y 13 se refieren al salario total ordinario del profesional en ciencias médicas y éste estará constituido solamente por los componentes fijos que taxativamente se expresan en esta Ley y los componentes fijos que se hayan incorporado al salario ordinario en virtud de otras leyes. En ese sentido, los rubros variables que se pagan por jornadas extraordinarias no forman parte del salario total ordinario” (El país 6/2/2013)

Como hemos mencionado, hasta el momento parece que el problema será resuelto por la Sala IV, pero este ataque al salario de los médicos solo es el inicio de una embestida a los trabajadores. Es la movilización de todos los trabajadores la que puede ponerle freno al gobierno, no como dice Albino Vagas: “El papel de los médicos puede ser tan relevante como el papel de los señores que recogen la basura, ambos tienen que ver con la salud pública”. Si su papel es tan relevante, debería estar convenciendo a los trabajadores para movilizarse a favor del aumento salarial de los trabajadores que recogen basura. Porque al final el ataque del gobierno de Chinchilla es a los pluses e incentivos que ganan todos los trabajadores del Estado.

Deuda del Estado y Privados.

Lamentablemente Albino Vargas no recuerda que recién el año pasado se encontraba protestando por los problemas institucionales de la CCSS, en esa ocasión declaraba: “La actividad es para insistirle a la ciudadanía que el problema en la CCSS es estructural” (…) “la fiesta con recursos de la Caja hacia el sector privado de la salud, la deuda del Estado y la exigencia de rendición de cuentas en los altos niveles de gestión institucional” (La Tribuna Hispana 26/06/2011) La realidad es que la deuda que tiene el Estado a la CCSS es de: “La deuda del Gobierno costarricense asciende a 844 millones de dólares, según las autoridades, aunque el sindicato asegura que el monto adeudado es de mil 446 millones.” (Ídem)

Pero no solo el Estado tiene deudas con la CCSS, el sector privado es uno de los grandes deudores de la Caja. Según el informe publicado por la Contraloría General de la Republica en el año 2001, el sector privado también tiene una enorme deuda con la Caja: “Si al monto que el Estado debe a la Caja se suma el del sector privado, la morosidad se eleva a ¢707.512 millones, señala la Contraloría en su informe.” (La Nación 08/09/2011)

Ya desde esa época, el problema de la recaudación de la deuda a la Caja es un poco escabroso, Giselle Segnini Hurtado, gerente del Área de Servicios Sociales de la División de Fiscalización Operativa y Evaluativa de la Contraloría, señaló: “que la Caja presenta deficiencias en el registro de cuentas por cobrar” (…) “Entre esas flaquezas, destaca que la CCSS no tiene separadas las deudas de entes públicos y de los privados, así como cálculos erróneos sobre cuentas incobrables.” (Ídem) Las cifras entregadas ese año por la CGR se concluye que las deudas que tiene el sector privado por planillas eran de: “¢106.509 millones, de los cuales el 89% (más de ¢94.000 millones) corresponde a compromisos con más de un año de antiguedad.” (Ídem)

Como vemos, el problema de la Caja Costarricense de Seguridad Social va mucho más allá del pago de incentivos a los trabajadores, por el contrario, con esta campaña se pretende desviar la atención de los verdaderos problemas que tiene la CCSS que es la enorme deuda privada y estatal. Por otra parte, creemos que el Estado debe pagar los incentivos a los trabajadores, pero no solo a un gremio en especial, sino a todos los que laboran en el mismo. Lamentablemente hasta la fecha el gremio de médicos confía en la institucionalidad y no ha intentado hacer un bloque de unidad de acción con todos los trabajadores del Estado para luchar por sus derechos. Pero la única forma de lograrlo es a través de la movilización y unidad de acción de todos los trabajadores.  

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