Por Nicolas Lebrun
Las pasadas elecciones al parlamento europeo han dado un resultado alarmante para los trabajadores.
Los fascistas, mimados, financiados y alentados por el gran capital han tenido una mayoría en las votaciones principalmente en las dos grandes potencias económicas de la Unión Europea; Alemania y Francia.
Después de ochenta años casi, después de la derrota del fascismo en el continente, estos personajes han tomado fuerza en las instituciones de la democracia burguesa, prestos a dar el golpe final y eliminar los derechos que los obreros han ganado luego de décadas de lucha. Las mujeres, las minorías étnicas y sexuales se ven amenazados por los partidos fascistas que no han tenido tapujos para referirse a sus proyectos.
El parlamento gira a la derecha
En Alemania y Francia, las locomotoras europeas, los resultados son los más alarmantes. Son estos países los que cuentan con más escaños. En ambos países, los partidos tradicionales o los “nuevos” partidos como el del presidente Macron se han visto golpeados. En Alemania, los votos por la AFD son superiores a los que obtuvo la socialdemocracia que vio decrecer el nombre de puestos en el parlamento. En Francia, el partido de Marine Le Pen obtuvo el doble de la votación que el partido del gobierno. La reacción de Macron fue la de convocar nuevas elecciones parlamentarias para el 30 de junio, abriendo la posibilidad para que el Rassemblement National llegue al palacio de Matignon.
“El equilibrio de poder en el Viejo Continente se está moviendo del centro hacia la derecha, como demostró la clara victoria en los comicios del conservador Partido Popular Europeo que, según los resultados preliminares, logró 186 escaños de los 720 que componen el PE, frente a los 135 de los socialdemócratas.
Ese viraje ideológico quedó claro con los resultados que obtuvo la extrema derecha tanto en Francia (primera fuerza) como en Alemania (segunda fuerza).” (BBC)
La subasta de medidas racistas y xenófobas
Quienes se extrañan o pegan gritos al cielo y llaman a hacer una barrera en contra de la llegada del RN en Francia son casi los mismos que han votado y promulgado leyes que los mismos fascistas hubieran hecho.
Como muestra un botón, la ley de inmigración propuesta por el gobierno de Macron fue aprobada gracias a un acuerdo con los partidos de la derecha y el mismo RN.
“La Asamblea Nacional francesa ha aprobado este martes la discutida y restrictiva ley de inmigración del Gobierno de Emmanuel Macron, gracias a los 268 votos a favor del bloque macronista, los conservadores de LR y la ultraderecha del RN, frente a los 186 en contra, básicamente de la coalición izquierdista Nupes.
Se trata de una mayoría "muy amplia", ha afirmado al final de la sesión el ministro del Interior, Gérald Darmanin, que ha subrayado su satisfacción por el hecho de que el bloque macronista, el más numeroso pero que no tiene mayoría absoluta, ha mantenido su unidad. Sin embargo, un total de 189 diputados del bloque de partidos macronistas votaron a favor, 27 en contra y 32 se abstuvieron. Por ello, los legisladores del RN permitieron la aprobación de la ley, ya que si sus 89 diputados hubieran votado en contra el texto habría sido rechazado.
El texto votado es producto de un acuerdo alcanzado este martes por la tarde entre el Gobierno de Macron y los conservadores franceses en una comisión mixta Asamblea-Senado, y que endurece la propuesta inicial y se parece mucho a la que había aprobado inicialmente el Senado, de mayoría conservadora. El golpe de efecto llegó cuando la líder ultraderechista Marine Le Pen anunció que su partido (Agrupación Nacional, RN) apoyaría el texto y trató de apropiarse de su aprobación, al proclamar "una victoria ideológica".” (rtve.es)
En Alemania el gobierno de Scholz no se ha quedado detrás. El año pasado, la coalición presentó un proyecto de ley con medidas anti inmigración, la cual fue aprobada de manera abrumadora por el Bundestag
“Deportación a gran escala. Un objetivo que busca cumplir Alemania, uno de los principales países receptores de refugiados del mundo. El Gobierno ha propuesto un proyecto de Ley con medidas que tienen como principal objetivo agilizar los procesos de deportación para los migrantes irregulares que llegan al país.
La ministra del Interior, Nancy Faeser, dijo que las medidas permitirán más y más rápidos retornos y deportaciones de personas sin derecho a permanecer en Alemania. Además, dijo, se trata de una deportación más rápida de delincuentes y personas peligrosas.
“Esto es necesario para que podamos seguir cumpliendo con nuestra responsabilidad humanitaria hacia las personas a las que debemos proteger de la guerra y el terrorismo”, dijo Faeser.
El proyecto de ley, que debe pasar por la aprobación del Parlamento en Berlín, propone, entre otras cosas, que la duración máxima de detención de una persona -mientras se analiza su caso- se amplíe de 10 a 28 días. “Esto les da a las autoridades más tiempo para prepararse para la deportación”, señaló la ministra.
