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Por Alex Burguess
Desde el 27 de diciembre del 2008 hasta el 19 de enero del 2009, el gobierno sionista de Israel lanzó la más encarnizada y violenta ofensiva militar sobre Franja de Gaza ante la vista y paciencia de las burguesías árabes. La operación “Plomo Fundido” va mas allá de garantizar la “seguridad” al pueblo judío; ha pretendido debilitar la capacidad militar de Hamás; y así forzarlo a un “Gobierno de Unidad Nacional” (junto con Al-Fatah) a la medida del enclave sionista y del imperialismo yanqui.
Esta ofensiva militar no es casual, es una de las etapas finales del plan sionista para llegar finalmente a “una paz duradera”; pero una paz que someta al pueblo palestino a la bota hebrea, y lograr por fin la constitución de un Estado Palestino y uno Israelí.
Ofensiva: Una etapa de la estrategia política
Este ataque a Hamás es sólo la última acción del sionismo para debilitarlo y destruirlo. A inicios del 2006, tras ganar las elecciones del 25 de enero; el imperialismo en su conjunto a través del llamado “Cuarteto” (EE.UU., Unión Europea, ONU y Rusia), presionó a Hamás a formar un Gobierno de Coalición con el oficialista Al Fatah. Este frete imperialista abogó, a través de los “Acuerdos de la Meca”, para que los Ministerios fueran “repartidos equitativamente” entre ambos partidos (Hamás y Al Fatah). Esta estrategia buscaba “acercar” a Hamás a las posiciones de Al Fatah (que ya ha reconocido el derecho de existir del Estado Judío). De forma asimétrica, sinembargo, EE.UU. e Israel se apresuraron a apuntalar militar y económicamente al gobierno del Presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ALP), Mahmud Abbas (Al Fatah): Israel “entregó” a Abbas por presiones de E.U. 100 millones de dólares que debían a la ANP en concepto de impuestos, dinero que Abbas se comprometió a no entregar al ministerio de Finanzas (Hamás) (AP - 19/01/2007); así mismo las fuerzas armadas leales a Abbas recibieron avituallamiento procedentes de Egipto (EFE.-21/01/2007).
Mientras eso sucedía, tanto Abbas como el imperialismo y el sionismo apostaron a debilitar a Hamás, creando un “bloqueo comercial” para ahogar al gobierno de Franja de Gaza. Esta situación provocó el estallido del Gobierno de Unidad Nacional en Junio del 2007; cuando Hamás armas en mano expulsó a Al Fatah de Franja de Gaza proclamándose como única fuerza en dicha región. Esto marcó el génesis de la estrategia sionista que desembocó en el reciente genocidio del pueblo palestino.
Un plan preciso
En noviembre de 2007, una conferencia auspiciada por el presidente George W. Bush en Annapolis realizó conversaciones de paz, con el objetivo de crear un Estado palestino para fines de 2008. Tales conversaciones al fin y al cabo se estancaron, lo que provocó que el gobierno sionista abandonara tal diálogo en septiembre del dos mil ocho; no sin antes haber llegado a una tregua con Hamás, la que fue acordada el 19 junio de 2008; sin embargo: “Durante los meses de tregua, entre junio y diciembre de 2008, Israel nunca permitió un flujo que se aproximara ni remotamente a lo pactado.” Que era 450 contenedores de ayuda diarios. (El País.-12/01/2009) El sionismo incluso dejó de permitir la entrada de dinero en metálico a la Franja en busca de debilitar el asfixiado gobierno: “Esto es un castigo colectivo; una crisis construida por el hombre que hace que los pacientes mueran en los hospitales porque no hay medicamentos ni repuestos para las máquinas. Es una prisión que encierra a millón y medio de rehenes”, señaló Sami Mshasha, portavoz del programa de Naciones Unidas para los refugiados (UNRWA). (El País.-26/12/2008)
Este bloqueo económico es parte de la estrategia sionista para ahogar al gobierno de Hamás; y sin lugar a dudas cuenta con el beneplácito de Al Fatah: “Jueces y funcionarios de justicia fieles a Fatah abandonaron sus trabajos siguiendo instrucciones del presidente, Mahmud Abbas. Cobran sus salarios a condición de rechazar toda colaboración con el Ejecutivo de Haniya. Lo mismo hicieron muchos profesores de escuela, que se sumaron a la huelga, y los médicos. Aunque en este caso, son muchos los que afirman que no dejarán morir a gente por seguir las directrices de Fatah.” (El País.-29/12/2008). Esta cruenta asfixia fue la causa fundamental de que Hamás rompiese el “cese al fuego” el 14 de noviembre del 2008, dando paso a la operación militar sionista “Plomo Fundido”.
