Por Maximiliano Fuentes

Un nuevo gobernante asumió el poder político y la dirección del Estado el pasado 27 de enero del presente año. A pesar de no contar con la aceptación y el respaldo de la mayoría del pueblo de Honduras. Juan Orlando Hernández logro cumplir con su anhelada aspiración, para ello derrotó, empleando diversas tácticas, en las pasadas elecciones generales al Partido Libertad Refundación (Libre) con un margen de 6%. La explicación de la derrota esta impregnada de diversos matices, entre los que destaca el fraude electoral y la táctica empleada por los nacionalistas que consistió en arrebatarle votos a Libre a través de la creación de nuevos partidos como el PAC, Alianza Patriótica, FAPER y promoviendo la constitución de candidaturas independientes, entre otras, como mantener a través del clientelismo político, bono diez mil, canasta solidaria, proyectos de eco-fogones a su base social.

Esta fórmula, a nuestro parecer, les permitió conservar el 34% de votos y arrebatarle un 13% a Libre a través de la participación del Partido Anticorrupción, por cierto, factor decisivo para la histórica reelección sin ser mayoría.

Comienza un ciclo con trancazos y ajustes estructurales

El nacionalista Juan Orlando Hernández ha iniciado su gobierno con una serie de trancazos y ajustes estructurales en su política económica, de continuar con este dinámica los empresarios junto al Fondo monetario internacional arrebatará las grandes conquistas sociales del pueblo de Honduras si los trabajadores no se organizan y emprenden un plan de movilizaciones para hacer retroceder las macabras intenciones del nuevo gobernante.

El trancazo o nuevo paquetazo ha logrado asestar un duro golpe en las finanzas de la mayoría de hogares de los hondureños, el aumento del Impuesto sobre ventas, la liberación de las exoneraciones en los productos de primera necesidad, el nuevo impuesto introducido por la compra de los combustibles ha tenido un impacto directo en la economía de las familias trabajadoras. Si sumamos a esto, la flexibilidad en la tasa cambiaria y el no otorgar ningún aumento en los ya deteriorados salarios de los trabajadores son parte de los factores que han determinado el encarecimiento del costo de la vida. Aunque la bancada nacionalista junto a la del partido liberal haya negociado los puestos de la Junta Directiva del Congreso Nacional a cambio de la exoneración del impuesto de los productos de la primera necesidad -el encarecimiento- producto de la elevada tarifa eléctrica y del cambio de los precios en los combustibles no se ha reducido.

Este cambio en los precios por la introducción de nuevos impuestos ha ocasionado una movilidad en distintos rubros de la economía, a saber: las tarifas de la energía eléctrica, que por cierto, la hasta ahora estatal de energía eléctrica (ENEE) incrementará de forma cuantiosa las tarifas para sus usuarios. En ese sentido, el presidente del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE), Miguel Aguilar, advirtió que el incremento a la tarifa del servicio público incrementará en los próximos días y que afectará a los abonados.

Aseguró que la nueva ley de la Industria Eléctrica obliga a que los consumidores paguen las tarifas a “precio de mercado”..Teme que en cuanto aparezca publicado en el diario oficial La Gaceta la nueva normativa porque orillará a los usuarios a pagar precios sobre elevados a la ENEE. (El Libertador 10/02/2014)

Pero por si esto fuera poco, los transportistas han anunciado un incremento en la tarifas del transporte urbano e interurbano, situación que agrava más los recursos deteriorados del pueblo trabajador.

Ataque a los movimientos sociales y la privatización de las empresas estatales

El movimiento sindical y gremial en Honduras ha venido siendo objeto de fuertes ataques por parte del gobierno nacionalista, en un primer momento, Porfirio Lobo y luego su predecesor Juan Orlando Hernández. Los decretos de Ley que permiten la reconversión de las empresas estatales en sociedades anónimas no solo significa la privatización de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) y la empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel), sino también la perdida de las conquistas sociales y laborales obtenidas décadas atrás a través de enormes procesos de lucha como la huelga del 54 y las heroicas y combativas luchas del magisterio nacional. Las conquistas atacadas son el libre derecho de organización sindical, la estabilidad laboral, los contratos colectivos, y la libertad de huelga, entre otros.

