Por Maximiliano Fuentes

La reelección presidencial en la historia política reciente de Honduras es algo que viene planteándose desde el gobierno de José Manuel Zelaya Rosales. En aquella ocasión, el gobernante defenestrado proponía instalar una cuarta urna para consultarle a la ciudadanía si estaba de acuerdo o no con una Asamblea Nacional Constituyente que propusiera una nueva constitución. Desde sus inicios, Zelaya encontró a sus más amplios opositores, que por cierto provenían del mismo Partido Liberal que él representaba, los sectores más conservadores de la sociedad hondureña, y desde luego el sector opositor de su gobierno: el tradicional Partido Nacional. La pretensión de Zelaya de reformar el artículo 374 y de esa manera poder lanzar su candidatura bajo un nuevo proceso electoral le costó su gobierno.

La política asistencialista, así como el cumplimiento de los estatutos gremiales, le permitió a Zelaya construir una vasta base social; sin embargo, el error del expresidente, desde la perspectiva del modelo del Estado corporativo y neoliberal fue distanciarse de los sectores oligárquicos y emprender su proyecto continuista divorciado de la burguesía financiera y dueña de los medios de comunicación. El proyecto continuista de Zelaya, hoy representante del Partido Libertad y Refundación, fue desarticulado a través de un golpe de Estado, experiencia negativa para los sectores oligárquicos y empresariales, y desde luego para los trabajadores y sectores populares, por cierto, los actores que han trasladado en sus hombros las consecuencias y perdidas económicas del Estado.

La verdadera intención de Juan Orlando Hernández

A casi un año de haber llegado al gobierno, Juan Orlando Hernández, a pesar del descontento popular producto de la política fiscal y de reajuste estructural que se traduce en la introducción nuevos impuestos, despido masivo de trabajadores, congelamiento de salarios y el irrespeto permanente de las leyes laborales, ha logrado gestar grandes negocios con empresas nacionales e internacionales; pero lo más importante desde la perspectiva de la política, ha logrado articular su proyecto de continuidad, y para ello los diputados nacionalistas introdujeron un recurso de inconstitucionalidad para reformar el artículo de la constitución que prohíbe la reelección y de esa manera despenalizar las reformas constitucionales.

Los cimientos de la reelección

Los ejes del gobierno de Juan Orlando se dirigen al fortalecimiento de su política asistencialista, sobre todo con los sectores más desprotegidos. Para ello ha destinado fondos para la creación de mega parques, creación de la planta ensambladora de ecofogones, construcción de calles en los barrios marginales y asegurar el fortalecimiento de la Policía Militar de Orden Público.

Sin embargo, para asegurar la continuidad de su cuerpo armado pretendió elevar a rango constitucional a la PMOP como una fuerza paralela bajo el argumento de lograr su permanencia. Pero esta vez, la oposición en el poder legislativo representada por el Partido Liberal, PAC y Libre no permitieron que el Partido Nacional lograra la mayoría simple y por tal razón la PMOP no fue ratificada.

Sin duda alguna, la oposición logró contrarrestar la intención de Juan Orlando, quien hasta el momento se imponía con enorme facilidad sobre los sectores que le adversen. Pero el aparente triunfo se debió a la unidad de los partidos opositores, quienes por temor tuvieron que dejar a un lado sus enormes diferencias para contrarrestar el proyecto continuista de JOH y el Partido Nacional bajo el temor de que el gobernante proveniente del occidente del país lograra la continuidad presidencial y los desplazara del escenario político. Eso por un lado, pero también por la enorme necesidad de contener su caudal electoral bajo el papel de opositores. La aparente victoria no puede verse como un triunfo, al final el régimen se fortalece, dado que no es el pueblo organizado a través de sus instrumentos de lucha el que no permitió la ratificación, sino que la discusión se realizó bajo las normas y procedimientos del Estado burgués.

Sin embargo, el Presidente no pretende doblegarse, para ello el mismo día de la derrota parlamentaria presentó ante la Cámara de Diputados su proyecto para convocar un plebiscito y que las personas ratifiquen la Policía Militar.

Por esa razón, desde el Partido Socialista Centroamericano PSOCA, hacemos un llamado a las organizaciones sindicales, patronales, gremiales y populares a vigilar de forma permanente los giros del gobierno en aras de concretar su proyecto continuista y lacerar la débil institucionalidad democrática. Solo el pueblo organizado y movilizado podrá modificar la dura realidad que permite el aumento de la delincuencia producto de las enormes contradicciones sociales.

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