Por Victoriano Sánchez

La crisis de la llamada Coalición Nacional es más que evidente. Las nuevas organizaciones que surgieron de la rebelión de abril, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) y la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), cometieron el error de crear una alianza electoral antes de haber definido las condiciones de las futuras elecciones, todavía no se sabe si habrá reforma electoral, y para colmos se entregaron en brazos de los partidos “zancudos”, colaboracionistas.

La Coalición Nacional ha sido proclamada en varias oportunidades: el 15 de enero, el 25 de febrero y después el 25 de junio, pero sigue trabada interna en disputas por el control de la misma. Los partidos zancudos hicieron un bloque contra la ACJD y la UNAB, bloqueando la participación de los grupos estudiantiles y juveniles que han logrado sobrevivir a la represión.

La urgente reunión con Michel Kozak

Mientras la crisis de la dictadura se agudiza cada vez más, no existe una oposición beligerante que goce de apoyo popular. Según las últimas encuestas, más del 70% de la población rechaza a los partidos actuales. El resultado es que ante el enorme vacío de oposición, la dictadura logra sobrevivir. Esta contradicción, al parecer, ha preocupado al Departamento de Estado de Estados Unidos, quienes temen que la dictadura Ortega-Murillo termine imponiéndose en la batalla electoral del 2021 ante una oposición políticamente incapaz.

En un acto inusual, el pasado 12 de agosto, Michael Kozak, subsecretario de Estado para América Latina, se reunió en una conferencia virtual con los representantes de la ACJD, UNAB y Movimiento Campesino (MC), sin presencia de los partidos zancudos que están en la Coalición Nacional, a pesar que el MC es un fiel aliado del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) de Arnoldo Alemán.

Las declaraciones de quienes participaron en esa reunión fueron varadas, hasta contradictorias. Ninguno ha dicho la verdad. El hecho que no asistieran los partidos zancudos muestra la preocupación del Departamento de Estado, por las alianzas que la ACJD y la UNAB establecieron con ellos. Pero las organizaciones sociales como la ACJD (donde participan las cámaras empresariales) y la UNAB no pueden enfrentar una campaña electoral, necesitan una casilla electoral. Y este hecho los hace dependientes de los partidos existentes.

Ese es el gran dilema. La ACJD y la UNAB no han querido convertirse en un partido político, prefieren seguir llamándose “organizaciones de la sociedad civil”. La no inclusión de los partidos zancudos, nos indica que la prioridad de Estados Unidos es la incorporación del partido Ciudadanos por la Libertad (CxL) a una nueva alianza electoral, que puede ser la misma Coalición Nacional reconvertida, o una nueva organización cuya creación todavía es difícil de precisar.

La ACJD y la UNAB están subordinadas

Las dos expresiones políticas de la rebelión de abril, al final de cuentas no manejan una política independiente, sino que siguen el guion que ha establecido la administración Trump, que le permitió a la dictadura llegar hasta donde esta, y que ahora se ve forzada a presionar con sanciones para obligar a la dictadura a aprobar una reforma electoral que permita elecciones vigiladas, que serían la transición hacia un nuevo gobierno.

Tanto la ACJD y la UNAB reciben fondos de las agencias norteamericanas y europeas, y esta dependencia económica impide que estas organizaciones manejen una política independiente. El caso de la ACJD es más grave, porque el COSEP y AMCHAM reflejan las posiciones del gran capital. Y la UNAB siempre a la cola de la ACJD. Por eso es que no hay una oposición beligerante, que plante el camino a seguir para derrotar a la dictadura.

La represión de la dictadura, por un lado, y la incapacidad de la ACJD y la UNAB, por el otro, se combinan para acentuar un vacío de dirección. La población tiene razón en rechazar a los partidos existentes.