Ante esta cruda realidad, la población de Gaza ha tenido que improvisar, y han sido los túneles inter-fronterizos una opción paliativa a esta caótica situación: “Sólo la economía del túnel, la de los que conectan con Egipto y que permiten el contrabando de bienes, alivia en parte la escasez, pero son muy pocos -en un territorio con el 51% de la población por debajo del umbral de la pobreza-, los que pueden acceder a estos productos sometidos a una hiperinflación.” (El País.- 26/12/2008).
La operación militar
La operación militar genocida de Israel recorrió el mundo entero, con imágenes brutales y aterradoras de un pueblo palestino hambreado y miserable siendo bombardeado por el ejército más poderoso del medio oriente. El ejército israelí no tuvo el menor rubor de atacar escuelas, hospitales, incluso cementerios y mezquitas; ni siquiera los edificios ocupados por la ONU se salvaron de ser blancos de la furia militar. Efectivamente, tal operación militar lejos de garantizar “seguridad” judía, buscó debilitar y destruir el aparato militar y político de Hamás: "Haremos que Gaza vuelva atrás décadas en cuanto a su capacidad militar consiguiendo el máximo número de bajas enemigas y sufriendo el mínimo número de bajas propias" afirmó Yoav Galant, el general a cargo de la operación. (El País.-29/12/2008)
El bloqueo económico que se ha mantenido sobre el área los últimos ocho años, y la recién concluida ofensiva militar han dejado a Gaza postrada; los datos no pueden ser mas reveladores: más de 1,200 muertos (más de 400 niños y más de 100 mujeres); así mismo entre 80,000 y 90,000 desplazados, el 75% de la población no tiene electricidad; 800,000 personas no tienen agua potable (paralizadas 170 estaciones de bombeo de agua y tratamiento de aguas residuales); 70% de los pacientes crónicos han suspendido su tratamiento; 25% de los médicos y enfermeros no pueden acudir a los hospitales; de las 27 fábricas de pan, sólo 9 funcionan. (El País.- 12/01/2009)
Ataque medido a reloj
El ataque israelí no fue azaroso, ni mucho menos se debió a los cohetes que los islamista lanzan a los asentamientos judíos; fue una maniobra militar preparada y cronometrada para debilitar la infraestructura de Hamás, ataque que fue medido en segundos con respecto al contexto político interno y externo. Israel se dirige en los próximas semanas a un proceso electoral decisivo, donde el gobernante partido Kadima se encuentra a la saga de su rival el partido Likud; sin embargo, esta ofensiva (que es vista con simpatía por más del 90% de los judíos), ha redimido electoralmente al partido de Gobierno: “En esta ocasión, los sondeos indican que la guerra ha ayudado a Tzipi Livni a reducir la brecha con su rival del Likud, Binyamin Netanyahu.” (BBC.-10/01/2009) Esta campaña militar parece ser la carta política que un sector del partido Kadima encabezado por la Ministra de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni utiliza para ganar popularidad, al mismo tiempo que intenta superar a las demás alas políticas israelíes: “periódicos israelíes destacan las diferencias dentro del gabinete israelí, donde Barak parecería conformarse con en un objetivo limitado mientras que la ministra de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni, contempla un plan más ambicioso.” (Ídem.)