El retroceso experimentado tras la derrota de la lucha contra el golpe de Estado y la extinción del Frente Nacional de resistencia es lo que le permitió al gobierno nacionalista atentar contra las grandes conquistas sociales y sindicales de los trabajadores de Honduras. Ha sido tan grande la escalonada en la relación de fuerzas, que el gobierno se ha atrevido a no cancelar en su momento los pagos de los trabajadores estatales, de amenazar con no pagar las prestaciones laborales a los empleados despedidos por el cierre de empresas e instituciones del Estado, además de irrespetar derechos y leyes laborales como los estatutos gremiales no haciendo efectivo los aumentos contemplados en los mismos, eliminar la jornada plena e introduciendo la nueva jornada para los docentes de primaria y secundaria.

El ataque sistemático a los derechos sindicales y de contratación colectiva también se ha realizado con los trabajadores universitarios, al haber aprobado la creación de tres periodos académicos se ha aumentado la carga laboral de los docentes y en ningún momento se tipifico un aumento a la base salarial. Por otro lado, se ha violentado la contratación colectiva al no haber hecho efectivo los aumentos salariales contemplados en este instrumento, dado que los aumentos los realiza la rectoría de forma antojadiza y extemporánea.

Aunando a esta precaria situación, en el gobierno anterior se saqueo de forma descarada los fondos de los trabajadores destinados para el sostenimiento del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS). El robo de dichos fondos ha puesto en una situación extremadamente difícil para los trabajadores que requieren de los servicios de salud y pensiones, a pesar de haber hecho efectiva sus cotizaciones. El saqueo al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) ha creado una crisis que pone en riesgo la vida de más de 600 mil afiliados y cerca de un millón de beneficiarios.

La política económica del gobierno nacionalista, se ha orientado en trasladar el enorme costo de la deuda interna en las espaldas de los obreros y del pueblo hondureño a través de la creación de tasas e impuestos en los productos de primera necesidad, pero por si fuera poco, a congelar los salarios y no conceder ningún tipo de aumento bajo el argumento que se debe de reducir el gasto público.

Este clima de modificaciones en el gasto público determinará la cancelación de miles de puestos de trabajo en el actual gobierno, de hecho, parte de las condiciones para firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional es reducir el gasto público e implementar medidas de corte neoliberal.

En ese sentido, el gobierno de Honduras recortará hasta en un 10% los presupuestos de varias instituciones públicas, esta disposición obliga a las actuales autoridades a reducir los gastos presupuestarios de varias dependencias, que heredaron un déficit fiscal de L 29,612.6 millones , solo del 2013.

Inicia la concesión de la soberanía nacional y la venta de los recursos naturales

La actual administración ha dado inicio a su proyecto de ciudades modelos, en sentido las autoridades junto a inversionistas de nacionalidad coreana impulsarán un estudio de pre-factibilidad para diseñar y crear la primera Zona de Empleo y Desarrollo Económico y Social (ZEDE) en el sur de Honduras.

El gobierno nacionalista cederá distintas partes del territorio nacional para que sean explotadas por transnacionales y grandes corporaciones extranjeras, situación pone en riesgo los distintos ecosistemas del país, además de ofertar mano de obra barata que requiere ser ocupada de cualquier manera, aún cuando su contratación irrespete los derechos laborales y humanos.

La movilización y la unidad sindical es la salida para los trabajadores

Los dirigentes del casi extinto Frente Nacional de Resistencia y del Partido Libertad y Refundación (LIBRE) hace algunos años argumentaban que la única vía para tomar el poder y hacer retroceder a los golpistas era la participación en los procesos electorales. Situación que permitió la desmovilización y tomar ventaja del gobierno nacionalista para asestar sus planes de ajuste y de miseria ante la estabilidad social producto del retroceso del movimiento popular y sindical.

Se ha experimentado y verificado a partir de la propia experiencia histórica que la reconversión del FNRP en partido político no permitió tomar el poder y mucho menos avanzar en los procesos de transformación social en Honduras, al contrario, el gobierno se ha fortalecido y tiene la ventaja en este momento.

No obstante, pese al fracaso de la política electoral de Libre y el retroceso del movimiento de masas, los socialistas centroamericanos creemos firmemente en la capacidad movilizadora y transformadora de los trabajadores, por lo que hacemos un llamado a las organizaciones gremiales, sindicales, populares, estudiantiles, feministas y de resistencia ha organizarnos y emprender un plan de movilizaciones para frenar la brutal y empobrecedora política económica del actual gobierno. Solo a través de la movilización social se hará retroceder las funestas intenciones de los empresarios de Honduras y de los organismos internacionales.

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