Por una nueva alternativa política

Una vez más, no nos cansaremos de insistir que los diferentes grupos juveniles y estudiantiles, así como los grupos de autoconvocados que todavía sobreviven, necesitamos crear una nueva alternativa política, para dar la batalla político-electoral, pero sobre todo para garantizar la organización y movilización popular.

Las condiciones de las elecciones del 2021, no están claras todavía. Si hay condiciones, debemos librar una lucha enarbolando las banderas independientes de las reivindicaciones populares.

La unidad o alianza opositora con presencia de los empresarios no augura nada bueno, por eso debemos construir una alternativa independiente.


Por Diego Lynch

Una vez más, tanto la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, como sus eternos aliados los empresarios burgueses agrupado en el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), a pesar de sus contradicciones actuales, han pactado congelar el salario mínimo. No es la primera vez que lo hacen, violentando las leyes nacionales y los derechos tanto humanos como laborales de los trabajadores.

Tanto el Código del Trabajo en su artículo 85 y la Ley de Salario Mínimo en sus artículos 2, 4 y 8; establecen la definición del salario mínimo, los parámetros para determinarlos y cada cuanto deberá revisarse, siendo el periodo de revisión semestral- Según la legislación, el salario mínimo debe ser determinado tomando como referencia el costo de la canasta básica, la cual está constituida por cincuenta y tres productos.

Pacto Tripartito

Desde que el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) está en el poder (2007), ha pactado con los empresarios  con la famosa política de “diálogos y consensos” hasta abril del 2018, cuando se produjo el levantamiento popular contra la dictadura.

Se han puesto fácilmente de acuerdo, porque la familia Gobernante y su círculo más cercano se han convertido en grandes empresarios burgueses, y contrario a su discurso demagógico que habla de defender al trabajador y a los más pobres, ahora les interesa más proteger al sector empresarial y sus negocios, ayudados por los representantes sindicales quienes son afines al frente y muchos de ellos testaferros de Ortega y su esposa Rosario Murillo.

El distanciamiento entre el gran capital y la poderosa familia Ortega Murillo tiene algunos momentos de acercamiento y reconciliación, sobre todo cuando se trata de decidir el ingreso mínimo de los trabajadores.

La comisión tripartita sobre salario mínimo acaba de resolver congelar el salario mínimo, en medio de la crisis económica agravada por la pandemia. La revista Confidencial publicó un informe al respecto:

“El Gobierno de Daniel Ortega, una parte del sector privado y sindicatos afines al gobernante Frente Sandinista acordaron congelar, hasta el 28 de febrero de 2021, el salario mínimo promedio de los trabajadores en 6328.39 córdobas (183.5 dólares) a los nueve sectores de la economía, incluida la micro, pequeña y mediana empresa…El día de hoy la Comisión (Nacional del Salario Mínimo) en pleno está ratificando y firmando el acuerdo de ajuste del salario mínimo que quedó establecido en el acta el día seis de febrero de este año”, dijo la ministra nicaragüense del Trabajo, Alba Luz Torres, al concluir la reunión”. (Confidencial; 21 de agosto del 2020).

Canasta Básica: una necesidad y una ilusión para los nicaragüenses

El precio de la canasta básica en Nicaragua es todo un misterio, porque el Banco -central no publica las cifras reales sobre la economía. La ley señala que la canasta básica debe de contener 53 productos, sin embargo, el Gobierno ha querido establecerla en diecisiete productos, queriendo engañar de esta manera a la población y de esta manera aparentar que el congelamiento y los anteriores raquíticos incrementos al salario mínimo, son suficientes en la actualidad para cubrir las necesidades de los trabajadores. Una vil mentira.

Un informe del Sistema de Integración Centroamericana SICA, con fecha 15 de enero del año 2019, estableció que el salario mínimo cubría únicamente el 50% de la canasta básica: “El precio de la canasta básica en Nicaragua, que incluye alimentos, artículos para el hogar y ropa, cerró en 13,564.66 córdobas (unos 418.8 dólares), más del doble del salario mínimo vigente, informó este martes el Banco Central del país centroamericano”.

