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Por Leonardo Ixim

Con el asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg el pasado 10 de mayo y la posterior revelación de un video donde este abogado acusa al presidente Álvaro Colom, a su esposa Sandra Torres y al secretario privado de la presidencia Gustavo Alejos de ser responsable de su muerte y de la muerte del empresario Khalil Musa y su hija ocurrida con anterioridad, pues éstos habían descubierto operaciones de lavado en Banrural, banco mixto que maneja fondos del Estado y que la pareja presidencial y su secretario encubrían, se abrió toda una tormenta política.

Tras la revelación del video inmediatamente la oposición de ultraderecha del Partido Patriota pidió la renuncia del presidente, posteriormente de una forma automática diferentes sectores reconocidos por filiación conservadora y algunos vinculados a la ultraderecha terrorista y militarista se sumaron a las voces que exigían la renuncia del presidente.

Paralelamente medios de prensa internacionales vinculados al poder conservador mundial como El País de España o la cadena gringa CNN junto a la prensa derechista nacional difunden la opinión de la necesaria renuncia del presidente o por lo menos que se separara de su cargo como condición para resolver el asesinato. Enlazado, desde redes virtuales de comunicación como Facebook se convoca a jóvenes en su mayoría de universidades privadas de la capital a protestar para exigir la renuncia de Colom.

Según estudiosos de la materia estos llamados virtuales tienen efectos emotivos más que racionales pues se toca el sentimiento de las personas, en este caso el cansancio que genera tanta violencia, por lo tanto es una importante arma para generar sentimientos irracionales que desembocan en actitudes fascistas.

Esta convocatoria se dio bajo llamados a protestar por la violencia y a esclarecer el asesinato culpando al presidente de esto. Lo peculiar es que los llamados por estas redes y la actividad mediática han sido tácticas usadas en las revoluciones de colores organizadas por el poder mundial para derrocar gobiernos indeseables para este poder.

Las movilizaciones en contra de Colom protagonizadas por personas en su mayoría capitalinas y de las capas medias altas y sectores burgueses se empezaron a generar; el partido oficial, la UNE, no tardó en reaccionar y movilizó a sus bases sociales (beneficiarios de las medidas asistencialistas) dándose conatos de enfrentamientos. Ambos bandos llamaron a sendas marchas para el domingo 17 cual después de negociaciones el viernes 15 se llegó al acuerdo que serían concentraciones en dos lugares distintos. En el momento que se escribe estas líneas, domingo 24, continúan las movilizaciones.

Sobre el asesinato y el video

Lo peculiar del asesinato de Rosenberg es que a pesar de estar bajo amenaza de muerte continuó con sus actividades normales y es asesinado cuando se encontraba ejercitándose en su bicicleta en un sector de lujo de la ciudad de Guatemala.

Sobre el video se sabe que los que lo crean y lo distribuyen son dos personajes involucrados con la derecha terrorista. Mario David García, periodista agente de la CIA gringa que en la década de los 80s tenia el programa “Aquí el Mundo” donde se llamaba a asesinar lideres populares, fue conspirador en dos intentonas de golpe estado contra el gobierno de Vinicio Cerezo Arévalo por oficiales de la extrema derecha conocidos como “oficiales de la montaña”, vinculados al extinto partido ultraderechista Movimiento de Liberación Nacional (MLN), García fue candidato a presidente por ese partido.

El otro personaje encargado en la distribución es Luis Mendizábal, miembro de la juventud el MLN junto a Álvaro Arzu (secretario de la juventud del MLN y fundador del Partido de Avanzada Nacional y Partido Unionista y quien fuera presidente cuando se firman los Acuerdos de Paz). Mendizábal en este gobierno estuvo ligado a la ‘oficinita', una estructura paralela de la Presidencia que servía de enlace con el Ministerio Público y la inteligencia militar, ha sido funcionario del gobierno actual, vinculado con el actual ministro de gobernación Salvador Gándara ex miembro del Partido Unionista.

Posteriormente el gobierno pide a la Cicig que realice las investigaciones debidas y el gobierno recibe respaldo de parte del gobierno de Estados Unidos, la Unión Europea, el Grupo de Río, el Sistema de Integración Centroamericano (SICA) y de la OEA para que no renuncie, algo que Colom se niega a hacer, dando un respaldo a su gestión así como al respeto de la institucionalidad y a la Cicig para que resuelva el caso. Con eso le cierra todas las posibilidades a la derecha golpista a obligarlo a renunciar del cargo.

