Por Emilio Young Barría
La historia de Panamá es la historia de la separación de Colombia y de la construcción del canal de Panamá. El día 3 de Noviembre de 1903, el gobierno de Estados Unidos promovió la separación o “independencia” de la provincia de Panamá del Estado de Colombia, utilizando diez acorazados para garantizar la separación.
Este 15 de agosto de 2013 se cumplen 99 años de la inauguración del Canal de Panamá, considerado la octava maravilla del mundo. Se ha creado un mito en torno a la idea de que el nacionalismo panameño fue el precursor de la separación, y en ese proceso encontraron el apoyo “desinteresado” de Estados Unidos.
Estados Unidos desechó la vía por Nicaragua
La historia de la construcción del canal interoceánico en Centroamérica tuvo idas y venidas. A finales de 1901, varias comisiones del Senado de Estados Unidos dieron su consentimiento para que el Canal se construyese en Nicaragua, utilizando el río San Juan.
Pero el aventurero francés Philippe Bunau-Varilla, que tenía intereses en la Compagnie Universelle du Canal Interocéanique, que había quebrado en el primer intento de construir el canal por Panamá, realizó un intenso cabildeo ante congresistas norteamericano para convencerlos de que la mejor opción era Panamá, no Nicaragua. El argumento central utilizado en ese momento contra Nicaragua fue la supuesta e intensa actividad volcánica, pero el verdadero motivo fue el interés de los grupos de poder imperialistas, que decidieron que era más barato y beneficioso negociar con un nuevo país, desmembrado de Colombia, que con el gobierno nacionalista del general José Santos Zelaya en Nicaragua.
Finalmente, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley Spooner, que facultaba al presidente Teodoro Roosevelt para negociar con el gobierno colombiano el traspaso del canal, reconociendo un pago de 40 millones de dólares en concepto de indemnización a favor de la Compañía Francesa del Canal. Pero dicha ley fijaba un plazo para llegar a acuerdos con Colombia, de lo contrario el Canal se construiría en Nicaragua.
El Congreso Colombiano rechazó el Tratado Herrán-Hay
El 22 de Enero de 1903, en Washington, fue suscrito el Tratado Herrán-Hay, entre John M. Hay, Secretario de Estado de los Estados Unidos, y Tomás Herrán, ministro colombiano de relaciones exteriores, con el objetivo de construir el canal interoceánico en el departamento de Panamá, perteneciente a la República de Colombia.
A pesar de la intensa actividad diplomática realizada por H. Grudger, cónsul norteamericano en Colombia, el 12 de agosto de ese mismo año el Senado de Colombia resolvió dejar en suspenso la aprobación del Tratado Herrán-Hay hasta el año 1904, complicando los planes imperialistas.
La posición del gobierno de Colombia no era antiimperialista, sino basada en la defensa de sus propios intereses. La oligarquía colombiana estaba interesada en que venciese el contrato, en el año 1904, con la Compañía Nueva del Canal, de origen francés, para no tener que indemnizarla por la cantidad de 40 millones de dólares, pero al mismo tiempo insistía ante el gobierno de Estados Unidos que subiese a 25 millones la cantidad que sería entregada a Colombia (el Tratado Herrán-Hay proponía solo 10 millones).
El 31 de Octubre de 1903, el Senado de Colombia, como un mecanismo de autodefensa ante las presiones de Estados Unidos, cerró sus sesiones suspendiendo indefinidamente el tema de la ratificación del Tratado Herrán-Hay. La repuesta del presidente Roosevelt fue montar el plan de separar el istmo de Panamá de Colombia, para crear una republiqueta directamente controlada por Estados Unidos.
Estados Unidos impulsó la separación de Colombia
Se ha discutido mucho sobre el ancestral sentimiento de separación de Panamá, por parte de la población autóctona, desde la época colonial hasta la fatídica fecha del 3 de Noviembre de 1903.
Pero, en realidad, en 1903 no hubo un movimiento de masas autóctono a favor de la separación. El movimiento separatista de última hora fue apoyado por comerciantes panameños que ansiaban tener más poder.Las tropas colombianas acantonadas en el istmo fueron sobornadas para que no presentaran resistencia o sencillamente se replegaran a Colombia.
El desembarco de miles de soldados atemorizó a la población autóctona. En los días inmediatos de la separación, de 60 concejos municipales existentes en el departamento de Panamá, 48 no se habían pronunciado, estaban atónitos. La Junta de Gobierno impuesta por Estados Unidos dictó, entre otros, el Decreto No. 12, del 12 de Noviembre de 1903, que obligaba a empleados públicos, a firmar una “declaración de fidelidad a la República”, bajo la amenaza de perder sus empleos. También dictó el Decreto No. 17, del 11 de Noviembre de 1903, por medio del cual amenazó con desterrar de Panamá a cualquier persona “no satisfecha con el movimiento separatista verificado últimamente”.