Salario mínimo acorde al costo de la vida

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), exigimos a la dictadura Ortega-Murillo que se derogue el congelamiento del salario mínimo, y que este sea de acorde al costo real de la vida. Denunciamos a todos los integrantes de la mesa del salario mínimo, patrones, gobierno y burócratas sindicales (CST y FNT) que no hacen nada.

Renta básica para los desempleados

Debido al aumento del desempleo, el Estado debe garantizar una renta básica, equivalente al menos a un salario mínimo, para que las familias puedan alimentarse. Este subsidio de desempleo es una necesidad urgente en medio de la pandemia. El estado debe garantizar esta renta básica, sea con dinero en efectivo, o por medio de paquetes alimenticios que completen todos los productos de la canasta básica.


Por Victoriano Sanchez

La tensión social y política continúa acumulándose. La pandemia ha agravado la crisis económica, y ya comienzan a sentirse sus efectos en los sectores populares. El desempleo ha aumentado y hay una quiebra masiva de los pequeños y medianos negocios. Y la situación tiende a empeorar

La reforma del Estatuto de la Coalición Nacional

Mientras la crisis económica se agudiza, la oposición burguesa aglutinada en la llamada Coalición Nacional apenas logra superar algunas de sus contradicciones. Antes de su lanzamiento, el pasado 25, estalló su primera crisis por la aprobación del Estatuto.

La Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) cuestionó que la toma de decisiones se hiciese por votación mayoritaria, y puso como condición un artículo transitorio que obligaba a rediscutir algunos aspectos centrales del Estatuto. Al final, las presiones de la ACJD, ausentándose temporalmente de las reuniones, rindieron fruto, y recientemente el Estatuto fue modificado, y los temas políticos torales como la conformación de la alianza electoral, la elección de candidatos y la elección del secretario ejecutivo se decidirían por “consenso”.

Los bloques internos que pensaban que podrían imponer el control dentro de la Coalición Nacional fueron derrotados, y se impuso el criterio de la ACJD, en el sentido que las decisiones no podían imponerse por mayoría calificada, como estaba originalmente.

La oposición burguesa acaba de superar su primera crisis, pero en cualquier momento viene otra crisis.

La elección de la representación juvenil

Los grupos estudiantiles y juveniles que surgieron en abril del 2018, fueron dispersados y atomizados por la brutal represión de la dictadura. De esa vanguardia juvenil, solo sobreviven algunos grupos, alienados en dos bloques. Uno, conformado por la Coordinadora Universitaria por la Democracia y la Justicia (CUDJ), afiliado a la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), y otro bloque de cinco agrupaciones juveniles afiliadas a la ACJD.

La Coalición Nacional pretendió inicialmente forzarlos a elegir una sola delegación. Ante la negativa de ambos, han surgido todo tipo de propuestas sobre la representación juvenil. Los partidos políticos zancudos incluso ahora quieren apropiarse de la bandera de la rebelión juvenil, llegando incluso los partidos tradicionales a plantear que las organizaciones juveniles partidarias deben tener una cuota de la representación juvenil.

Este pleito por la representación juvenil es una maniobra, porque lo mas importante, en todo caso, es que los jóvenes vuelvan a asumir el rol de conducción de la lucha democrática, entonces no se debe estar peleando por cuotas, sino discutiendo una política o estrategia común para que los jóvenes vuelvan a asumir el liderazgo que tenían en 2018.

Los nicas en la frontera

Mas de 500 nicaragüenses que estaban exiliados en Costa Rica decidieron regresar, pero la dictadura no los deja entrar porque no presentan el examen de covid. El desastre de la oposición se manifiesta en la increíble propuesta de la UNAB de conseguir fondos para hacer los exámenes, para que puedan entrar.