¿Quiénes promueven las movilizaciones?

Bajo el discurso de unidad nacional, un llamado a parar la violencia y a esclarecer el caso Rosenberg, el Cacif, que aglutina a los distintas sectores burgueses, se pone a la cabeza pero suaviza su discurso pues ya no pide la renuncia del gobernante (llamado a golpe de estado lo cual es criticado desde el exterior), sino pide resolver el caso en el marco de la institucionalidad. A pesar de esto la burguesía ha seguido pidiendo la renuncia de Colom. Así en la concentración del 17 se identifica como promotores de estas movilizaciones a Otto Pérez Molina líder de la oposición conservadora (Partido Patriota), al pastor evangélico fundamentalista Harold Caballeros y otros connotados derechistas como Eduardo Suger, Alejandro Gamattei, Manuel Ayau (fundador de Proreforma y rector de la neoliberal universidad privada “Francisco Marroquín”).

El partido de gobierno por su parte moviliza sus bases procedentes de asentamientos humanos en áreas urbano-marginales y del interior del país que han sido construidas con medidas de corte asistencialista, como la entrega de bolsas de alimentos básicos, comedores populares, remesas condicionadas a asistencia a servicios de salud y educación.

Estas medidas no transforman las condiciones de pobreza, generan una base social de apoyo al gobierno de Colom. En la forma con que están hechas, sin un componente real para generar empleo no generan ni conciencia ni organización, se quedan en puro asistencialismo, un sedante para que no hayan movilizaciones independientes.

Sin embargo la derecha es tan conservadora y reaccionaria que estos mínimos programas asistenciales le asustan y lo que más miedo tienen es que generan base social a favor de Sandra Torres quien dirige estos programas, una burguesa maquilera que tiene sentimientos antioligárquicos y un mínimo de conciencia social a pesar de su condición de clase.

Rápidamente la prensa de derecha empieza hacer reportajes denunciando que la gente a favor de Colom fue acarreada, que el gobierno obligó a empleados públicos a ir a la concentración y que gastó cantidades de dinero exorbitantes en el transporte y comida de los manifestantes pro-Colom. A esas denuncias por su puesto se suman los partidos de derecha desde el patriota hasta Encuentro por Guatemala y se suman organizaciones de derechos humanos como el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM).

Ahora lo que no dicen lo periódicos de derecha, ni el Gam es que el patriota también acarreó gente y que los empresarios obligaron a los trabajadores de sus empresas y fincas a movilizarse en las marchas anti-Colom.

Consideraciones finales

Sin duda este es un conflicto intra-burgués que demuestra la crisis política y de legitimidad en que este Estado racista y capitalista se encuentra, Estado que ha tenido dos grandes posibilidades de reformarse dentro de los parámetros del capitalismo que tuvo la posibilidad de modernizarse y democratizarse en sus límites por su puesto, pero que ambas posibilidades quedaron truncados por el conservadurismo de la oligarquía.

Estas posibilidades fueron, la revolución de octubre de 1944, interrumpida tras la invasión yanqui de 1954 con el apoyo de la oligarquía tradicional y de la pequeña burguesía nacida al calor de esta revolución, y la firma de los Acuerdos de Paz, que podían haber democratizado un poco más esta sociedad, pero se perdió la oportunidad por la negatividad de la oligarquía y la pasividad de la izquierda y su oportunismo. Creemos que hay que retomar estas dos agendas pendientes que materializan las tareas democráticas-reformistas pero profundizándolas hacia el socialismo bajo la orientación de la revolución permanente.

Por supuesto dudamos que este gobierno retome estas tareas, sabemos por supuesto que para nada las profundizaría a diferencia de algunos verdaderos socialdemócratas y genuinos reformistas de izquierda que lo consideran un puente hacia gobiernos más progresistas, aunque es más un puente hacia la ultraderecha. Pero el conservadurismo de la ultraderecha terrorista es tanto que debemos cerrar filas no a favor de este gobierno sino en contra de las maniobras de estos terroristas. No a defender la institucionalidad de este Estado capitalista sino a defender las mínimas conquistas democráticas que la ultraderecha planea eliminar.

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