Por Diego Lynch

Tras meses de calma y de pasividad por parte de la “oposición”, las brigadas de choques y de represión del partido de gobierno retomaron sus métodos guerrilleros y reprimieron con palos y piedras una marcha de la Coordinadora Civil, la cual terminaría con un acto cultural en los terrenos de la Catedral Metropolitana de Managua en el cual participarían un sinnúmero de artistas nicaragüenses.

Entre estas personas se encontraba el Periodista de la coordinadora civil Mario Sánchez, a quien agredieron a golpes y patadas hasta lograr quitarle sus instrumentos de trabajo (cámara fotográfica y de video), lo que es un claro atropello a la libertad de prensa y de expresión.

Al mejor estilo de la familia Somoza en los años 70, el Gobierno del Frente Sandinista ha venido reprimiendo a la población nicaragüense, es lamentable ver como es agredido todo aquel que de manera pacífica trata de hacer valer su derecho a expresarse y circular libremente por el país. El ataque de las fuerzas de choque del frente Sandinista en contra del acto cultural organizado por la Coordinadora Civil viola las libertades que la constitución política otorga a los ciudadanos para reunirse y manifestarse sin temor a ser reprimidos. No es la primera vez que esto sucede y el mensaje es más que claro, todo aquel que quiera salir a las calles y manifestarse será reprimido con palos y piedras.

A diferencia de otras veces, ahora se pudo observar a funcionarios públicos organizando y dirigiendo a las brigadas de choques, lo que nos demuestras que el gobierno y sus aparatos están dispuestos a continuar movilizándose para callar las voces de los grupos opositores que se le opongan y le critiquen.

Policía Nacional Pasiva

Al igual que en todos los ataques que se han dado a las marchas de la oposición, la Policía Nacional solamente observa las agresiones y no actúa ni detiene a ninguno de los agresores, lo que una vez más nos demuestra la fidelidad que esta institución lejos de proteger a la población, le es fiel al partido gobernante.

“Las calles son nuestras, ustedes son oligarcas, son ricos y no tienen derecho a estar aquí”, gritaban los dirigentes del grupo, mientras el resto apedreaba y garroteaba a quien pasara en frente. Otros vehículos que transitaban por la vía fueron afectados, y aunque los ataques duraron más de media hora, la Policía brilló por su ausencia en ese sitio. (La Prensa, Domingo 9 de Agosto del 2009)

Según declaraciones de Vilma Núñez de Escorcia, Directora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, la Policía nacional va hacia una “avalancha de destrucción”, y según ella sus oficiales son criminales en potencia. de igual manera manifestó que la Policía se ha convertido en un aparato de represión a los servicios del Frente Sandinista: “Es una característica de los dictadores, tener bajo su control a la institución del orden para que reprima a la población. Parece que quiere formar su propia EEBI (Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería), famosa por formar criminales que masacraban al pueblo en tiempos de (Anastasio) Somoza”. (La Prensa, 10/08/2009)

No podemos permitir que este aparato siga siendo un escudo para los agresores y reprima a la población cuando esta trata de defenderse de las agresiones; la Policía Nacional actúa como cómplice en estos actos, defiende y avala el actuar de estas brigadas, por lo que lo convierte en un aparato mas del Estado Burgués.

Continuemos la lucha

Ante este endurecimiento del régimen político por parte del Frente Sandinista, no podemos dar marcha atrás y amedrentarnos ante estos ataques, todos tienen derecho a expresarse, debemos de seguir luchando conjuntamente a través de las movilizaciones masivas, solo de esta forma podremos frenar estos actos vandálicos con los cuales el déspota gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo tratan de callar la voz del pueblo, de los estudiantes, de los obreros, los trabajadores y todas sus organizaciones. Solo organizándonos en una sola lucha y uniéndonos bajo la consigna de un Gobierno para los Trabajadores lograremos acabar con estos gobiernos burgueses y totalitarios.

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