Por Leonardo Ixim

La crisis económica, que se expresa sobre todo en un aumento generalizado de los precios al consumidor por medio de una escalada inflacionaria a nivel de todo el planeta, afecta considerablemente a la clase obrera y la situación de las y los trabajadores en Guatemala no es la excepción.

La situación se agudiza aún más porque los ingresos son insuficientes para afrontar el alto costo de las canastas básica (alimentación) y ampliada (acceso a servicios esenciales), justo en el momento en que se está discutiendo el aumento al salario mínimo en la comisión tripartita conformada por sindicatos, asociaciones patronales y el Estado/gobierno.

En ese sentido, durante las primeras semanas de noviembre se registraron dos protestas protagonizadas por sectores diversos, que exigen una mejora de las condiciones económicas; estos fueron los transportistas de carga y pasajeros, y los empleados públicos del sector salud.

En el primer caso, los transportistas realizaron protestas bloqueando las principales carreteras del país, generando en algunos casos enfrentamientos con elementos anti motines de la Policía Nacional Civil (PNC). Estos transportistas son un sector disímil, pues en los participantes de las protestas está la pequeña burguesía, quienes muchas veces conducen ellos mismos sus unidades transporte, pero también trabajadores de éstos que conducen las unidades, donde generalmente las demandas propias de estos no son resaltadas por los mismos choferes, un tema en torno al cual las centrales sindicales deberían estar organizando.

Los transportistas denuncian sobre todo el alto costo del diésel, resultado no solo de las mediaciones de las cadenas internacionales de distribución, sino de la ganancia de los distribuidores capitalistas nacionales y las trasnacionales. Por otra parte, también denunciaron el alto costo de las canastas alimentaria y ampliada, y de los precios en general, lo cual demuestra la presión de los mismos obreros del transporte, que además también afecta a los pequeños empresarios del transporte. Es importante que las centrales sindicales y campesinas se sumen a estas demandas.

Un hecho llamativo es que los grandes empresarios del transporte no se sumaron a las protestas, y fieles al discurso ideologizado de las cámaras empresariales a las que están afiliados, de que los bloqueos violan los derechos de la población, denunciaron estas acciones.

Por otro lado, otro sector fue el de los trabajadores salubristas de la red nacional de salud, por medio del Sindicato de Empleados del San Juan de Dios, que desde la pandemia han registrado importantes movilizaciones. La principal demanda es un aumento salarial para todos las y los trabajadores del sector público, sin importar el reglón presupuestario, aunque recordemos que en otras ocasiones han exigido ir agilizando el proceso de reclasificación de puestos a las autoridades de salud pública,

Las y los salubristas tenían varios días protestando en las afueras del Congreso de la República, pues al interior de éste se negociaba la aprobación del presupuesto general para 2023. En cierto momento de los días de su estadía allí, la PNC intentó desalojarlos justo cuando estaba por aprobarse el presupuesto. Además, realizaron una marcha desde las oficinas del Ministerio de Salud Pública hasta el Congreso.

La demanda principal de aumento salarial, según mencionó un líder sindical, es porque existen trabajadores que ganan el salario mínimo y en algunos casos hasta menos del mínimo. Este aumento iba representar una partida de 200 millones de Quetzales, un monto pequeño comparado a lo destinado para pagar deuda pública o para gastos clientelares dentro del contexto electoral, pues como hemos señalado, el garantizar el derecho a la salud pasa por condiciones laborales y salariales óptimas. Las autoridades de salud prometieron que en diciembre habrá ajustes al presupuesto asignando para incluir la demanda salarial.

Como Partido Socialista Centroamericano consideramos importante conjugar estas demandas en un frente único de organizaciones sociales y de los trabajadores, y que eso se refleje en las propuestas de los candidatos de los partidos llamados de izquierda. Demandando mejoras salariales tanto para los trabajadores públicos y privados, y detener la espiral inflacionaria por medio de precios tope, reduciendo también los márgenes de ganancias de los distribuidores de combustible

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