Por Jocelyn Rosales
La toma del edificio de rectoría en la Universidad de San Carlos por parte de estudiantes ya lleva más de dos meses. Como lo explicamos en su momento, el motivo de la toma es que el Consejo Superior Universitario, en sesión del 6 de febrero decidió no aceptar la propuesta de metodología de reforma universitaria elaborada por la Comisión Multisectorial surgida de los acuerdos firmados con Estudiantes Por la Autonomía en septiembre de 2010, sino integrarla con otra propuesta presentada por representantes del mismo CSU y sectores conservadores que abandonaron la Comisión multisectorial en mayo de 2012. La Coordinadora de Planificación de la USAC sería la encargada de elaborar un documento final. Ese 6 de febrero los compañeros tomaron el edificio.
Sindicatos de docentes, trabajadores, distintos grupos y algunas asociaciones estudiantiles se solidarizaron con la toma. El edificio de rectoría se volvió un centro de difusión e información y se fue ganando simpatía estudiantil para la causa de la reforma, hecho importante puesto que los estudiantes serán la vanguardia organizativa y propositiva de este proceso.
El CSU respondió con una denuncia ante el Ministerio Público y medidas represivas administrativas contra dos compañeras y un compañero que son voceros de la lucha. En sesión del 13 de marzo los integrantes del CSU recogieron una propuesta de salida a la coyuntura que hizo un grupo de estudiantes de la Escuela de Ciencia Política con representación en la Comisión Multisectorial, que planteaba que se forme una comisión de trabajo con representantes del CSU.
Es evidente para una buena parte de los grupos estudiantiles que apoyamos la toma desde el inicio, que esta medida de hecho ya está agotada, que ya se aprovechó lo que se podía de ella (presión al CSU, instalación de una radio reforma con denuncias continuas, acciones de divulgación de la necesidad de la reforma, etc.), pues las autoridades no han desistido de las medidas represivas contra los tres compañeros y están jugando la carta de vencer por cansancio la toma. Las compañeras y compañeros han hecho un enorme sacrificio al sostener por tanto tiempo esta acción de hecho, pero consideramos que dejaron pasar el momento de aprovechar la presión generada por la acción para realizar una negociación con resultados ventajosos para las fuerzas que apoyamos la reforma universitaria. Esta negociación debió realizarse a lo sumo un par de semanas después de tomadas las instalaciones de la rectoría.
En la sesión del CSU del 10 de abril, los compañeros, bajo el nombre de Asamblea Permanente de Estudiantes Universitarias y Universitarios presentaron una propuesta que a nuestro juicio no promueve una solución del conflicto, pues exige a las autoridades que respeten el acuerdo firmado con EPA en 2010 y no tomen en cuenta la metodología presentada  por los grupos que abandonaron la Comisión Multisectorial, y se acepte tal como está la propuesta elaborada por esta última. Además demanda que cesen las medidas tomadas contra los tres compañeros, entre otras cosas. Esta propuesta, aunque justa, no deja espacio para una negociación con las autoridades, pues exige el todo por el todo.
Una acción de hecho tiene como objetivo obligar al contrincante a negociar. En toda negociación hay cosas en las que tendremos que ceder, y otras en que no, de modo que al final se llegue a un acuerdo lo más ventajoso posible. Además es erróneo apostar a una sola acción para conseguir un objetivo. El movimiento estudiantil universitario es lo suficientemente creativo como para generar mil formas más de lucha para obligar al CSU a impulsar la reforma universitaria.
El CSU está aprovechando la intransigencia de los compañeros que mantienen la toma para desgastar el movimiento; la administración de la USAC ya está funcionando en otros edificios y las autoridades solo están esperando que la toma caiga por sí sola. Los resultados se están viendo en la profunda y lamentable división que esta toma innecesariamente prolongada está generando en el movimiento estudiantil, entre quienes apoyaron desde el inicio pero piensan que la acción ya debería haber finalizado y quienes han decidido continuar la toma.
El PSOCA propone que se dejen a un lado las rencillas que minan a lo interno el movimiento y se presente al CSU una propuesta que dé una salida: que las autoridades suspendan las medidas legales y administrativas contra los compañeros y que se abra una discusión sobre la metodología de reforma entre ambas partes, pero en el seno de la Comisión Multisectorial.

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