Por Orson Mojica
El pasado 22 de diciembre en un mitin ante sus partidarios en el Estado de Arizona, Estados Unidos, Trump leyó un discurso, cuyos principales fragmentos fueron publicados en X (antes Twitter), amenazando al gobierno panameño, encabezado por el derechista presidente José Raúl Mulino, de recuperar la propiedad y el control del Canal de Panamá.
El discurso del emperador Trump
En su discurso, remontándose a la creación de Panamá y la posterior construcción del Canal, como si fuese un propietario de esclavos, desconociendo los más elementales principios del derecho internacional, Trump se limpió el trasero con los Tratados Torrijos-Carter, al afirmar que “(…) Cuando el presidente Jimmy Carter tontamente lo regaló, por un dólar, durante su mandato, fue solo Panamá quien lo administró, no China ni nadie más. Tampoco se le permitió a Panamá cobrar a los Estados Unidos, a su Armada y a las corporaciones que hacen negocios dentro de nuestro país, precios y tarifas de pasaje exorbitantes. Nuestra Armada y Comercio han sido tratados de una manera muy injusta e imprudente. Las tarifas que cobra Panamá son ridículas, especialmente sabiendo la extraordinaria generosidad que ha sido otorgada a Panamá por los EE. UU. (…) Los Estados Unidos tienen un interés personal en el funcionamiento seguro, eficiente y confiable del Canal de Panamá, y eso siempre se entendió. ¡Jamás permitiríamos que cayera en manos equivocadas! No fue otorgado para beneficio de otros, sino simplemente como muestra de cooperación con nosotros y Panamá. Si no se respetan los principios, tanto morales como legales, de este magnánimo gesto de donación, exigiremos que se nos devuelva el Canal de Panamá, en su totalidad y sin cuestionamientos. A los funcionarios de Panamá, ¡les pido que se guíen en consecuencia!”.
La preocupación principal es la creciente influencia de China
En pocas palabras, para Trump la extinta zona del Canal de Panamá es propiedad de Estados Unidos, que fue “donada” erróneamente a Panamá por Jimmy Carter, desconociendo las décadas de luchas del pueblo panameño para recuperar su plena soberanía.
Seamos sinceros. Los diferentes gobiernos de Panamá han cumplido al pie de la letra los tratados Torrijos-Carter. No son un peligro para la dominación de Estados Unidos y la "neutralidad" del Canal. La principal preocupación de Trump no son las tarifas que cobra Panamá, sino la creciente influencia de China en la infraestructura relacionada con el funcionamiento del Canal de Panamá. No fue una casualidad que mencionara a China en su discurso.
Los puertos e inversiones de China en Panamá
Aunque no lo dijo con nombres y apellidos, la real preocupación son los puertos que China ha construido en Panamá. China controla dos de los cinco puertos aledaños al Canal: Balboa en el Pacífico, y Cristóbal en el Caribe. Y esta construyendo el cuarto puente sobre el Canal de Panamá.
En octubre de 2017, el habilidoso embajador de China en Panamá, Wei Qiangi, en poco tiempo firmó con el gobierno de Panamá el acuerdo para construir el Puerto de Contenedores Panamá-Colón (PCCP), en 67 hectáreas de Isla Margarita, en el caribe panameño, inversión por un valor de USD 1000 millones de dólares.
Este megaproyecto construido por las empresas Shanghai Gorgeous Group y Landbridge Group, sufrió ataques y boicots al grado que la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) suspendió la concesión. Bajo el gobierno de Laurentino Cortizo en 2021 los inversionistas originales de nacionalidad china, negociaron los derechos con representantes del fondo de inversiones Notarc Management Group, con la participación Mediterranean Shipping Company (MSC), una de las navieras más grandes del mundo. El problema es que las transnacionales no tienen ideologías, solo les interesan los negocios y muy probablemente haya también capitales chinos en ellas.
Amenaza indirecta a Nicaragua y El Salvador
Las amenazas de Trump no solo van dirigidas contra Panamá, sino también implícitamente contra Nicaragua. Trump no distingue regímenes politicos. A mediados de noviembre del 2024, Daniel Ortega anunció una nueva ruta para la construcción del Canal en Nicaragua, con inversión china, además de la construcción de puertos de aguas profundas en las costas del océano pacífico y mar caribe.
En El Salvador, el gobierno de Bukele (que se vanagloria de ser amigo de Trump) firmó el acuerdo que permite la reconstrucción del puerto de la Unión, creando una zona de libre comercio, un parque industrial, un aeropuerto y zonas de desarrollo turístico.
Aunque en ambos casos se trata de proyectos que no han iniciado, las amenazas de Trump son extensivas también contra cualquier otro país de Centroamérica que ose desafiar las órdenes del emperador.
Quiere romper la Ruta de la Seda
Ante la anunciada guerra de aranceles que impondrá Trump, China viene impulsando desde hace tiempo el proyecto de Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda (BRI) que consiste en construir infraestructuras portuarias en diferentes partes del mundo, para garantizar su comercio y cadena de suministros.
En América Latina, ya existen grandes más de 40 puertos con inversiones de China. El mas importante de todos, es el puerto de Chancay, en Perú, que acaba de ser inaugurado y que ya fue motivo de debates en el senado de Estados Unidos.
Las agresiones verbales de Trump anuncian agresiones reales, que obligará a impulsar la máxima unidad de acción contra el imperialismo norteamericano, por la defensa de la independencia y la soberanía nacional de los países de Centroamérica.