Con respecto al panorama internacional, Israel calculó hábilmente la campaña militar; mientras el mundo se paralizaba por la crisis económica mundial y concentraba sus esperanzas en el triunfo y asunción a la Presidencia de Obama en EE.UU., el ejército sionista masacraba a la población en Gaza. No es sorpresa, que Israel se apresuró a utilizar los últimos días del mandato de su aliado incondicional Gerorge W. Bush para arremeter de forma genocida contra Franja de Gaza. Un eventual gobierno de Obama, quien "comprende las razones por las que Israel tiene que defenderse de los cohetes lanzados por Hamás, pero comprende también el sufrimiento de los palestinos" (El País.-14/01/2009); más sin embargo hasta no tener una postura clara se hubiese puesto en “jaque” la operación militar, pues si bien es cierto Obama no critica a Israel; no se compara con el apoyo incondicional brindado por Bush durante ocho años, aún y cuando el gobierno Demócrata no vacila en defender el derecho del uso a la fuerza, como lo ha reivindicado la nueva Secretaria de Estado Hillary Clinton: “Queremos construir un mundo con más aliados que enemigos. La diplomacia será la vanguardia de nuestra política, pero sabemos que el uso de la fuerza será necesario en ocasiones" (Ídem)
Burguesías Árabes colaboracionistas
A pesar de que la ofensiva sionista provocó manifestaciones en los países árabes (Siria, Líbano, Irak, Jordania, Irán, y Egipto); los gobiernos burgueses de estos países, en los hechos no hicieron nada por apoyar a Hamás en la lucha contra el Gobierno Sionista, más que profesar discursos y diatribas para “calamar” la indignación popular. Esto debido a que estas burguesías poseen intereses económicos-políticos con el sionismo. Los casos más elementales son Jordania y Egipto, que mantienen “Acuerdos de Paz” con Israel.
Papel especialmente vergonzante el del Gobierno egipcio, que se ha mostrado como un mediador “perfecto” en el conflicto; sin olvidar que este país mantiene cerrado el Cruce de Rafah con la Franja de Gaza desde junio de 2007, una mediada destinada a debilitar a Hamás. Tanto Egipto como Jordania se oponen al fortalecimiento de Hamás por razones internas: “Los Hermanos Musulmanes son potentes en el país del Nilo y tampoco se les puede despreciar en Jordania. El efecto contagio de un Hamás triunfante es inaceptable para la monarquía hachemí y para el régimen de Hosni Mubarak, que vigila atento la frontera con Gaza, única vía de escape para la tensión que se acumula en la franja.” (El País.-29/12/2008)
Las ricas burguesías árabes por su parte (Arabia Saudí y Kuwait), se limitaron a destinar fondos para la reconstrucción de la Franja, aportando US $ 1,000 millones el primero y un poco más de US $ 400 millones el segundo; apoyo que fue concertado en Cumbre de la “Liga Árabe” realizada en Kuwait. Está claro que las burguesías árabes no pondrán en juego “su pellejo” por el pueblo palestino.
Gobiernos Árabes: sólo retórica
Del otro lado de Jordania y Egipto (gobiernos considerados como “títeres” por los islamistas radicales), se apreciaron los Gobiernos “anti-judíos”; que a pesar de la retórica incendiaria, tampoco hicieron nada por apoyar a Hamás y el pueblo de Gaza contra la bota sionista: “El régimen sirio ha suspendido las conversaciones indirectas con Israel, un brindis al sol porque no cabía esperar avance alguno antes de las elecciones que se celebrarán en Israel el 10 de febrero” (El País.-29/12/2008)
Siria, Irán y 12 de los 22 países de la Liga Árabe, se reunieron (paralelamente a la Cumbre de la Liga Árabe) con dirigentes de Hamás en el exilio en Doha (Qatar), donde se limitaron a concluir que la Iniciativa de Paz con Israel “estaba muerta”, llamando a los países árabes a romper relaciones con Tel Aviv, llamado que fue retomado únicamente por Qatar y Mauritania.
