Horacio Villegas
Una de las medidas que supuso un paliativo a la descomunal crisis sanitaria que asoló a los países que construyeron un sistema de salud medianamente aceptable, fue la nacionalización de instituciones privadas de salud ―España, Francia, Irlanda, entre otros. Los países europeos que experimentaron diferentes arremetidas de la privatización de los servicios públicos, acudieron a un remedio a la inversa; que hasta el momento figura como una política transitoria, de gran incertidumbre hasta conocer el término de la pandemia.
El colapso hospitalario: fiel reflejo de la torpeza de los nacionalistas
El gobierno de Juan Hernández ha seguido una pauta en la gestión de la pandemia, que contradice ―o trágicamente comparte― todos los parámetros establecidos por los gobiernos de la región: delegar funciones elementales a burócratas ―cancilleres como Lisandro Rosales― en vez de ocupar en estos cargos a funcionarios más idóneos; alimentar a más redes de corruptos que hacen negocios redondos con las compras de infraestructura sanitaria e implementos médicos; y un descomunal endeudamiento que colocará en una interminable banca rota a todas las instituciones públicas esenciales (salud y educación), por futuros recortes presupuestarios.
La realidad en cifras que presenta el gobierno en las interminables cadenas televisivas, contrasta con los datos que los médicos y algunas funerarias proporcionan; y, por si fuera poco, Juan Hernández se jacta con datos inexistentes extraídos de un supuesto artículo del New York Times ―que es falso―, en donde asegura que el diario coloca a Honduras en un lugar de mejoría, frente a otros países de Latinoamérica (La Tribuna, 16 de julio de 2020).
Convertir hospitales privados en centros para tratar enfermos por covid-19
El gobierno de Juan Orlando Hernández se las ha ingeniado para evadir las presiones que la población hondureña ha mostrado por la burda gestión de esta crisis sanitaria, con medios remedios como la habilitación momentánea de edificios para que sirvan de centros de asistencia médica. El solemne edificio que ocupa el colosal Centro Cívico Gubernamental, ha sido cedido para que sirva como centro de triage, una forma que supuestamente vendría a descongestionar los hospitales públicos abarrotados de pacientes, pero que carece de médicos y demás personal de salud, además de implementos para la atención integral de los enfermos.
Las exigencias para que los hospitales privados se conviertan en centros de asistencia a enfermos de covid-19 ha sido una política levantada desde el comienzo del confinamiento por nuestro partido: “Los hospitales privados y las empresas previsionales que han hecho un enorme negocio con la salud, deben pasar a manos del Estado, bajo control de sus trabajadores. Es la única manera de garantizar la atención médica a los sectores más vulnerables” (Declaración Psoca, 17 de marzo de 2020).
El partido de oposición Libre, ha promovido recientemente esta política, en base a artículos constitucionales (103,106 y 169), llamando a la creación de una Mesa de Administración Hospitalaria, que figuraría como el órgano que centralizaría las decisiones en medio de la crisis, y la gestión de los fondos distribuidos en ella. En su conformación ocuparía un lugar especial el Colegio Médico de Honduras (CMH), y otras instituciones. El principal obstáculo de esta propuesta, que se piensa llevar a las sesiones legislativas, es la bancada mayoritaria de los congresistas del Partido Nacional, quienes se oponen férreamente a cualquier iniciativa que ponga bajo presión a los banqueros y a los grandes accionistas de laboratorios privados, y demás negocios con la salud.
A cuatro meses del confinamiento, los lugares que siguen colocando a la mayoría de muertos por covid-19, los barrios populares de la capital y San Pedro Sula, donde el distanciamiento social es imposible por la propia marginalidad, siguen urgidos de atención médica ya que el gobierno nacionalista se las niega, por defender las grandes adquisiciones de infraestructura hospitalaria privada, como Por Salud de los Atala, dueños del Banco Ficohsa, el Medical Center, Clínicas Médicas, entre otras. La vía legislativa para conseguir la apropiación de todos estos hospitales privados, se ha convertido en un camino pedregoso e incierto; solo puede ser posible con la unidad de todos los sectores populares, y acciones que sean realmente contundentes.