Por Maximiliano Cavalera.
El 14 de junio de 1982 la dictadura argentina, gobernada por el general Leopoldo Galtieri, firmó la capitulación de la guerra que habían iniciado en el mes de abril del mismo año. 74 días duró la guerra de las Malvinas en donde murieron más de 600 argentinos y aproximadamente 300 británicos. La guerra fue calculada por una dictadura profundamente desgastada para lograr mantenerse en el poder, pero la historia fue lapidaria para la sangrienta dictadura.
La derrota de Argentina en la guerra significó la caída de los militares y el nacimiento de la democracia burguesa. Pasados 30 años de la derrota argentina en las Malvinas, el malestar continúa en una nación que ve como su soberanía se vio, y es pisoteada, no solo por la lacra de la dictadura, sino por el imperialismo británico, que tras 30 años sigue siendo una potencia imperialista y ondea la bandera del imperio britano en tierras americanas.
Las Islas Malvinas.
Las Malvinas es un archipiélago ubicado en el atlántico sur, en la plataforma continental americana. Está propiamente frente al mar argentino. Este archipiélago fue descubierto por Magallanes en 1520, en el lapsus de su historia pasó bajo el dominio español, francés y finalmente argentino. Fue en el año de 1833 que las islas fueron invadidas por los ingleses. Desde entonces el control del archipiélago ha estado en manos del imperialismo britano.
Fue a inicios del siglo pasado que los gobiernos argentinos han exaltado el patriotismo por la pérdida de la soberanía de las Malvinas. El conflicto también ha suscitado la exaltación chauvinista de parte de algunos gobiernos, en especial de los gobiernos dictatoriales que al verse rebasados por el descontento del pueblo han levantado el nacionalismo para ocultar los problemas políticos y sociales que aquejan a la población.
Eso fue lo que pasó en 1982 en Argentina con una dictadura al borde del abismo: “se trató de una aventura de la dictadura para escapar a un impasse político derivado de una crisis económica sin precedentes (quiebra de bancos y empresas, desocupación récord, inflación, alta deuda externa, etc.). La fractura del gobierno militar se manifestó en el golpe contra Viola y el ascenso de Galtieri, en medio de una recuperación de las luchas obreras.” (http://po.org.ar/debate-malvinas)
La guerra iniciada por la sangrienta dictadura militar.
Al caer el gobierno de Isabel Perón se instaura en Argentina una de las dictaduras más sangrientas de la historia de Latinoamérica. La dictadura significó un esfuerzo para contrarrestar las fuerzas revolucionarias que se venían desarrollando en el gobierno de Isabel Perón.
La dictadura instauró un sistema de terror en el que persiguió y ejecutó a la dirigencia sindical, estudiantes, guerrilleros, políticos y partidos obreros, persiguiéndolos buscando su aniquilamiento.
Como mencionamos, a inicios de los años 80s la dictadura había abierto las puertas del modelo neoliberal provocando que el descontento social acalorase la ya trágica situación del pueblo argentino. La inflación comenzaba a rondar un 90% anual, se sentía la embestida de una recesión, la depreciación del salario, el empobrecimiento de las clases medias, el Estado se sobre endeuda con la banca nacional e internacional. Es decir, la dictadura se revistió con un lenguaje político de lucha contra el comunismo pero en el fondo significó la venta del patrimonio argentino a la burguesía argentina e internacional.
A finales de marzo de 1981, Leopoldo Galtieri estaba en el poder producto de algunos regateos en la junta militar. Roberto Viola había desplazado a Jorge Videla, y en diciembre de 1981 lo acompañaban a Galtieri el Brigadier Basilio Lami Dozo y el almirante Jorge Anaya. La dictadura sabía que tenía una caldera a punto de estallar, se dice que fue Jorge Anaya el que propuso la invasión a las Malvinas. Algunas fuentes recientes informan que la dictadura había planificado la acción militar de forma tal, y bajo el supuesto que la respuesta militar inglesa estaba descartada. Es más, se dice que la embajadora de los Estados Unidos en las Naciones Unidas, Jane Kirpatrick, quien pertenecía al entorno de Reagan, ayudó a la que la dictadura asumiera este supuesto.
El 19 de marzo del 82 un grupo de trabajadores argentinos desembarcaron e izaron la bandera argentina en uno de las islas con dominio inglés, la isla Georgia. El buque inglés HMS Endurance fue enviado a resguardar la zona.
