Por Sebastián Chavarría Domínguez
El Informe Final de la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), con fecha 23 de enero del corriente año, sobre lo ocurrido en las pasadas elecciones de noviembre del 2011, ha vuelto a desatar una polémica y ha servido de argumento a Hilary Clinton, Secretaria de Estado de los Estados Unidos, para iniciar una arremetida contra el gobierno sandinista.
¿Pero que dice el Informe Final?
Contrario a lo que pueda creer, el Informe Final contradice las denuncias de fraude, confirmando que existían fiscales de la oposición en las JRV: “En el 94% de las Juntas observadas estuvieron presentes fiscales del FSLN, en el 81% del PLC, en 85% del PLI, en el 69% de la ALN, y en el 56% de APRE”.
En resumen, el Informe Final no cuestionó el sistema político antidemocrático, mas bien confirmó el triunfo de Daniel Ortega y concluyó con recomendaciones técnicas: Reformar la Ley Electoral, reglamentar la participación de los fiscales de partido en todos los ámbitos de la estructura electoral, reformar del criterio para la composición de las JRV, depuración del padrón electoral, cedulación y saneamiento del registro civil a nivel nacional, rediseñar la estructura administrativa del CSE a nivel central y territorial, etc.
Las presiones de Clinton
En conferencia de prensa, Hilary Clinton declaró las pasadas elecciones en Nicaragua “no se desarrollaron de manera transparente e imparcial, y desde su inicio el proceso se vio empañado por significativas irregularidades. Las elecciones marcan un retroceso en la democracia en Nicaragua y socavan la habilidad de los nicaragüenses de exigir la rendición de cuentas a su gobierno (…) Trabajaremos con nuestros socios de las Américas y del resto del mundo para llevar a cabo dicha evaluación, a fin que el Gobierno de Nicaragua asuma el cumplimiento oportuno de las recomendaciones del informe (…) Estados Unidos continuará ejerciendo un análisis exhaustivo de los fondos de proyectos brindados por el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, y se opondrá a cualquier propuesta de préstamos que incumplan los altos estándares establecidos por ambas instituciones (…) Estados Unidos insta al Gobierno de Nicaragua a que respete los procesos democráticos y proteja los derechos humanos universales (…)”.
Las presiones de Estados Unidos están envueltas en un lenguaje suave, diplomático. Estados Unidos aceptó a regañadientes el triunfo de Daniel Ortega, pero no se conforma con los resultados, y desde su influyente posición en el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID) persigue golpear en el talón de Aquiles: el raquítico presupuesto de Nicaragua. Con ello pretende torcer el rumbo tomado por el gobierno sandinista, y quitarle las aristas más peligrosas al régimen bonapartista de Daniel Ortega.
Pero sobre todo, pretende influir en la conformación del nuevo gobierno, que todavía no se ha dado a conocer, y en la elección de los 35 altos funcionarios que se realizara en las próximas semanas
Vitaminas para de la oposición
Aunque parezcan circunstancias extrañas, el Informe Final se dio a conocer cuando al interior de Nicaragua comenzaba a producirse un distensionamiento entre la alicaída bancada del Partido Liberal Independiente (PLI) y el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) dentro de la Asamblea Nacional.
Por ello, el diputado y líder del PLI, Eduardo Montealegre, se apresuró a declarar que “es una advertencia seria, que no debería el orteguismo tratarla a la ligera (…) debemos elegir en todos los poderes del estado a hombres y mujeres independientes que despoliticen cada poder (…)“no separarse de programas con el FMI que garanticen la estabilidad macroeconómica (…) hacer una transformación profunda del sistema electoral para dar confianza a cada nicaragüense (..)” (Informe Pastrán 26/01/2012)
Empresarios al rescate
La repuesta de la Cancillería nicaragüense fue muy moderada. Cada vez que hay presiones imperialistas, el FSLN cede en el filo de la navaja. Si recrudecen las presiones, el FSLN deberá apoyarse en las masas o en los empresarios. Estos ya comenzaron a hacerlo.
Yalí Molina, Presidente de AMCHAM, en el mismo sentido declaró “tampoco queremos que quien pague los platos rotos sea el pueblo trabajador y por ello no descansaremos de exigir y demandar un verdadero diálogo nacional y encontrar una solución integral a los problemas que todos conocemos; el diálogo es la solución, como lo han sugerido los Obispos” (Informe Pastrán 27/01/2012)
Ver para creer.