Por Sebastián Ernesto González

A una semana del proceso electoral del 28 de noviembre nos encontramos con un panorama esperanzador, no obstante, deben pasar varios años para recuperar la institucionalidad y la economía familiar. La elección de doña Xiomara Castro como la primera mujer electa presidenta del país también deja para los historiadores los siguientes datos; es la primera que supera el millón y medio de votos, supera por casi el 15% de la votación a su inmediato seguidor, rompe junto al Partido LIBRE la hegemonía del bipartidismo (gobiernos del Partido Liberal y Partido Nacional), el Partido Libertad y Refundación también logra mayor cantidad de diputados en comparación con el resto de los partidos, LIBRE gana las alcaldías principales del país –Tegucigalpa y San Pedro Sula- por una amplia ventaja con respecto a los candidatos oficialistas.

Se pueden mencionar muchos elementos más que sin duda alguna, son dignos de análisis después de 12 años del régimen “juanorlandista”, pero, por ahora, basta con el contraste entre estos datos históricos y el repudio ejercido por el pueblo a una clase política que traicionó la lucha del pueblo.

El sufrimiento de los traidores

Sin duda alguna que el principal perdedor de estas elecciones, además del Partido Nacional es el Partido Liberal, 12 años aliados con un régimen que se ha burlado del pueblo y que ha saqueado descaradamente las arcas del Estado le han pasado una factura muy cara. Desde las elecciones del 2005 en que ganó la presidencia Manuel Zelaya Rosales, el Partido Liberal ha venido en caída estrepitosa consecutiva en los procesos electorales del 2009 (Elvin Santos), 2013 (Mauricio Villeda), 2017 (Luis Zelaya) y 2021 (Yani Rosenthal), al parecer, Yani Rosenthal no aprendió la lección que recibieron los candidatos antecesores y confió más en las líneas que le ordenaron desde el lado oscuro del Partido Liberal que asestó el golpe de Estado del 2009. El burdo pretexto de Yani Rosenthal para no integrar la unidad con LIBRE fue que el ex presidente Manuel Zelaya le había prometido -previo a las elecciones internas- que el partido de mayor votación encabezaría una alianza, sea cierto o no, sin duda alguna que no tiene sentido que el ex presidente Zelaya se atreviera a opinar por sobre el deseo de todo el pueblo.

Otro de los repudiados en las votaciones y reflejado en la poquísima votación recibida es el ex candidato Esdras Amado López, electo diputado en el 2013 con la mayor votación recibida dentro del mismo partido, sin embargo, el periodista de profesión traicionó al pueblo cuando en el 2016 inclinó la balanza con su voto y se seleccionó a los ahora magistrados al servicio de Juan Orlando Hernández. Pero el posicionamiento de Esdras Amado López no se quedó ahí sino que, desde entonces, tal y como lo acostumbra hacer en su medio de comunicación, se dedicó a una guerra sin cuartel contra Manuel Zelaya y el partido LIBRE, circunstancia que la población ha manifestado orillándolo al triste rincón de los desperdicios.

El General golpista Romeo Vásquez, es otro de los tristes personajes que con su Partido Alianza Patriótica ha recibido el repudio del pueblo, al igual que el Partido Unificación Democrática -conformado por grupos de izquierda y creado oficialmente en el año de 1992-  desde el 2010 se entregó en cuerpo y alma a las decisiones del Partido Nacional. Del rechazo de la población no se salva ninguno de los partidos de “USB” y son varios de ellos los que según la Nueva Ley Electoral deben desaparecer, igual, quedan fuera del congreso nacional figuras de la televisión o el deporte que bailaron al son del amo Juan Orlando. Es rescatable la candidatura independiente del ciudadano Milton Benítez que sin dinero y sin mucha alharaca logró un cuarto lugar, por atrás de LIBRE, Partido Nacional y partido Liberal, un cuarto lugar que le eleva a la cabeza de los partidos diminutos, a pesar de que en una alianza tardía se unió a la coalición entre Partido PINU, Partido Salvador de Honduras y Partido Libertad y Refundación. Es de resaltar que esta unidad en último momento ya no permitió sacar de la papeleta la fotografía del candidato de “Honduras Humana”, situación por la cual sus seguidores siempre optaron por darle el voto al candidato y no a Xiomara.

Para que los partidos de USB se salven, deben al menos lograr una alcaldía, o una diputación o el 2% de la votación general con respecto a la candidatura presidencial, de no hacerlo, el veredicto del pueblo es que desaparezcan. Talvez ahora, muchos de ellos reflexionen en vez de lloriquear sobre los que ellos mismos sembraron.

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