En vez de llamar a la denuncia internacional sobre este hecho, terminan aceptando las condiciones impuestas por la dictadura, cuando el articulo 31 de la Constitución estable meridianamente que los nicaragüenses tienen derecho a entrar y salir libremente del país.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se pronunció demandando que la dictadura realiza las pruebas de covid de manera gratuita.

El ataque a los templos católicos

En las últimas semanas han arreciado los ataques a los templos católicos. Esta es una expresión de la tensión social que existe y que se traduce en una confrontación con la Iglesia Católica, una organización que se ha opuesto a los desmanes de la dictadura.

Al parecer los ataques pretenden atemorizar a los obispos, en momentos en que crecen la tensión social, producto de la crisis económica que tiene a agravarse en el próximo periodo. En el último periodo, la jerarquía de la Iglesia Católica ha mostrado fisuras en torno a la forma sobre cómo solucionar la crisis.

La quema de la venerada imagen de la sangre de Cristo, que estaba en una capilla de la Catedral de Managua, ha escandalizado a los católicos, y ha provocado hasta la solidaridad del sector evangélico. Aunque no hay reacciones populares, al rechazo político hacia la dictadura es más evidente.

Algo grave ocurre para que los grupos de choque de la dictadura se atrevan a quemar las imágenes sagradas del catolicismo. El periodista oficialista Willian Grisgby Vado, director de Radio La Primerísima, denunció que está en marcha otro golpe de Estado, financiado por el gobierno de Estados Unidos.

Evidentemente, la inminencia de un nuevo estallido social, provocado por la crisis económica, es lo que mas preocupa a la dictadura, por eso atacan los templos católicos.


Por Victor Trejos

Eran los años 2000, Nicaragua había terminado con una dictadura, y recientemente con una guerra civil que dató una década completa. El país se encontraba en pleno proceso de reconstrucción social e institucional, o al menos eso es a lo que aspiraban nuestros padres y abuelos. La realidad fue otra.

A mitad del período de gobierno de Arnoldo Alemán, Nicaragua enfrentaba una convulsión social más, esta vez en tiempos de paz. Tales protestas sociales, implementadas mediante constantes asonadas, huelgas estudiantiles, laborales y de transporte y a su vez, múltiples quemas tanto de vehículos como de material inflamable sobre las principales calles de la ciudad capital. Demandaban al unísono, el cese de la privatización de los servicios públicos de parte de los gobiernos neoliberales de turno.

Como toda manifestación social, no tardó en sobresalir en escena el eje artístico y articulador que sería el principal acompañante del pueblo durante su lucha popular. Es acá donde la escena musical, liderada por un joven Alejandro Mejía, sentaría los precedentes de la música como medio de protesta, y a su vez sería pionero de la estructuración del rock nica tal a como lo conocemos hoy en día.

Pero ¿Qué sucedió con Alejandro, quien hoy viste camisetas temáticas de una tiranía?

Breve reseña de Alejandro Mejía

Cuando escuchamos el apellido Mejía y posteriormente la palabra "música" o "canción", de inmediato pensamos en la familia Mejía Godoy, siendo Carlos Mejía y Luis Enrique Mejía dos de los mayores exponentes de la música tradicional y testimonial en nuestro país. Hablar de los Mejía es hablar de cultura, de arte, pero también de lucha, ya que, durante el período de insurrección popular, ambos cantautores destacaron con obras alusivas a la Revolución Popular Sandinista, tales como: "Venancia", "Allá va el general", de Luis Enrique; y otras como "La tumba del guerrillero" y "Comandante Carlos Fonseca" de Carlos Mejía Godoy, por mencionar algunas.

En efecto, estas serían las raíces de Alejandro Mejía, hijo de Luis Enrique Mejía. Nació en 1970 para luego emigrar a Costa Rica con sus padres, desde donde retornaría 15 años después. Su incursión en la música fue a temprana edad, herencia familiar. Es también primo de cantautores reconocidos en la escena nacional e internacional tales como Luis Enrique (Príncipe de la Salsa) y de Ramón Mejía, también conocido como Perrozompopo.

