Por José María Flores
Sin duda alguna que los salarios de los trabajadores hondureños fueron devorados por la devaluación de la moneda nacional y por el incremento de los productos de la canasta básica y servicios públicos en los últimos 6 años. Los aumentos miserables negociados por las dirigencias de las Centrales Obreras, la empresa privada y el gobierno son insignificantes ante el aumento exorbitante de los productos básicos de las familias.
Para que el gobierno de Juan Orlando Hernández lograra mejorar sustancialmente los indicadores macroeconómicos del país, ha contado con la complicidad de las dirigencias de las Centrales y de la mayoría de los sindicatos, quienes en vez de movilizar a los trabajadores para obtener aumentos acordes con el incremento del costo de vida, han optado por negociar los miserables aumentos al salario mínimo, hay que señalar que todos aquellos empleados públicos que ganan más del salario mínimo han tenido congelados los salarios desde el año 2009, exceptuando a los policías que si han recibido sus aumentos respectivos.
Mientras muchos de los funcionarios actuales se han vuelto millonarios o multimillonarios por actos de corrupción como el del saqueo al IHSS, los empleados públicos se las ingenian cada día para poder suplir las necesidades básicas del hogar.
Gobierno de JOH anuncia demagógico aumento salarial
El proyecto del presupuesto general correspondiente a 2016 supera los 204 mil millones de lempiras, un aumento del 5.8% en relación al 2015, que significa 11,300 millones de lempiras más en comparación al presupuesto 2015, que es de L192,700 millones. Según el funcionario Borjas, el documento presentado no incluye nuevos tributos y que lo que se busca es ampliar la base de contribuyentes. EH (12/09/2015).
Nuevamente corre peligro el salario de los docentes, quienes están excluidos del pago del impuesto sobre la renta, ampliar la base de contribuyentes, significa que nuevamente ponen como sacrificado a los maestros, quienes vendrían a engrosar dicha lista y que han sido muy publicitados por diferentes sectores de la burguesía y del gobierno como candidatos a pagar tal tributo, sin duda alguna que es el sector a pegarle la tarascada para inflar los ingresos del estado.
Según el asesor presidencial Marvin Ponce, el gobierno reservó en el presupuesto general del 2016 al menos cuatro mil millones de lempiras para incremento salarial de los empleados públicos.
El proyecto de presupuesto para el ejercicio fiscal del próximo año fue aprobado por el Consejo de Ministros y turnado a la Cámara Legislativa para su respectiva discusión y aprobación.
Ponce recalcó que el Presidente Juan Orlando Hernández propuso el incremento salarial para los empleados públicos, dado que han pasado varios años sin incentivar sus ingresos. Aclaró que los aumentos serán priorizados entre los diferentes servidores del Estado, con preferencia para maestros, policías, militares, enfermeras, médicos, entre otros. Pero será el Congreso el que finalmente determinará las partidas presupuestarias para cada uno de estos grupos de asalariados. LT (10/09/2015).
De todos estos sectores han sido los militares y los policías lo que han recibido las mayores tajadas del presupuesto general de la república.
Los trabajadores a movilización ya
El año 2016 es un año político, por que se convoca a elecciones internas, JOH en su afán reeleccionario desea utilizar un aumento salarial demagógicamente y para que le impulse en su campaña, este aumento aún se desconoce cómo se proporcionará y en qué cantidades, pero tratándose de todo el engranaje público nos da la pauta de que será miserable. Los trabajadores públicos deben salir a luchar por un aumento que corresponda al aumento del costo de la vida y a la devaluación monetaria.
Pero también se debe pelear por recuperar las conquistas perdidas y los institutos de previsión social. La nueva Ley de seguridad social solo conduce a la privatización de la salud.
Por todo lo anterior, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a todos los trabajadores a unificarse en la lucha por un digno aumento general de salarios, sin excluir de la lucha a los empleados de la empresa privada, principalmente de las maquilas que son sobre explotados en el trabajo por hora. También se debe integrar a los campesinos que trabajan por un salario miserable de subsistencia.