Por Victoriano Sánchez
El arroz, frijoles y maíz forman parte de la dieta de las masas populares en Centroamérica, alimentación rica en carbohidratos y pobre en proteínas. Si hay algo que demuestra que los países de Centroamérica están firmemente entrelazados entre sí por la base económica, es la vital producción de granos básicos. Y la actual escasez de frijoles rojos viene a corroborar esa mutua dependencia.
Producción para la exportación
Nicaragua y Guatemala se disputan el primer lugar en la producción de frijoles. En el año 2009, Nicaragua produjo 4.7 millones de quintales, y Guatemala 4.2 millones de quintales. En 2010 y 2011 Guatemala ocupo el primer lugar con 4.3 y 4.4 millones, respectivamente, y Nicaragua retrocedió a 3.1 y 2.9. Estos bamboleos en la producción son “normales”, dependiendo de los factores climáticos. Más que un mercado nacional de producción de frijoles estamos ante un integrado mercado regional, cuyas oscilaciones influyen en los precios.
A pesar que la cosecha 2013-2014 en la región ha sido abundante, la escasez de frijoles rojos golpea actualmente a casi todos los países de Centroamérica, provocando una escandalosa alza de precios que afectan directamente a la clase trabajadora y las masas populares.
Los precios varían en cada país. “El informe del 28 de abril del Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC) indica que el precio al por mayor en El Salvador fue de $59.16 por quintal, en Honduras de $64.59, y en Nicaragua de $68.96” (Diario El Mundo, 9/5/2014). En Guatemala el precio del quintal de frijol es de 360 quetzales ($ 46 dólares). En Panamá el quintal de frijoles se vende a $83,8 dólares. En Costa Rica el quintal de frijol se vende a $100 dólares, el precio más alto de la región.
El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas informó que entre el último trimestre de 2013 y el primer trimestre de 2014, el precio del frijol en Nicaragua subió 46%, en El Salvador, 33%, y en Honduras 19%.
¿Por qué escasea el frijol?
Hasta el momento ningún gobierno ha podido explicar las causas del alza de precio del frijol rojo, el de mayor demanda popular. Las cosechas de los años anteriores han sido suficientes para abastecer el mercado interno de cada país, y el mercado regional.
La producción de frijoles está en manos de decenas de miles de pequeños y pobres campesinos que son explotados por los consorcios de comerciantes que compran las cosechas de futuro a los campesinos endeudados, para vender la mayor parte de la producción en el extranjero, no en los países de Centroamérica.
El problema de la actual escasez parece originarse en Nicaragua, el principal productor de frijol en la región, donde el gobierno ha fomentado la siembra y exportación de frijol negro a Venezuela, por los altos precios que representa: 20 o 30 dólares más por cada quintal.
Para el ciclo agrícola 2013-2014 Nicaragua exportará a Venezuela la cantidad de 1,2 millones de toneladas de frijol negro. No obstante, Venezuela ha comprado solamente el 58% de los 1,2 millones de quintales, creando una seria distorsión en el mercado nicaragüense y regional. Una parte de la producción de frijol negro está siendo vendida en Costa Rica, el país que tiene los precios más elevados porque no es autosuficiente en la producción de frijoles.
La reducción de la producción de frijol rojo en Nicaragua tiene un impacto directo en la escasez de frijoles en El Salvador, Honduras y Costa Rica. Los comerciantes e intermediarios privilegian las ventas al extranjero, en vez de saturar el mercado local. Los mueve la sed de ganancia, y no se preocupan de suplir las necesidades de los trabajadores y el pueblo.
Rasgándose las vestiduras
Todos los gobiernos han expresado su preocupación por la escasez de frijoles que ha hecho subir el precio a un promedio de un dólar por libra, afectando directamente el salario real de los trabajadores. Los gobiernos de El Salvador y Honduras han restringido la exportación de frijoles, pero demasiado tarde porque la producción local ya ha sido exportada a otros países
En Nicaragua, el gobierno sandinista está vendiendo “frijoles solidarios” en puestos móviles a 16 córdobas (65 centavos dólar), un precio ligeramente inferior al mercado, pero sigue siendo elevado en comparación con los raquíticos salarios.
En realidad, todos los gobiernos de Centroamérica no han hecho nada para parar la especulación y los jugosos negocios que provoca la escasez de frijoles rojos.
Buscar una salida regional
La escasez de frijoles demuestra que los mercados nacionales han desaparecido y que en cambio existe un mercado regional centroamericano, donde los comerciantes especulan con los precios. En este proceso los campesinos son esquilmados, ellos no tienen capacidad para vender directamente en el mercado mundial, cayendo en manos de los grupos de comerciantes inescrupulosos.
Es el momento de forjar una alianza obrero-campesina a nivel regional, para producir y vender frijoles a un precio accesible para las masas empobrecidas, que decida y coordine las metas de producción, exigiendo a los respectivos gobiernos el financiamiento necesario y la garantía de un mercado seguro, expulsando a los poderosos comerciantes de la cadena de comercialización. Esto solo se puede lograr con la lucha y movilizacion.