Por Maximiliano Fuentes

A casi dos meses de que los grupos oligárquicos, la burguesía nacional y las Fuerzas Armadas de Honduras  realizaron el golpe de estado las luchas de resistencia popular en el territorio nacional se mantienen.  Con muchas irregularidades, las grandes movilizaciones han asestado golpes duros  a la ya débil economía hondureña, pero a pesar de ello, el gobierno espurio de Micheletti se mantiene.

A pesar de que la lucha se conserva y el pueblo hondureño ha demostrado su tenacidad algunos sectores empiezan a agobiarse ante el agotamiento y la desesperación de no ver la caída de los golpistas. Frente a la confusión, la represión y la desesperación muchos sectores han planteado diversos métodos de lucha en el que se jerarquiza la lucha armada o la radicalización de los métodos empleados por el Frente. Ante este desacuerdo, las masas radicalizadas y sin la orientación política de la dirección es que han emprendido acciones como la quema de autobuses, unidades de la policía y de restaurantes de franquicias norteamericanas.

Lo preocupante de estas acciones es que se han realizado de forma desarticulada y desorganizada, pero lo peor de todo es que no cuentan con el beneplácito del Frente Nacional de Resistencia, dado que la política de la dirección  ha sido la de promover movilizaciones y tomas pacificas, aun cuando el ejército y la policía arremete ferozmente contra la integridad de los manifestantes. Es por todo lo anterior, que el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hace un llamado a la coordinación y a los distintos sectores que componen el Frente Nacional de Resistencia para que reorientemos la lucha y podamos conseguir la victoria frente a los grupos oligárquicos, empresariales y religiosos de este país. Un programa que nos conduzca a la victoria debería contener los siguientes puntos:

Las centrales obreras y las Federaciones sindicales están en la obligación de convocar un paro general en los sectores productivos, como ser: fábricas, oficinas recaudadoras de impuestos, puertos y centros de exportación de mercancías. El paro indefinido no solo debe concretizarse por los docentes y algunos sindicatos, sino que debe de extenderse a la empresa privada. Un golpe de esa naturaleza derribaría por completo la débil estructura económica, de igual manera no daría espacio a la policía para realizar la represión, dado que se vería imposibilitada de visitar todos los sectores productivos del país.

Recordemos que “las huelgas con ocupación de fábricas, una de las más recientes manifestaciones de esta iniciativa, rebasan los límites del régimen capitalista normal. Independientemente de las reivindicaciones de los huelguistas, la ocupación temporaria de las empresas asesta un golpe al ídolo de la propiedad capitalista. Toda huelga de ocupación plantea prácticamente el problema de saber quién es el dueño de la fábrica: el capitalista o los obreros. Si la ocupación promueve esta cuestión episódicamente, el comité de fábrica da a la misma una expresión organizada. Elegido por todos los obreros y empleados de la empresa, el comité de fábrica crea de golpe un contrapeso a la voluntad de la administración.”

El Frente Nacional de Resistencia debe promover el control obrero en la industria “la elaboración de un plan económico, así sea el más elemental, desde el punto de vista de los intereses de los trabajadores y no de los explotadores, es inconcebible sin control obrero, sin que la mirada de los obreros penetre a través de los resortes aparentes y ocultos de la economía capitalista.” De igual manera se debe promover  LA EXPROPIACION DE CIERTOS GRUPOS DE CAPITALISTAS, sobre todo de aquellas empresas que promovieron y financiaron el golpe de Estado.

Es importante que consideremos que el  programa  “…de la expropiación, vale decir, de la destrucción política de la burguesía y de la liquidación de su dominación económica, no puede, en ningún caso, constituir un obstáculo en el presente período de lucha, bajo diversos pretextos, a la reivindicación de la expropiación de ciertas ramas de la industria, vitalísima para la existencia nacional de los grupos más parasitarios de la burguesía (y de los golpistas).”

Así mismo, este programa de lucha debe contener los piquetes de huelga. Es importante que tengamos claro que “la exacerbación de la lucha (contra el golpe de estado por parte de los sectores populares) significa la exacerbación de los métodos de resistencia por parte del capital. Las nuevas olas de huelgas con ocupación de fábricas pueden provocar y provocarán infaliblemente enérgicas medidas de reacción por parte de la burguesía.” No olvidemos que “los piquetes de huelgas son las células fundamentales del ejército del proletariado. Por allí es necesario empezar. Es preciso inscribir esta consigna en el programa del ala revolucionaria de los sindicatos (y del Frente Nacional de Resistencia). En todas partes donde sea posible, empezando por las organizaciones juveniles, es preciso constituir prácticamente milicias de autodefensa, adiestrándolas en el manejo de las armas.

Sin lugar a dudas que la lucha nacional contra el golpe de Estado ha marcado una nueva   situación en el movimiento de masas. Las constantes luchas y las multitudinarias movilizaciones a nivel nacional  “…no sólo deben servir para aumentar el número de esas milicias, sino también para unificarlas por barrios, ciudades y regiones. Es preciso dar una expresión organizada al legítimo odio de los obreros y sectores populares) en contra de los elementos rompehuelgas, las bandas de pistoleros y de fascistas (que se infiltran en las distintas manifestaciones). Es preciso lanzar la consigna de la milicia obrera como única garantía seria de la inviolabilidad de las organizaciones, las reuniones y la prensa obrera (y del cese a la represión del gobierno de facto.”

Por último, creamos necesario que el Frente Nacional de Resistencia asuma una posición independiente y clasista, el frente debe constituirse como la expresión de los sectores populares y de los trabajadores en contra del golpe de estado, no como un espacio que exige la restitución en el poder  de Manuel Zelaya Rosales. Creemos que la lucha debe librarse en función del derrocamiento de Micheletti y de las fuerzas golpistas, así como de la instalación de un gobierno provisional conformado por luchadores, es decir por los dirigentes obreros y populares que han estado al frente durante las luchas de resistencia para posteriori instalar una asamblea nacional constituyente amplia, democrática obrera y popular.

¡Por la derrota de los golpistas y la instauración de una asamblea nacional constituyente democrática obrera y popular!

¡Por la constitución de  huelgas con ocupación de fábricas y el control obrero de la economía!

¡Por la expropiación de empresas capitalistas y la constitución de comités de autodefensa!

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