Además, la poderosa organización político-militar Hezbollah (Líbano), igualmente se limitó hacer un “llamado” a una tercera Intifada; sin embargo el apoyo militar a Hamás nunca llegó. La situación política de Hezbollah ha cambiado radicalmente desde la ofensiva militar que Israel montó en Líbano en 2006; curiosamente su capacidad militar desde entonces ha crecido: “De acuerdo a varios gobiernos occidentales, Hezbolá ha triplicado su capacidad militar desde 2006, con más de 40.000 misiles en su arsenal” (BBC.-08/01/2009), más sin embargo el hecho de que sea parte del Gobierno de Coalición lo deja maniatado: "Hezbolá no está en una posición de poder darse el lujo de aguantar el peso de una segunda guerra con los israelíes (…) aunque militarmente está más fuerte que nunca, Hezbolá ha atravesado momentos agitados en la política libanesa y acaba de formar un gobierno de unidad nacional con sus rivales políticos" señala el Analista Amal Saad-Ghorayeb (ïdem).
Así pues, tanto los llamados “gobiernos títeres” (Arabia Saudí, Jordania, Egipto, Kuwait, etc.), como los del “eje terrorista” (Irán, Siria y Hezbollah) en los hechos, durante la ofensiva militar coincidieron en todo: NO HACER NADA.
La salida unilateral
Finalmente las bombas cesaron dejando a Franja de Gaza destruida y en ruinas. Es ahora que se comienza a clarificar el nuevo escenario geopolítico en el Medio Oriente. Hamás sin lugar ha duda ha sido más que diezmado en su poderío militar. Israel decidió retirarse unilateralmente: la tarea militar estaba concluida; ahora se acerca (luego del “garrote”) una componenda en la que confluyen muchos intereses. Hamás se ha reclamado victoriosa por la salida de Gaza de los soldados, nada más lejos de la realidad.
Aunque las burguesías árabes buscaron desesperadamente un “Acuerdo de Cese al Fuego”; Israel –luego de cumplido su objetivo militar- cesó los ataques, pues logró su objetivo político: debilitar a Hamás militarmente y lograr un acuerdo con EE.UU. y Egipto para intensificar el cerco militar sobre Franja de Gazai: "La secretaria de Estado (Livni) ha notificado que EE UU estaría preparado para ayuda a solucionar el asunto del contrabando y a firmar un memorando de entendimiento con Israel sobre la materia" (El País 15/01/2009). El acuerdo incluye: “(…) el uso de material de detección, vigilancia aérea y posiblemente el despliegue de barcos de países de la OTAN para impedir el tráfico marítimo.” (El País.-16/01/2009) Egipto posee una participación vergonzosa, se ha sumado al plan: “Ya se han desplegado varias decenas de militares estadounidenses en el lado egipcio de la frontera” (El País.-08/01/2009) Israel ha abandonado Gaza, no sin antes dejar una latente amenaza, Livni señaló: “Si Hamás dispara, tendremos que responder, y si dispara después de un periodo de tiempo, tendremos que montar otra campaña (…) He dicho que el final no tiene que ser en acuerdo con Hamás sino más bien en acuerdo contra Hamás". (Ïdem) Más claro, ni el agua.
