Por Ricardo Velásquez
Desde el golpe de estado, sin duda alguna que el que ha pagado la enorme factura del costo de la misma, han sido los trabajadores, tanto públicos como privados. Los aumentos al salario mínimo han sido miserables y avalados por los Secretarios Generales de las Centrales Obreras, en un afanado apoyo a la gobernabilidad de los gobiernos sucesivos de Porfirio Lobo y de Juan Orlando Hernández. En el resto de los trabajadores, no se han dado aumentos o en todo caso, no son acordes al índice de inflación. Pero aunque se hayan otorgado míseros aumentos, la generalidad ha sido el estancamiento de los salarios y la disminución vertiginosa de la capacidad de adquisición de la moneda.
El gobierno actual de JOH, se ufana de disminuir el déficit fiscal y de disminuir los asesinatos en el país. Sin embargo, la disminución del déficit fiscal lo ha logrado a consecuencia de los despidos masivos de los empleados públicos sin pagar los derechos laborales, o bien, incrementando diversos impuestos que generalmente van dirigidos a la clase media o al mismo sector trabajador. Según el gobierno de JOH, el tema de seguridad fue una promesa de campaña, y por ellos es prioridad incrementarle el presupuesto. Así lo manifestó el secretario de Finanzas, Wilfredo Cerrato “El apoyo a las secretarías de Seguridad y Defensa es un compromiso de campaña del presidente Juan Orlando Hernández…Cuando se analiza el presupuesto anterior versus el presupuesto 2016 enviado al Congreso Nacional, se ve que cuatro secretarías son las que más aumentaron sus asignaciones: Seguridad, Defensa, Educación y Salud”. EH (29/11/2015).
Aunque la demagogia es evidente en el Ministro de Finanzas, ya que por todos es conocido que el magisterio apenas recibió un aumento miserable en julio del 2012, y los trabajadores de la salud igual suerte han corrido. Si han destinado mayores recursos a Salud y Educación, seguro han sido para justificar gastos en programas ficticios o en empresas de maletín.
Para Hugo Noé Pino, economista senior del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) “el sector de defensa y seguridad está recibiendo el más fuerte aumento. Seguridad recibe un 58% de aumento con la contratación de 3,700 nuevos policías y Defensa recibe 25% de aumento, principalmente dedicado a aumentos salariales de las Fuerzas Armadas”. LP (6/12/2015).
Según el Icefi los sueldos y salarios, representan el 32.8% del presupuesto de 2016, mientras la deuda pública representa el 26.6%. Y para el programa de inversión pública apenas tiene 5.8% del presupuesto proyectado.
Según el mismo Icefi para el próximo año se ha anunciado la posibilidad de incrementar los salarios hasta en un 4.8% a partir del segundo semestre teniendo disponibles L1,318.5 millones para la administración central.
Solo la organización y movilización de los trabajadores alcanzará aumentos más justos
No queda duda, que a propuesta del Ejecutivo, las secretarías de Seguridad y Defensa son las que se llevan un buen incremento del presupuesto del 2016, en detrimento del resto de los sectores laborales. El supuesto aumento que pretenden asignar a partir del segundo semestre no es más que demagogia, de cara a las elecciones internas de marzo del 2017. El otro aspecto que no queda claro es la forma en que se asignará dicho aumento.
En cambio, el Diputado Edgardo Casaña, a través del Congreso Nacional, envió un anteproyecto de Ley para otorgarle un aumento salarial a los docentes, decisión que los diputados definirán en la fecha que aprueben el presupuesto del 2016.
Seguro que cualquier aumento que otorgue el Ejecutivo y el Congreso Nacional no será acorde con el costo de la vida, por eso se vuelve imperativo que la clase trabajadora se organice e inicie una estrategia para obtener un aumento salarial que le permita vivir dignamente. El aumento salarial debe ser otorgado desde enero y no a mitad del año como pretenden los gobernantes.
Todas las trabajadoras y trabajadores públicos deben organizarse y generar movimientos de lucha, a estas luchas hay que sumar a los trabajadores de la empresa privada, ya que también son extremadamente explotados. Los sectores laborales de Salud y Educación deben ponerse a la cabeza en esta exigencia. Es impostergable superar las direcciones traidoras de las Centrales Obreras.
¡Por un aumento general de salarios desde enero y acorde al costo de la vida!