Por Robert Smith

Era inevitable. La rebelión de los migrantes en California, específicamente en la ciudad de Los ángeles, es apenas la punta del iceberg de la crisis en Estados Unidos. Mas de 11 millones de trabajadores migrantes viven en las sombras en ese país. Las políticas de Trump de expulsar y deportar a estos migrantes, violentando las normas procesales que son parte esencial de las tradiciones democráticas de Estados Unidos, condujo inevitablemente al estallido social

La arremetida de ICE

En su campaña electoral, Trump prometió expulsar o deportar por lo menos a un millón de migrantes. Trump nombró a Tom Homan, quien ya había desempeñado un cargo similar en su primera administración, como nuevo “zar de la frontera”. Los métodos aplicados por Homan han convertido al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos (ICE) en una brutal policía que persigue y captura a los migrantes, sin respetar los procedimientos legales.

Este es un punto clave. Dentro de las tradiciones democráticas de Estados Unidos, hay un principio fundamental: el respeto a la ley y a los procedimientos judiciales. Con base a este precepto jurídico, el migrante tiene derecho a un juicio justo y a apelar en caso de obtener una sentencia que le perjudique.

Juzgar a 11 millones de migrantes por haber ingresado ilegalmente a Estados Unidos llevaría décadas, por esta razón Trump, como parte de su estrategia de asumir en los hechos más poderes como presidente, incluso por encima del Congreso de los tribunales de justicia, ha ordenado a Tom Homan proceder directamente, violentando los procedimientos administrativos y judiciales, persiguiendo y capturando a migrantes en sus casas de habitación, en sus centros de trabajo, incluso en Iglesias, sin ordenes judiciales,

ICE ha impuesto un ambiente de terror y persecución antiinmigrante. El resultado se ha hecho sentir en la economía: muchas empresas agropecuarias o de servicios (hoteles, restaurantes, etc) tienen problemas de mano de obra. La construcción en el Estado de La Florida, resiente la escasez de mano de obra.

La rebelión en Los Ángeles

El ocaso de ICE contra las comunidades migrantes ha sido tan brutal, que ha generado las primeras protestas contra las políticas de Trump. Quienes han salido a la calle son hijos de migrantes, ciudadanos norteamericanos nacidos en Estados Unidos que no pueden ser deportados. Son ellos quienes han enfrentado a las patrullas de ICE, porque planean deportar a sus padres.

Estas primeras protestas contra la política antinmigrante de Trump iniciaron como manifestaciones pacificas, pero rápidamente se convirtieron en violentos enfrentamientos contra las patrullas de ICE, que terminaron en batallas campales.

No es la primera vez que ocurre una rebelión de este tipo en Los Ángeles, protagonizada por las minorías raciales. En 1992, la Policía dio una brutal paliza y mató a un negro llamado Rodney King, el asesino fue absuelto por los tribunales de justicia, provocando semanas de protestas violentas en los barrios negros de Los Ángeles.

En este caso, quienes han iniciado las protestas contra ICE han sido las comunidades latinas, profundamente enraizadas en Estados Unidos, después de décadas de vivir allí.

Las protestas en Los Ángeles tuvieron replicas en San Francisco, y en Dallas, Texas, otro Estado con enorme presencia mexicana o latina.

Trump escala la represión

Ante el desarrollo violento de los acontecimientos, Trump, utilizando facultades del Presidente, que la ley otorga conforme la Ley de Insurrección de 1807, ordenó, sin consultar a Gavin Newsom, gobernador del Estado de California, el envió de 2.000 soldados de la Guardia Nacional para sofocar la rebelión migrante en Los Ángeles.

Obviamente, el envío de tropas hizo retroceder la protesta. No conforme, Trump después ordenó el envió de 700 marines, para fortalecer la presencia armada de las autoridades.

El intercambio de golpes entre Trump y Newson.

Gavin Newsom es el gobernador del Estado de California, donde el 50% de la población tiene orígenes migrantes. California es un Estado santuario, que no persigue a los migrantes, por la sencilla razón que son la principal mano de obra en el Estado. Esto le proporciona a Newson un perfil de político progresista, y es quien se postula, dentro del Partido Demócrata, como un posible candidato presidencial para derrotar a los republicanos en las elecciones de 2028.

Trump dijo que Newson era “incompetente” y que debía ser destituido. Por su parte, Tom Homan, amenazó con encarcelarlo a él y a Karen Bass, alcadesa de los Ángeles, por entorpecer las redadas de ICE.

Newson compareció en los medios de comunicación defendiendo a los migrantes y anunciando que demandara a la administración Trump por haber enviado tropas de la GN, por encima de su autoridad. En vez de ordenar la salida de tropas de la GN y detener las redades de ICE, promueve ilusiones de que los tribunales de justicia pueden detener los excesos de Trump.

La cobarde posición de los Demócratas

El Partido Demócrata no se recupera de la paliza proporcionada por Trump en las pasadas elecciones. Sigue a la deriva, apoyando por omisión a la administración Trump, con la aprobación de los recortes al gasto social en el Congreso. En el tema migratorio, guardan absoluto silencio. El ala izquierda de los demócratas, encabezado por el senador Bernie Sander y Alejandra Ocasio, representante por Nueva York, son los únicos que aparecen alentando las protestas contra las políticas de Trump.

Reforma migratoria y supremacismo blanco

Durante muchos años, bajo las administraciones demócratas, las tímidas propuestas de amnistía y reforma migratoria fueron bloqueadas por los republicanos. Este es un punto crucial para ellos.

De continuar la tendencia actual, con la migración legal o ilegal, y con la baja natalidad de la población de origen anglosajón, las minorías negra y latina pueden llegar a ser mayoría del electorado en Estados Unidos, lo que provocaría un cambio radical en el sistema político.

Trump asumió su segundo mandato con una tarea estratégica: frenar el crecimiento e influencia de la minoría latino dentro de Estados Unidos, por eso ha convertido falsamente a los migrantes en delincuentes.

Amnistía y reforma migratoria justa

Las protestas de las comunidades migrantes en California y Texas son los primeros pasos de la lucha contra las políticas de Trump. Los migrantes exigen una amnistía general y reforma migratoria que permita legalizar a quienes llegan a los Estados Unidos a trabajar, escapando del hambre y la miseria de sus países de origen.

La lucha ha obtenido una primera pequeña victoria: la administracion Trump ha anunciado que  se ha levantado la suspensión sobre las solicitudes de parole humanitario que beneficia a cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos, es decir, que los beneficiados pueden continuar haciendo sus tramites migratoros, aplicando a otros beneficios  como Procesos de Libertad Condicional para la Reunificación Familiar (FRP), Programa de Libertad Condicional para la Reunificación Familiar Cubana (CFRP), Programa para Menores Centroamericanos (CAM), Libertad Condicional para Emprendedores Internacionales, y Libertad Condicional para ciudadanos del hemisferio occidental entrevistados para la condición de refugiado en las Oficinas de Movilidad Segura (WHP). De mantenerse esta decision, mas de millon de cubanos, haitianos, venezolanos y nicaraguenses, evitan la deportacion inmediata y tienen una salida migratoria temporal.

Esta lucha será exitosa si los migrantes logran incorporar a la movilización a los trabajadores que son ciudadanos norteamericanos. Los migrantes son, por el momento, la vanguardia de lucha contras las políticas de Trump.

Mientras esto ocurre, los migrantes tiene derecho a un juicio justo, y a no ser deportados mientras libran su batalla en los tribunales de migración y tribunales de justicia.

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