Por Leonardo Ixim

Se organizó a finales de mayo pasado el foro Investment Summit, una reunión entre empresarios nacionales e internacionales. Dicho evento fue organizado por el gobierno como una ventana para atraer la inversión, es decir un eufemismo para nombrar las oportunidades de ganancias para la burguesía a costa de extraer el plusvalor al proletariado guatemalteco y la extracción irracional de los recursos naturales, afectando sobre todo a las comunidades indígenas y mestizas que interactúan con los ecosistemas locales.

El foro se celebró en un lujoso hotel capitalino y contó con la participación de más de 1000 inversionistas. Fue inaugurado por autoridades gubernamentales, comenzando con el presidente Otto Pérez y el ministro de economía Sergio De la Torre. Pero a la par de que los empresarios acordaban jugosos negocios a costa del sudor y la sangre de los guatemaltecos, en el primer día de actividades varias organizaciones campesinas denunciaron, en una concentración enfrente del evento, que estos negocios implican un mayor saqueo de los recursos naturales.

Para el sector empresarial aglutinado en la principal organización empresarial, el Cacif, dicho evento fue todo un éxito, considerado el más grande en Centroamérica, pues se realiza en un contexto de reposicionamiento de las potencias internacionales. Como ejemplo de este recambio están la reciente venida del presidente estadounidense, en que prometió varios proyectos de inversión en energía renovable, junto a la visita del presidente chino, quien firmó importantes acuerdos comerciales en Costa Rica y sobre todo en Nicaragua con la creación de una empresa específica para la construcción de un mega canal por el lago de Nicaragua y varios ríos que vierten en el Caribe.

Es decir, la región centroamericana se vuelve un territorio apetecible para las grandes potencias, donde Estados Unidos necesita mantener la hegemonía en su patio trasero, que a la vez tiene las características geográficas de ser un territorio estrecho, con el canal de Panamá como vía de importancia fundamental para el comercio mundial desde hace más de un siglo y nuevos proyectos de interconectividad. Otros proyectos recientes son los canales secos del oriente guatemalteco entre el Puerto de Santo Tomas y Puerto Quetzal y entre Puerto Cortez en Honduras y el recientemente concesionado Puerto de La Unión en El Salvador.

Todo esto supuestamente hace parte del Plan Mesoamérica, un espacio articulado para la revalorización de las ganancias burguesas centroamericanas, mexicanas y colombianas, como socias menores del capital estadounidense por medio de la reciente firmada Alianza del Pacifico en competencia con la alianza entre capital brasileño y las nuevas burguesías articuladas alrededor del Alba. En todo esto aparece China posicionándose en Centroamérica, vía Nicaragua y Costa Rica, y buscando el afianzamiento de relaciones comerciales tanto con el proyecto yanqui como el de las burguesías nacionales de sur. De ahí que el presidente guatemalteco corriera a pedir el establecimiento de relaciones comerciales con China continental.

En el caso de Guatemala, que por sus características geográficas es rica en recursos naturales y está estratégicamente situada a la entrada del mercado norteamericano, se realizó tal reunión con la participación de empresarios de una diversidad de países como Rusia, China, España, India, Estados Unidos, Europa, Colombia, México, etc. Guatemala es considerada la economía más grande Centroamérica, 37.5 % del PIB regional, con la base productiva más diversa y la población mayor del área; se acordó la realización de negocios en call center, procesamiento de bebidas, manufacturas, químicos, farmacéutica, textiles, pero sobre todo extracción minera e hidrocarburos. Importante es señalar la construcción de algunas obras que podía impulsar el sector construcción, como un anillo periférico exterior en el área metropolitana, un centro para las instituciones de gobierno o un tren rápido en la ciudad capital en el marco de las leyes de asociación público-privada.

Es necesario que el proletariado estructure un frente unitario con las organizaciones campesinas y comunales, con un proyecto de nación donde todos estos emprendimientos de transportes y los proyectos productivos sean impulsados por empresas estatales, administradas por los trabajadores junto a las comunidades sobre todo en la extracción de recursos naturales. Debemos estar vigilantes, pues un gancho para atraer las inversiones extranjeras son los proyectos de ley que pretenden legalizar la flexibilización laboral y el trabajo a tiempo parcial, es decir maximizar la explotación de la mano de obra.

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