Contra Políticos Ultrajantes

Los primeros pasos de Alejandro en la música los daría a través de la composición de piezas con alto contenido social, caracterizadas también por la energía y la irreverencia del género heavy metal durante toda su carrera.

A finales de los años 90, junto con otros músicos, funda el grupo Contra Políticos Ultrajantes, mejor conocido como C.P.U. Es aquí donde Alejandro se consolida como el referente nacional de la música de protesta. En 1999 se desarrollaban las batallas campales entre estudiantes y la policía nacional, quienes reprimían con gases y balas de goma a los estudiantes que lucharon por la reasignación del 6% constitucional hacia las universidades públicas del país.

Las letras que escribió Alejandro partían de una crítica hacia el sistema político corrupto que presidía el caudillo Arnoldo Alemán. Uno de sus temas icónicos es el de "Obras y no palabras" en una clara respuesta a las promesas que Arnoldo Alemán pregonó durante su campaña electoral y que, a la fecha, de ese entonces, se mantenía sin cumplir. La canción realiza la enumeración de los principales puntos que causaron la inconformidad generalizada con su gobierno, producto de una cuestionadísima gestión pública.

Otro de los temas que marcó un precedente tanto social, como musicalmente fue el tema "Seguridad, Honor y Servicio" título que retoma, con total ironía, el lema institucional de la Policía Nacional. Acá Alejandro realiza un cuestionamiento directo al aparato coercitivo por excelencia del Estado, "Serviles del gobierno irracional" les nombra en uno de sus versos. El cómo las fuerzas de seguridad no actúan del mismo modo en contra de la burguesía, sino que es el pueblo (trabajador y proletario) quien se lleva la peor parte. La diferencia entre clases sociales.

Segundo período de gobierno sandinista

C.P.U. concluyó su puesta en escena a como concluyeron las protestas sociales. El pacto Alemán-Ortega había dado como resultado una serie de reformas a la constitución y a las leyes electorales que le permitirían al partido oficialista llegar al poder, y no salir nunca más.

Nace el proyecto musical "Grupo Armado" en el cuál Alejandro continuaba ejerciendo fuertes críticas, pero esta vez enfocadas en el tema medioambiental, en el amarillismo de los noticieros nacionales y por supuesto, en el impresentable sistema político nacional. Canciones como "Gárgolas" la cual hace una alusión directa hacia los padres de la patria, y el como para ellos "la democracia es un bacanal".

Grupo Armado se disolvió a los años siguientes, dando paso a el proyecto musical más maduro y actual de Alejandro, el grupo Cargacerrada. Esta banda, influenciada por el Thrash Metal, define por si misma la carrera de Alejandro como uno de los máximos referentes de la escena del rock a nivel nacional.

El siguiente tema de carácter político a destacar en este artículo es el que lleva por nombre "Ladrón y cuenta nueva". Habla del traspaso cíclico de una cultura de corrupción en las instituciones públicas e incluso en la presidencia. No importa quien gobierne, aunque cambien de cara, el ladrón hace borrón y cuenta nueva. Dejando implícito que la corrupción estatal es transversal a cualquier ideología política que llegue al poder.

Este cuestionamiento al dilema ideológico y el poder se amplía en la canción "Señor Gobierno" en el cual Alejandro narra desde la perspectiva de un gobierno, valga la redundancia, la finalidad del mismo para con su pueblo. Es una crítica al despotismo y contra el autoritarismo con el cual, el Frente Sandinista, desde su auto nombramiento de izquierda, continuaba oprimiendo al proletario, a los que están desde abajo.

"Soy liberal, soy sandinista.

Soy rojo con mancha,

Soy rosado chicha.

Soy el águila,

Soy el martillo, soy la hoz.

Soy el mazo, con que les doy mazo."