Firma y Ratificación del Tratado Hay-Bunau Varilla
El 3 de noviembre el Concejo Municipal de Panamá en una sesión extraordinaria aprobó una proposición en la que se afirmaba que en "vista del movimiento espontáneo de los pueblos del Istmo (…) declarando su independencia de la metrópoli colombiana y deseando establecer un gobierno propio, independiente y libre, acepta y sostiene dicho movimiento".
Al día siguiente, se congregó una multitud, asustada y curiosa, en la Plaza de la Catedral de Panamá, donde fue proclamada solemnemente la independencia en relación a Colombia y se constituyó un Gobierno Provisional compuesto por: Agustín Arango, Federico Boyd y Tomás Arias, todos dirigentes activos en la conspiración dirigida desde Washington.
Toda la población debió firmar el acta de independencia, de lo contrario serían desterrados de la nueva república.
El 6 de noviembre de 1903, la Junta de Gobierno nombró al aventurero francés Philippe Bunau-Varilla como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante el gobierno de los Estados Unidos, facultándolo para negociar cualquier asunto político o fiscal.
Ese mismo día, el gobierno de Estados Unidos mandó una nota amenazante al gobierno de Colombia, que en sus partes medulares decía:
“Habiendo el pueblo de Panamá, mediante un movimiento aparentemente unánime, roto sus vínculos políticos con la República de Colombia y reasumido su independencia, y habiendo adoptado el gobierno propio bajo forma republicana, con el cual ha entrado en relaciones el gobierno de los Estados Unidos (…) El gobierno de los Estados Unidos sostiene que está obligado no sólo por las estipulaciones de los tratados sino también por el interés de la civilización a velar por que el tráfico pacífico del mundo a través del istmo de Panamá no se vuelva a perturbar, como lo ha sido hasta hoy, por una sucesión constante de guerras civiles” (Bunau-Varilla, 1913).
Estados Unidos realizó maniobras militares en Colón para evitar que Colombia enviara tropas en contra de la separación. El 16 de noviembre de 1903, en menos de quince días, Estados Unidos y todos sus aliados reconocieron a la nueva República de Panamá
A los dos días, el 18 de Noviembre, el aventurero Philippe Bunau-Varilla firmó el Tratado Hay-Bunau Varilla con el Secretario de Estado, John M. Hay. Por la firma de este infame Tratado, Estados Unidos otorgó a las nuevas autoridades “independientes” la suma de 10 millones de dólares, los cuales se gastaron de la siguiente manera: 6 millones quedaron invertidos en Estados Unidos y fueron administrados por el agente fiscal y cónsul de Panamá en Nueva York, el Sr. William N. Cromwell, accionista de la Compañía del Ferrocarril de Panamá, 3 millones se utilizaron para financiar los gastos del nuevo Estado y un millón se gastaron en sobornos de las antiguas autoridades colombianas.
Era el mismo Tratado que el Senado de Colombia se rehusó a ratificar, pero con algunas cláusulas más favorables a Estados Unidos: el territorio del canal será cedido a perpetuidad y la República de Panamá no podrá ejercer ningún acto de soberanía. El 2 de diciembre de 1903 fue ratificado por las autoridades títeres de Panamá el tratado Hay-Bunau-Varilla.
Cínicas Palabras de Roosevelt
El presidente Teodoro Roosevelt reconoció años después, que Panamá fue una creación suya: “(…) El pueblo de Panamá estaba unido en el deseo de tener el canal y de expulsar al gobierno de Colombia. Si no se hubiera sublevado, yo me proponía recomendar al Congreso la toma de posesión del istmo por la fuerza de las armas. Había escrito ya el mensaje de un borrador a ese efecto. Cuando los panameños se sublevaron, hice uso inmediato de la Marina para impedir que los bandidos que habían tratado de detenernos, emplearan meses de fútil derramamiento de sangre en la conquista del istmo o en el intento de realizarla, en perjuicio, en último término, del Istmo, de nosotros y del mundo. No consulté a Hay, ni a Root ni a nadie, sobre lo que yo hacía, porque un Consejo de Guerra no pelea, e intenté resolver el asunto de una vez por todas”.
La lucha por la recuperación de la soberanía
La Zona del Canal se convirtió en un enclave de los Estados Unidos, sujeto a sus propias leyes, a su control militar y vedado por completo a los panameños. La lucha por la recuperación de la soberanía nacional duró casi un siglo.
Producto de estas luchas, donde se derramó la sangre, el 7 de septiembre de 1977, producto también de cambios en la situación mundial, Estados Unidos firmó los Tratados Torrijos-Carter que permitieron una transferencia gradual de la soberanía al gobierno de Panamá. Hoy el Canal pertenece formalmente a Panamá, pero sigue siendo controlado en el fondo por las transnacionales imperialistas y continúa aún bajo tutela de Estados Unidos.