Desgaste de Al Fatah
La ofensiva sionista a Franja de Gaza, y el inexorable debilitamiento militar de su contrincante Hamás, si bien ha sido condenado por Al Fatah, en los hechos lo ha debilitado políticamente ante la población palestina, pues su conducta displicente ha significado una aprobación tácita a la masacre de los milicianos patriotas de Hamás y el pueblo palestino. Las criticas no se han hecho esperar: “La población se sintió defraudada, porque el proceso de paz es una mentira; sólo ve cómo se amplían las colonias judías y la construcción del muro. Israel ha asesinado el proceso de Annapolis y Al Fatah pagará las consecuencias” señaló el diputado Fayez Saqqa (Al Fatah). (El País.-17/01/2008)
Todo ante la mirada impasible de la ANP. El desprecio general a aquélla es evidente: “La gente está muy enfadada con la ANP. No podemos hacer nada. Hamás está ganando popularidad en Gaza y también en Cisjordania, y la división entre los dos territorios se acentúa (…) Hay que detener las negociaciones con Israel y recomponer nuestra unidad. Negociando, no hemos conseguido nada para la gente" manifestó Munther Amira líder de las juventudes de Fatah en Belén. (El País.-31/12/2008) Contrario, Hamás, luego de “resistir” la oleada sionista ha salido relativamente fortalecido dentro de la opinión popular por su lucha desigual contra el ejército sionista.
¿Hacia otro Gobierno de Unidad Nacional?
Terminado el ataque, pareciera ser que este frente contrarrevolucionario (Israel, EE.UU., U.E., y las burguesías árabes) junto con la propia ANP, ahora que el poderío militar de Hamás es más débil, busca doblegarlos políticamente y obligarlos a la constitución de un Gobierno de Unidad Nacional encabezado por Al Fatah; así lo ha señalado el propio Abbas: “Lo que se requiere, si queremos de ponernos de acuerdo y espero que así sea, es un Gobierno de unidad nacional que gestione el levantamiento del bloqueo israelí, la apertura de pasos fronterizos, la reconstrucción y la celebración de elecciones legislativas y presidenciales simultáneas" (El País.-19/01/2009)
El plan una vez más está trazado: someter a Hamás políticamente al liderazgo colaboracionista de Al Fatah. Por este camino, Hamás está condenado a correr la misma suerte que Hezbollah: ser la pata radical de un régimen que busque una componenda con el imperialismo y el sionismo; y que lleve finalmente a la división de Palestina a costa de la eterna opresión y miseria del pueblo palestino bajo la bota sionista, mientras organizaciones pequeño burguesas como Al Fatah recibe las migajas económicas del sionismo y el imperialismo.
Entre le fundamentalismo islámico y el sionismo
Ante el ataque sionista al pueblo palestino, los revolucionarios estamos por la defensa militar de Franja de Gaza, y llamamos a combatir ante cualquier agresión hombro a hombro con lo milicianos de Hamás. Sin embargo, ahora que ya ha terminado el ataque militar, no debemos claudicarle a la dirección fundamentalista de Hamás.
El pueblo palestino se debate entre dos tendencias que a pesar de opuestas son reaccionarias: el fundamentalismo religioso y el sionismo. Mientras el sionismo aboga por desaparecer u oprimir al pueblo palestino para ocupar su territorio; el fundamentalismo –a pesar de que se opone heroicamente- busca implantar un Estado enraizado fuertemente en la ortodoxia del Islam, que dicho sea de paso propone el fiero combate a los “infieles”. Es ahí donde los revolucionarios debemos propugnar una lucha clasista; que nos lleve a la unión entre la clase obrera, tanto palestina como judía para vencer al sionismo y al fundamentalismo islámico.
Retomar la vieja consigna de la O.L.P.
El conflicto palestino lleva más de medio siglo, pero es el pueblo de Cisjordania y Franja de Gaza el que sufre el desalojo, hacinamiento y bombardeos de Israel; cuya población –judía- ve en las acciones extremistas de Hamás un peligro real y latente.
Los revolucionarios estamos por la destrucción del sionismo y del enclave judío, pero no para crear un Estado fundado bajo las directrices sectarias y anacrónicas de los movimientos islamistas de carácter pequeño-burgués. La única salida revolucionaria, es el desmantelar del enclave judío, y que Palestina se conforme como una sola nación, en donde puedan convivir de igual manera judíos y árabes. Hoy más que nunca se hace necesario retomar la vieja consigna de la O.L.P. que Al Fatah abandonó hace más de una década, y que Hamás desprecia ante su sectarismo religioso: Una Palestina, Laica, Democrática y no racista donde convivan judíos y musulmanes.