La ruptura de los ideales revolucionarios

Con el estallido social de abril en 2018, y la evidente represión gubernamental en contra de los manifestantes, los artistas se vieron obligados a tomar una posición política de acuerdo a sus ideales. Es de esta forma en que músicos como Carlos y Luis Enrique Mejía no dudan en tomar bando a favor del pueblo opositor. Nuevas canciones de protesta surgieron de los hermanos Mejía Godoy, lo que les forzó a un exilio del cuál no han retornado.

Renegado y arrepentido

Alejando Mejía, a los pocos días del 18 de abril colocó un post desde su página oficial, en el cual reclamaba al gobierno sandinista de haber perdido sus ideales. "¿Por qué les cuesta tanto admitir que la cagaron? La represión, los muertos, la censura a la libertad de expresión no es el Sandinismo que yo conozco." Fue su último pronunciamiento sobre la crisis nacional.

A finales del siguiente año, Alejandro sorprende al anunciar un único concierto en Managua, de la mano de nada más, y nada menos, que el hijo de la pareja dictatorial, Juan Carlos Ortega, quien hasta antes de la crisis lideraba una de las mejores bandas de rock nica de la actualidad. Este desacierto de Alejandro provocó la indignación inmediata de una gran mayoría de sus seguidores, incluso de los mas longevos, puesto que este acto simbolizaba una traición hacia los ideales que alguna vez inspiraron a muchísimos jóvenes a continuar alzando la voz ante las injusticias.

La pasada conmemoración del 41 aniversario del triunfo de la insurrección popular, desfigurado en su totalidad por el FSLN, pudimos observar imágenes de don Alejandro vistiendo los emblemas sanguinarios de la dictadura de Ortega, confirmando asimismo, su respaldo político hacia la tiranía.

Existe una amplia discusión en el tema de la separación entre el artista y su arte. A raíz de esto me permito cuestionar sobre la validez que hoy en día tienen aquellas canciones de protesta antigubernamental. Y es que el mensaje que Alejandro nos deja en sus temas es que no importa quien esté en el poder, no importa el credo, ni político, ni religioso, ni social, ni económico. Corrupción es corrupción, y dictadura es dictadura.

El nuevo despertar de la música de protesta

Nuevos artistas, nuevas canciones y nuevas consignas han surgido junto con el estallido de abril. Mismas que logran tanto testificar, como aglomerar las demandas que juntos exigíamos desde las calles. Cantautores como Jandir Rodríguez y su icónica "Héroes de Abril", o el trabajo sobre memoria plasmado en los versos de Mario Ruiz en "La Ráfaga" y "Eran Estudiantes", logran marcar un antes y un después en nuestra historia, una historia cargada de luchas y de heridas todavía sin sanar.

La violencia policial, la represión gubernamental, la degradación de las instituciones públicas, los pactos como práctica política son cosas que hoy en día continuamos presenciando. El hecho de que hace 20 años se protestara por estas mismas transgresiones nos indican claramente que nada ha cambiado en todo este tiempo. ¿Cuánto hemos avanzado como sociedad? En 16 años de neoliberalismo y 13 años más de sandinismo, todo sigue igual.

Es momento de hacer un cambio, esta vez y para siempre.


Por Victoriano Sánchez

Ahora muchos reniegan de las enseñanzas de la revolución de 1979. Y es que el fracaso de la revolución de 1979 trajo muchas frustraciones, que se han acumulado a lo largo de los últimos 40 años. Los crímenes de la dictadura Ortega-Murillo han revivido el fenómeno del anti sandinismo. Casi siempre se asocia la revolución de 1979 a su conducción, pero esto es válido hasta cierto punto.

Los enemigos de una nueva revolución, los que conspiran para un “aterrizaje suave”, explotan esta confusión, para llevar agua su molino y afianzarse como las figuras de recambio ante el inevitable derrumbe de la dictadura actual.

