Por Manuel Rivera

 

El tercer "Paro Cívico Nacional" convocado por la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular (CNRP) y las Centrales Obreras, para el 5 de Agosto del presente año, no tuvo tanta afluencia popular como esperaban los dirigentes que lo convocaron.

A diferencias de los dos paros cívicos anteriores que contaron con una amplia participación obrera y popular, logrando realizar manifestaciones en más de diez ciudades, en esta ocasión fue diferente. Según Juan Barahona, dirigente del Bloque Popular, “solamente se realizaron [acciones] en los departamentos de Yoro, Cortés, Atlántida, Colón, Francisco Morazán y Choluteca” (…) “las acciones seguirán en forma progresiva, hasta llegar a un gran paro nacional”. (La Tribuna 6/8/08).

 

Exigencias de la CNRP

En las jornadas del tercer paro cívico participaron, entre otras, la Confederación de Trabajadores de Honduras (CTH), Central General de Trabajadores (CGT), Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH), agrupaciones campesinas y la Federación de Organizaciones Magisteriales de Honduras, todos aglutinados en la CNRP.

Las exigencias de las organizaciones obreras y populares elevaron al gobierno de Mel Zelaya, en el marco de los trece puntos planteados por la CNRP, fueron las siguientes: Derogación de la Ley Marco de Agua Potable y Saneamiento, aprobación de una nueve Ley de Telecomunicaciones, derogación de la actual Ley de Minería y aprobación de Ley Forestal, derogación de la Ley de Modernización agrícola, cumplimiento del convenio 169 de la OIT, un estricto control de precios que detenga el alza a los productos de primera necesidad, depuración de la Policía y aplicación de justicia, el traslado de la empresa Gas del Caribe de Omoa a otro lugar, una estrategia para la redistribución permanente de la riqueza, reducción drástica del costo de las remesas, educación pública gratuita, derogación del contrato con Semeh y plantas térmicas. Un programa eminentemente democrático.

Posibles causas del retroceso

Debemos discutir cuales fueron las posibles causas de por qué hubo poca afluencia de personas al Tercer Paro Cívico. La primera explicación es que estamos en un año electoral, donde algunos de los dirigentes populares tienen compromisos con los movimientos de los partidos políticos tradicionales. Según el Tribunal Supremo Electoral (TSE) “son 2,896 cargos de elección popular en los tres niveles electivos que serán disputados por unos 28 mil políticos, que saldrán de al menos 10 movimientos  de los cinco partidos políticos, que en este momento han expresado su intención de participar en esos comicios”. (La Tribuna 16/5/08). 

La segunda explicación es que el asesinato de Altagracia Fuentes, dirigente de la CTH, y la posterior masacre de más de 11 personas, entre ellos campesinos y perpetrada en Silín, Trujillo, Colón, ubicada en la zona atlántica del país, donde está involucrado el Movimiento Campesino del Aguán (MCA), pudo tener un efecto atemorizante entre la dirigencia y probablemente en un sector de las bases.

Mel se reunió con la CNRP

Hay una tercera causa que no ha sido analizada y es que después del éxito del segundo paro cívico nacional, en el mes de Mayo, el gobierno de Mel Zelaya dio un giro político y mantuvo una posición conciliadora con la dirigencia de la CNRP y de las centrales sindicales, con el objetivo de desmovilizar y torcer el rumbo del ascenso obrero y popular.

El pasado viernes 15 de Agosto el Presidente Zelaya y el asesor legal de la presidencia, Enrique Flores Lanza, se reunieron con dirigentes de la CNRP y con los secretarios de las centrales sindicales. En esa reunión el presidente Zelaya apeló al apoyo de las centrales obreras y de la CNRP para mantener la imagen “progresista” de su gobierno. El presidente Zelaya declaró que “existen muchas posibilidades de que el Congreso Nacional derogue la actual Ley Marco del Agua Potable y apruebe la nueva legislación”. (Común Noticias 15/8/08).

¿Con que intenciones el Presidente querrá apoyar la propuesta de derogación de la Ley Marco del Agua Potable y proponer La Ley levantada por el Movimiento Popular? Las intenciones del gobierno fueron claras: buscar el apoyo de la dirigencia sindical y popular a cambio de unas cuentas migajas, a cambio del apoyo político a su gestión “progresista”. Y el caramelo mas tentador fue la filtración del anuncio de que Honduras se sumaría al ALBA.

La dirigencia de la CNRP y de las centrales obreras han cometido un grave error al mostrase conciliadores con el gobierno de Mel Zelaya en los precisos momentos en que debían iniciar la movilización popular para garantizar el éxito del tercer paro cívico nacional.

Silogismos equivocados

Mel Zelaya está buscando apoyo popular para impulsar el ALBA, necesita este apoyo para neutralizar la fuerte oposición de la mayoría de los diputados y una posible no aprobación del Congreso. Además, el movimiento popular este sacando un silogismo equivocado: piensan que el Presidente Chávez es de izquierda y anti yanqui, amigo de Fidel. Entonces, si el presidente Zelaya es amigo del Presidente Chávez, por lo tanto Zelaya es de izquierda. Y si estamos bajo un gobierno de izquierda, entonces ya no es necesario luchar en contra del gobierno.

A la dirigencia de la CNRP se les está olvidando las declaraciones de Juan Barahona, secretario de la Federación Unitaria de Trabajadores de Honduras (FUTH), cuando afirmaba: este es un gobierno sordo que no escucha y ciego que no ve la realidad del pueblo hondureño, es necesario y justo hacer este tipo de  reclamos en beneficio de los hondureños”. (La Prensa 11/7/08).No dejarse manipularEs necesario que las organizaciones populares no se dejen manipular por la demagogia del Presidente Zelaya. Si él quiere retomar la propuesta de la Ley de Saneamiento hecha por el movimiento popular, no debe ser a cambio del arrodillamiento del movimiento popular, a cambio de favores políticos: En ese sentido, desde el Movimiento al Socialismo MAS) de Honduras, sostenemos que es necesario rescatar los valores y principios que originaron la existencia de la CNRP como un espacio que velara por los intereses verdaderos de nuestra clase trabajadora y no como una plataforma que sirva de trampolín político para el proyecto de un sector de la burguesía encabezado por Mel Zelaya.

 

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