Por Ricardo Velásquez

La enorme movilización de los trabajadores el 1° de mayo estuvo caracterizada por el color rojo y la gran cantidad de empleados públicos que se hicieron presentes. Los periodistas afines al régimen anterior de forma muy fácil podrían opinar que se obligó a los empleados públicos para que se hicieran presentes, sin embargo, a la cantidad de personas que siempre han asistido en los años anteriores se le sumó una nueva cantidad de trabajadores jóvenes que pusieron la algarabía según se avanzaba hacia el centro de la Capital, además, con la seguridad de que ya no hay represión, muchas personas de forma independiente también se movilizaron acompañando a los trabajadores.

Asegurar que el partido de gobierno se engulló la movilización y que la politizó sería desmeritar a los trabajadores que siempre se han hecho presentes para conmemorar a los mártires de Chicago y la Huelga Bananera de 1954. Si bien es cierto es inevitable que los simpatizantes del partido de gobierno saquen sus banderas y las ondeen con el viento, no hay que olvidar que se hizo lo mismo desde el 2011 cuando el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) se convirtió en Partido Político. Al parecer, esta es una situación que molesta al matrimonio Nacionalista-Liberal, porque muy seguro que si se atrevieran a ir, serían inmediatamente repudiados y expulsados.

Entre las pancartas más repetidas y llamativas estuvo la exigencia al Congreso Nacional para que se apruebe la Ley de Justicia Tributaria, se repudió en nepotismo que es muy evidente en todas las instituciones estatales y, en otros lugares del país, se exigió la separación de los secretarios de salud y educación, salarios justos, jubilación digna y generación de empleo. Sin duda alguna que, en la ciudad capital se realizó una de las movilizaciones más numerosas de las últimas dos décadas.

Sindicatos y gremios divididos

Aún y cuando el actual gobierno se autodefine como del “Socialismo Democrático”, no ha podido evitar que interesados con pretensiones ambiciosas y oportunistas se involucren en estrategias para dividir sindicatos y gremios, situación que fue muy evidente con la movilización del 1 de mayo; el sindicato de Hondutel (SITRATELH), el Colegio Profesional de Superación Magisterial de Honduras (COLPROSUMAH) y el Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras (COPEMH).

Para nadie es extraño que personajes con ambición de poder y arropados en caretas de progresistas o revolucionarios imponen su agenda para adueñarse de los sindicatos y gremios, no para beneficiar a los afiliados sino más bien para tenerlos como su hacienda privada de donde se lucran y protegen a sus allegados.

En el caso del SITRATELH, se movilizó el grupo afín a los despedidos en el mes de abril, de la facción del sindicalista que encabeza Ekar Morales y, con más ostentosidad, se movilizó el sindicato reconocido por la Secretaría de Trabajo y que dirige Orlando Mejía Tercero.

En el COLPROSUMAH, en un grupo encabezó su presidente Daniel Fonseca (con ambición de reelegirse y muy ligado al Secretario General de Educación, Edwin Oliva), en otro grupo se movilizó la Junta Directiva de la Seccional 1 (Tegucigalpa) gritando consignas contra Daniel Fonseca. Es de recordar que estos dos grupos protagonizaron un fuerte incidente en el Congreso realizado en Islas de la Bahía en diciembre de 2022.

En el COPEMH, el presidente actual, Joel Navarrete se movilizó por su propia cuenta acompañado de Jesús Isidro López, mientras que, el grupo afín al Subsecretario de Educación, Jaime Rodríguez, se movilizaron acompañando a quienes ahora, pretenden adueñarse de la organización en alianza con los antiguos dueños.

Solo la base tiene el poder para elegir a sus líderes

Sin duda alguna que, quienes más hacen daño a las organizaciones son los dirigentes en su afán de sostenerse en las direcciones para mantener beneficios, poder y lucrarse con los dineros que son de los afiliados. La realidad del SITRATELH, COLPROSUMAH Y COPEMH, es lo que se repite año con año en todas las organizaciones sindicales o gremiales donde existe dinero. Corresponde a la base saber elegir, pero sobre todo, proponerse como honestos líderes de dirección.

Al final de la movilización del 1 de mayo, en el Parque Central se sumó Manuel Zelaya (esposo y asesor de la Presidenta Xiomara Castro) junto a varios de los altos funcionarios del gobierno actual, confundiéndose con los dirigentes de las centrales obreras y de los sindicatos.

Es un terrible error que la Presidenta Xiomara Castro, permita que sus subalternos sigan en sus ambiciones de adueñarse de las organizaciones utilizando recursos del Estado.

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