Por Victoriano Sánchez
En la medida que nos vamos acercando al año 2021, comienzan a configurarse los distintos bloques políticos. Sin embargo, ninguno de estos bloques representa las aspiraciones populares. Cuando volvemos a ver hacia atrás, nos preguntamos: ¿Qué pasó con las demandas de cambio?
Represión y conspiraciones del gran capital
La situación actual, de retroceso de la lucha popular, es producto de los acontecimientos del último periodo. Las masacres del 2018, la constante represión de la dictadura por más de dos años, por un lado, y las conspiraciones de las fracciones del gran capital, por el otro, han dado como resultado una situación de retroceso de la lucha popular.
Lo que más destaca es la casi desaparición de la vanguardia estudiantil y de los liderazgos autoconvocados del 2018. Una parte fue asesinada, otra está en el exilio, otra en la cárcel y otra sigue siendo perseguida y acosada por la represión. De la pléyade de dirigentes estudiantiles del 2018, quedan muy pocos en la lucha.
Las universidades están bajo control absoluto de la dictadura. Muchos dirigentes estudiantiles abandonaron la luchar, y están concentrados en la sobrevivencia personal. La Coordinadora Universitaria por la Justicia y la Democracia (CUDJ) está conformada actualmente por pequeños grupos, aislados de la base estudiantil. Un factor que permitió que esta vanguardia se dispersara, fue no solo la represión, sino fundamentalmente el hecho que estos grupos no tuvieron una orientación política clara sobre las tareas que debían enfrentar.
¿Adultismo versus juventud?
Los ongs que ofrecieron ayudas económicas aparentemente desinteresadas a los grupos estudiantiles, contribuyeron a una mayor confusión ideológica, desarrollando teorías sobre el adultismo. El problema central no es contradicción entre viejos y jóvenes, no es un problema de edad, o de sexos, sino de combatir las estructuras de poder. En esta lucha, debemos participar jóvenes y viejos, para destruir las instituciones del viejo orden.
Ocurre que detrás de los ongs que han desarrollado la teoría del adultismo, están personas de la tercera edad, que manipulas a los grupos estudiantiles o juveniles. El problema no es solicitar sillas para los jóvenes dentro de la Coalición Nacional, como su fuese un conflicto entre viejos y jóvenes, sino que las organizaciones juveniles y estudiantiles actúen de manera independiente, y sin pedir permiso a nadie, encabecen nuevamente la lucha como ocurrió en 2018.
La UNAB y la ACJD no quisieron convertirse en fuerzas políticas
Las dos fuerzas sociales que surgieron en 2018, como fueron la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) y posteriormente la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), se negaron sistemáticamente a conformar una fuerza política, de manera conjunta o por separado.
En el año 2019 se produjeron muchos cambios imperceptibles. La UNAB se debilitó, una parte de los movimientos sociales que la conformaban, se retiraron. La UNAB termino siendo controlada por los ongs, y por dos corrientes que provienen del sandinismo: el Movimiento por el Rescate del Sandinismo (MPRS) que controla a la -Articulación de Movimientos Sociales, por un lado, y el Movimiento Renovador Sandinista (MRS). Se trata de dos grupos con experiencia política que lograron aprovecha el reflujo para afianzar el control e imponer una determinada orientación política a la UNAB.
En el caso de la ACJD, fue obvio desde el inicio que era un organismo controlado por los empresarios, a pesar de tener importantes movimientos sociales y juveniles.
Dos grandes bloques
La UNAB ha sido la principal impulsora de la Coalición Nacional (CN), una alianza electoral con partidos zancudos, entre ellos el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) de Arnoldo Alemán. En el último periodo, la ACJD ha comenzado a guardar distancia de la CN, no asiste a las reuniones, no rompe abiertamente con ella, pero no hace nada para que viva.
Debido a que la CN no ha logrado en casi 8 meses convertirse en una alternativa creíble para la mayoría de la población, entonces la ACJD se prepara para crear un nuevo bloque con el partido Ciudadanos por la Libertad (CxL). Es probable que surja un nuevo bloque liderado por la ACJD y CxL.
Debemos conformar un bloque popular
Mientras de configuran estos bloques, observamos que los grupos juveniles y los sectores populares no tienen una alternativa independiente. Vamos a un proceso electoral en donde la dictadura mantiene el control del sistema electoral. Son circunstancias difíciles, pero, aun así, debemos dar la batalla política.
A pesar de las dificultades, necesitamos crear una nueva fuerza política que enarbole las banderas de la rebelión de abril, que han sido abandonadas por la UNAB y la ACJD.