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La tercera Cumbre sobre Migración y la alineación de Arévalo

En junio del 2022, ante el enorme e indetenible flujo de migrantes hacia Estados Unidos, la administración Biden organizó una conferencia con gobiernos títeres. El resultado final fue la Declaración de Los Ángeles. En dicha cumbre, bajo el demagogo discurso de generar una migración segura, Estados Unidos estableció compromisos de los gobiernos títeres y definió una política de cuotas laborales para que los migrantes que llegan a trabajar no adquieran derechos de residencia y derechos políticos como futuros ciudadanos.

En 2024 le tocó a Guatemala ser el Estado anfitrión de la tercera reunión ministerial. Las reuniones de la tercera Cumbre de Migración en el marco de la Declaración de Los Ángeles, iniciaron el 7 de mayo en ciudad de Guatemala, con la presencia de cancilleres y vicecancilleres del hemisferio americano bajo la presidencia de Bernardo Arévalo.

El “progresista” gobierno de Arévalo ha resultado en una tremenda decepción. La actual política de exterior de Guatemala esta alineada y supeditada a Washington. Mas allá de los discursos y de las promesas de inversión de México y Canadá, para crear fuentes de empleo que contengan a los migrantes, no existe unanimidad de criterios en torno a las causas de la migración. Independientemente de las diferencias que existen entre Biden y López Obrador, el gobierno de México pretende absorber la migración procedente del sur, generando ventajas para su  burguesía,  ofertando empleo en sus maquilas y agro industria en el suroeste mexicano y la frontera común México-Guatemala, reviviendo el Proyecto Mesoamérica. El objeto central -AMLO y Arévalo tendrán una cumbre particular- es garantizar para Estados Unidos que se siga aplicando la política de represión en las fronteras al sur, para detener la migración.

Sin embargo, el real objeto de la visita Blinken y quizás, el principal, es garantizar los intereses geopolíticos del imperialismo estadounidense ante la competencia de potencias emergentes imperialistas como China y Rusia, donde Centroamérica entra en el tablero mundial como puente ístmico para el comercio, proveedor de bienes naturales y mercado para los productos de esas potencias, al igual que toda Latinoamérica. Esto pasa por garantizar la presencia militar norteamericana en Guatemala.

Además, desde la época de Trump, Guatemala se convirtió en un “tercer país seguro”, donde los migrantes son forzados a detener su travesía, y solicitar asilo en ese país, y hasta que las autoridades de Migración de Estados Unidos, autoricen el asilo, hasta entonces pueden marchar hacia Estados Unidos. Evidentemente, Arévalo se comprometió a mantener esa política de “tercer país seguro”, incluso contra su propia gente que abandona Guatemala en búsqueda de empleo y mejor nivel de vida.

En ese sentido el gobierno de Arévalo y Herrera, si  bien recientemente voto por el derecho a Palestina a un Estado, en general se alinea con las políticas de Washington. El posible reconocimiento del Estado Palestino, originó duras críticas demagógicas de la extrema derecha prosionista cómplice del genocidio palestino. Las posiciones de Arévalo contra la acción genocida  de Netanyahu han sido tibias, a diferencia de Belice que rompió relaciones con Israel.

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