También permitirá a la policía el ingreso a viviendas sin previo aviso para la búsqueda y localización de las personas que deben abandonar el país y ya no sería un requisito anunciar con anticipación la deportación a una persona. De esta normativa están exentas las familias con niños menores de 12 años.
“Nuestras nuevas regulaciones mejorarán las opciones de repatriación en un gran número de casos. Esto también incluye deportar a delincuentes peligrosos de manera más consistente y rápida”, insistió Faeser” (france24.com)
En este sentido, el partido de los Verdes, pseudo progresista sa ha apuntado a la cola de los demagogos de la derecha.
“El tono del debate es, por momentos, alarmante: "La cantidad de personas que llegan ahora es mucho mayor que la que se puede afrontar”, dijo hace poco el canciller alemán, Olaf Scholz. El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, dijo recientemente que se había "llegado al límite de la carga”. Y el vicecanciller Robert Habeck, de Los Verdes, declaró en una entrevista con el medio alemán RedaktionsNetzwerk Deutschland: "Para proteger el derecho a asilo debemos aceptar la realidad y resolver los problemas concretos, aun cuando eso signifique tomar decisiones moralmente difíciles”. (DW.com)
¿Un Frente Popular o una unidad de acción de la izquierda?
Desde hace ya varias décadas, las masas europeas se han visto confrontadas a una contraofensiva económica, política y social por parte de la burguesía que ha cercenado poco a poco las conquistas sociales obtenidas por duras luchas. La seguridad social, la protección de la infancia, la salud, la educación y todos los sectores que se orientan a la protección social, han visto cercenados sus presupuestos. Estas medidas han sido cocinadas en la UE con el objetivo de que la riqueza producida por los trabajadores vaya directamente a los bolsillos de las grandes empresas, los bancos y otros sectores de la burguesía financiera.
Ante esto, el chivo expiatorio como han sido los migrantes y los refugiados. Tal como en los años treinta, los judíos europeos fueron señalados como los responsables de la crisis económica de la primera postguerra.
Sectores de la pequeña burguesía urbana y del campo han asimilado este discurso y ante la debacle económica que han sufrido, le guiñan los ojos al fascismo. También algunos trabajadores empobrecidos han caído en la trampa y no identifican al enemigo real que los tiene en esta situación, la burguesía europea que ataca en forma coordinada contra las conquistas sociales.
En los años treinta, la puesta en marcha de los frentes populares en países como en Francia y en España para enfrentar al fascismo fueron los causantes de la derrota de las masas que permitió el ascenso del fascismo y la entrada en la segunda guerra mundial.
En Francia, los partidos de izquierda, la social democracia y los Verdes han hecho un llamado en ese sentido para las elecciones del 30 de junio. Figuras como el ex presidente Hollande se han montado en esta ola y son la cara de este agrupamiento.
Para los cortos de memoria y que han olvidado qué rol jugaron Hollande y su primer Ministro Manuel Valls durante su gobierno, nada mas de revisar su discurso en el año del 2015 en en cual anunciaba el aumento de los medios militares franceses dentro de la despreciable proyecto Frontex, el brazo armado y legal para perseguir a los migrantes a lo largo y ancho de las fronteras europeas.
“Así, el Consejo Europeo ha querido demostrar en primer lugar que era capaz de triplicar la capacidad que hasta ahora, a través de las operaciones Tritón y Poseidón en el marco de Frontex, Europa venía desplegando en el Mediterráneo. Triplicar significa ir incluso más allá de lo que existía en una operación llamada Mare Nostrum, que tenía como objetivo salvar vidas humanas y, al mismo tiempo, garantizar el control de las fronteras. La propia Francia debe tomar su parte, y aún más de lo que le corresponde, porque es su honor y su deber. Por eso anuncié al Consejo Europeo que íbamos a duplicar el número de expertos puestos a disposición de estas operaciones, a poner un patrullero también al servicio de Frontex -y, por tanto, de la operación- y un remolcador en alta mar.
¿Cuál es el objetivo? Como he dicho, un objetivo humanitario: evitar que los barcos encallen o zozobran y, por lo tanto, salvar vidas humanas. Al mismo tiempo, disuadir, en la medida de lo posible, una cierta cantidad de tráfico y garantizar que pueda haber control, de modo que no se aliente a los traficantes a dedicarse a su comercio. Sobre todo, porque este comercio suele financiar el terrorismo.” (discurso del 23/54/2015)
Creemos que la unidad de la izquierda, de los sindicatos y de otras organizaciones de defensa de los derechos de los migrantes y de las minorías sexuales es urgente. Las elecciones son solo un espacio de lucha ideológica, pero lo más urgente es redoblar las movilizaciones en contra del ascenso del fascismo, así como hacerles frente a las nuevas medidas presupuestarias anunciadas por Von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, que busca recortar los presupuestos en todos los sectores sociales.
Esto no puede ser una lucha aislada. La burocracia sindical ha saboteado las medidas unitarias dentro de los propios países, así como a nivel europeo. Se puede revertir esta situación si se la lucha se da dentro una intensa movilización combinada con la más amplia democracia para las bases político y sindicales.