Por Aquiles Izaguirre.

La rectora Julieta Castellanos y las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), utilizando a la Policía Nacional, y el grupo “élite” Tigres, desplegaron un operativo militar intimidante en los alrededores de Ciudad Universitaria, desplegando hasta tanquetas y helicópteros, como en un escenario de guerra.

Los efectivos militares no se apostaban para capturar narcotraficantes sino con la clara intención de atemorizar y desalojar a la vanguardia de estudiantes se tomaron las instalaciones de la UNAH, protestando contra los planes de la rectoría y el Consejo Universitario.

¿Pero que terrible delito cometieron estos estudiantes? La respuesta es sencilla, estos estudiantes estaban apoyando a compañeros estudiantes del Valle de Sula en su protesta en contra de la cancelación del período académico, además de estar en contra de la criminalización que ha hecho la rectoría de la protesta estudiantil, pero sobre todo llamar al dialogo a las “autoridades universitarias”.

Sin duda alguna, el ingreso de la Policía a Ciudad Universitaria es un hito histórico en la educación superior en Honduras. Julieta Castellanos, rectora de la UNAH, ha sepultado el espíritu de la autonomía universitaria, que ahora solo defiende en los discursos llenos de palabras vacíos de contenido, sin sustancia, solo esgrimidas como simple propaganda política.

De nuevo a la lucha.

Ni siquiera han transcurrido 24 horas después del desalojo de la UNAH, muchos compañeros sienten todavía el acoso constante. Pocos olvidan como los órganos de la Policía Militar rondaban los portones de Ciudad Universitaria, amagando disparar para que los huelguistas perdieran la calma y todo terminase en tragedia. ¿o quién puede olvidar la “galante” competencia de motocicletas realizado por agentes de la Policía Militar? Y, a pocas horas del desalojo, como se desplegaron escuadrones de Tigres, los tanques y helicópteros. Todo esto ha quedado grabado en la mente de los huelguistas que han logrado salir de la toma sin heridos o detenidos. Esto es, por si, un resultado bastante favorable para los compañeros involucrados en la toma.

Por ende, es hora de reflexionar sobre lo ocurrido en la toma de Ciudad Universitaria y prepararnos para continuar la lucha, es decir, aprovechar las factores favorables obtenidos en una semana de toma, y discutir las tácticas que debemos utilizar con el reingreso a clases. Por así decirlo, el desalojo debemos verlo como un repliegue táctico que puede traer beneficios a todos los sectores involucrados en la toma.

Hora de masificar la lucha.

Si bien la rectora Castellanos y compañía han planteado que el desalojo es el fin de nuestra lucha, nosotros como estudiantes debemos clarificar el resto de estudiantes que el regreso a clases no es una victoria de Julieta Castellanos, sino que la lucha ha pasado a otro nivel, en donde los estudiantes deben participar masivamente en esta nueva fase.

Tenemos la oportunidad de seguir impulsando nuestra lucha contra el despotismo de la rectora y sus normas académicas. Es hora de llevar la lucha a otro terreno, denunciando el efecto nocivo de las nuevas normas académicas, a través mítines, asambleas de grupos, de aulas, de escuelas o facultades, en donde podamos dialogar con el resto de estudiantes para convencerlos que nuestra lucha no solo es correcta, sino que es crucial para el futuro de la UNAH y de la educación superior en Honduras.

Debemos denunciar el ingreso de los militares a la universidad como el pico más alto del despotismo de la rectora Castellanos y sus allegados, que no piensan en la educación, sino en cómo edificar su proyecto político personal. El ingreso de cuerpos militares al Alma Mater es una violación más a la autonomía universitaria, que debe ser condenada en todos los espacios que tengamos, siendo de vital importancia explicar que los recintos universitarios tienen autonomía para resolver sus problemas internamente.

Reiniciar la lucha aula por aula

Debemos pasar aula por aula, explicando todo lo ocurrido y como necesitamos el apoyo orgánico del resto de compañeros y compañeras. La fortaleza orgánica de las mini asambleas de cada aula no se ha comprendido aún en toda su dimensión. Un grupo de 3 estudiantes que pase por 6 aulas podrá explicar y propagandizar en una hora, más de lo que harán 10 activistas estudiantiles en un mitin en la plaza de las culturas.

Organizar a los compañeros que no han participado.

Siempre es importante comprender que hay muchos compañeros que no se involucran en las tomas, pero están dispuestos a participar en actividades estudiantiles en la universidad, que es su espacio natural. El problema es que la mayoría de estos compañeros terminan diluidos porque no encuentran un espacio orgánico para participar, muchos no quieren participar en algunos de los actuales frentes estudiantiles, por ello es necesario constituir comités de apoyo amplios a favor de la lucha por la derogación de las normas académicas en cada aula.. Esta actividad puede gestar una fuerza orgánica pocas veces vista en la UNAH, sin duda es un gran reto que debemos aceptar si queremos vencer a la rectoría.

Asambleas y Marchas en Ciudad Universitaria.

El espacio que nos da el reingreso a clase es propicio para retomar las marchas y asambleas por asociaciones, escuelas o facultades. Nos hemos olvidado que la primera vez que se paralizaron las normas académicas fue por una dinámica de lucha en lo que primo fue la movilización y las asambleas estudiantiles. Estas son armas que debemos utilizar para defender el derecho a la educación. Hagamos de ciudad universitaria un polvorín político que obligue a las “autoridades” a escucharnos.

Los docentes y trabajadores universitarios.

Hasta el momento la lucha solo la han librado los y las estudiantes. Pero no podemos olvidarnos del otro componente de la comunidad universitaria: los docentes y trabajadores. Debemos llamar a los claustros de docentes a que se pronuncien a favor de la autonomía universitaria y que las autoridades dialoguen con los representes estudiantiles en lucha.

De igual manera, debemos emplazar al sindicato de la universidad para que se pronuncie al respecto. Esta labor no debe ser vista como algo efímero. En la huelga se vio el apoyo de algunos docentes y sindicalistas individualmente, se trata de que se pronuncien oficialmente como organismos de la UNAH. Debemos tener como objetivo central no solo incorporar masivamente a más estudiantes, sino ganar a los docentes y trabajadores a nuestra lucha, para defender la autonomía y la educación superior en conjunto con ellos, en solo frente de lucha universitario.

Esta labor es importante, mas si se crea una comisión entre Frentes, Movimientos y Asociaciones que visiten los cuerpos docentes y les pidan cordialmente que se pronuncien contra el ingreso de militares a la universidad y que condenen la violación de la autonomía universitaria.

La perspectiva está planteada para que no abandonemos la lucha, el desalojo militar solo es el inicio de una lucha mas táctica en donde la defensa de los compañeros interpelados judicialmente, pasa por la lucha en contra del autoritarismo de la rectoría y sus esbirros.  

Hemeroteca

Archivo