Diferenciar el rol de la conducción de la dinámica de la revolución

Para asimilar las experiencias de 1979, debemos diferenciar entre el rol que juega una dirección política o militar, y la dinámica misma de la revolución. En el periodo 1977-1979, el FSLN logró atraer las simpatías populares por su firmeza en la lucha contra la dictadura. La revolución estalló el 10 de enero de 1978 cuando el pueblo explotó en las calles al enterarse del asesinato de Pedro Joaquín Chamorro, quien luchaba en solitario contra la dictadura

Las masas despertaron a la política en 1978 y vieron en el FSLN una dirección firme, con la cual valía la pena arriesgar la vida, y lo hicieron. Al desaparecer el máximo líder de la oposición burguesa, el FSLN se convirtió en un polo de atracción, nutriéndose de muchos anti somocistas sinceros.

Esta audacia revolucionaria, la firmeza a la hora del combate, fueron factores que permitieron al FSLN ganarse las simpatías de las masas, pero la revolución había estallado y tenía su propia dinámica, lo que hizo el FSLN fue aprovechar esa dinámica y conducirla, explotando hábilmente los puntos más débiles del somocismo.

Sobre la unidad contra la dictadura

Cuando les conviene, la oposición burguesa rescata la gran unidad nacional que se dio en la lucha contra Somoza. Eso es una mentira descarada. Igual que hoy, el gran capital estaba dividido, lo que se manifestó en varios intentos de negociación con la dictadura para crear un somocismo sin Somoza. A finales de 1978 surgió el Frente Amplio Opositor (FAO) que junto a la OEA siempre intento una salida negociada de la dictadura. Fue la terquedad de Somoza la que impidió esa salida negociada. Incluso, el FAO en medio de la insurrección de 1979 intentó llegar a una negociación en Caracas, Venezuela.

El FAO entro en crisis a finales de 1978, el grupo de los Doce (aliados políticos del FSLN) se salieron y con el Movimiento Pueblo Unido (MPU) y otros grupos, crearon en febrero de 1979 el Frente Patriótico Nicaragüense (FPN), como brazo político del proceso insurreccional.

Nunca hubo unidad total. La burguesía estaba dividía, y la guerrilla del FSLN tuvo la virtud de nunca detenerse ante las dificultades, siempre confiando en la lucha de masas, que había adquirido la forma de una guerra de guerrillas en todo el país.

No habían ongs

Una diferencia sustancial entre 1979 y la lucha actual, es que en aquella época no habían ongs que pretendieran jugar un rol político. Ahora tenemos el fenómeno que los ongs pretenden sustituir a los partidos o direcciones políticas, organizando seminarios en hoteles, impartiendo cursos con ideologías sobre la ciudadanía, el empoderamiento social, la horizontalidad, las auditorias ciudadanas, el control ciudadano, etc, que crean una nebulosa ideológica e impiden a los jóvenes dar el salto en la construcción de direcciones políticas revolucionarias a nivel nacional.

Al contrario, cuando se produjeron las masacres y la represión sangrienta contra los tranques en 2018, estos ongs llamaron a la “lucha pacífica”, a la “resistencia pacífica”. Como los cristianos de la antigüedad, solo faltó que llamaran a poner la otra mejilla.

Una enseñanza que no debemos desechar

Cuando el FSLN era un partido revolucionario, nunca dejo de impulsar las luchas, nunca de detuvo ante las dificultades, siempre para adelante, sin detenerse jamás. Esta es una cualidad que las nuevas generaciones debemos copiar y mejorar, precisamente para luchar contra aquellos que en 1979 fueron revolucionarios, pero ahora ya no lo son.

Tenemos que estudiar a nuestros enemigos, observar su comportamiento político, para luchar eficientemente contra ellos. A la guerrilla se le opone la contra guerrilla, a la lucha política contra la dictadura debemos oponer y mejorar las tradiciones revolucionarias de 1979 que permitieron derrotar a la dictadura somocista, para que podamos derrotar también la actual dictadura Ortega-Murillo en el periodo inmediato.

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