El 30 de marzo hay una tremenda jornada de movilizaciones que se calcula llegaron cerca de 50 mil trabajadores. Como diría Cayo Julio Cesar: Alea Iacta Est, es decir, la suerte estaba echada para la dictadura, ejecutaría su plan creyendo que Inglaterra no respondería. Pero sus cálculos estaban erróneos, al desembarcar en las Malvinas no contaron que la entonces primer ministra británica Margaret Thatcher estaba muy desprestigiada y buscaría la guerra con la Argentina para conseguir su reelección.
Algunas investigaciones modernas demuestran que el entonces canciller Costa Méndez ya había planificado retirarse de las islas el segundo día del desembarco, pero no contó con dos factores importantes que determinarían el comportamiento de ambas partes en conflicto: “Uno el de la Thatcher, que buscó la guerra. El otro, que él coloca en primer lugar, es la formidable reacción interna, la formidable reacción que significó la Plaza, el vibrar de toda la Argentina” (Ídem)
Fin de la guerra y también de la dictadura
La guerra se desarrolla en el trascurso de 74 días. Desde Portsmouth y Plymouth partieron fuerzas britanas a las Malvinas para atacar por mar y por aire Puerto Argentino y Puerto Darwin. El 6 de mayo hundieron el barco argentino General Belgrano. Como suele ocurrir en esas ocasiones, la ONU propone el retiro de las fuerzas en conflicto y la administración temporal de la zona en disputa mientras duraban las negociaciones. Pero el imperialismo britano no necesitaba de la aprobación de la ONU, contaba con la complicidad del imperialismo hermano de Estados Unidos. El 1 de junio el Ejército británico tomó el Monte Kent, a 20 kilómetros de Puerto Argentino. Sucesivas victorias permitieron a los ingleses ocupar las posiciones argentinas.
La guerra estaba perdida y la dictadura firma la capitulación el 14 de junio. Esto cambia la relación de fuerzas a lo interno de Argentina: “el segundo periodo es el de la guerra propiamente dicha. Empieza del 2 de abril de 1982 y culmina con la derrota militar en el Atlántico sur. En ella se combina la irrupción del movimiento de masas que apoya la reconquista de las islas con la colosal agudización de la crisis económica e institucional de la dictadura militar. La evolución de la situación contrarrevolucionaria a prerrevolucionaria se acelera al máximo y pasa a ser directamente revolucionaria." (Nahuel Moreno, 1982 comienza la revolución)
La revolución frustrada
Las consecuencias fueron radicales según Nahuel Moreno, “la situación cambia abruptamente en todos los órdenes. El cambio fundamental es en el régimen político: el proceso (de la dictadura militar) no existe más” (Ídem) Cae Galtieri y se disuelve la junta militar sube el general Bignone apoyado exclusivamente por el ejército. Este intenta dar aperturas en el régimen pero es demasiado tarde, los partidos políticos salen a la palestra y poco a poco consiguen libertades, los partidos trotskistas, maoístas, peronistas publican miles de publicaciones, sin contar que comienzan a abrir locales por el territorio. Pero un punto significativo es que los jefes militares acusados por los asesinatos y desapariciones comienzan a ser detenidos y enviados a la cárcel. El régimen cambió rápidamente por la derrota de la dictadura en las Malvinas.
Pasados 30 años el gobierno argentino de Cristina Fernández continua reclamando el derecho que tienen los argentinos sobre el archipiélago de las Malvinas. En aquel entonces el contexto era diferente al actual. Para los ingleses las islas fueron importantes por sus puertos balleneros, pero obviamente al reducirse la demanda de esta actividad los intereses en la zona han disminuido. Hace poco el gobierno argentino expropió la empresa española YPS Repsol porque consideraba que habían intereses soberanos sobre el área energética. Hoy sabemos que en la zona de las Malvinas hay yacimientos de petróleo importantes.
Como hace 30 años estamos en contra de la ocupación imperialista de las islas Malvinas, pero el contexto mundial ha cambiado, el conflicto se ha retomado nuevamente, en esta ocasión en las suntuosas salas de la ONU en donde está más que comprobado que la política imperialista es la que granjea los destinos de las humanidad y de sus pueblos. Pero la guerra y la derrota de la argentina no dejó solo cosas malas, significó que el pueblo abrió sus ojos contra la dictadura e inició un proceso que los llevaría a votar a los militares e instaurar un nuevo período de democracia que los revolucionarios no supimos aprovechar para iniciar una lucha revolucionaria contra la dictadura e instaurar un gobierno de los trabajadores. La historia fue inflexible, pero nuevamente la tarea es la misma: la lucha por la autodeterminación nacional contra la ocupación imperialista.