Reunión políticos

Por Armando Tezucún

Desde mediados de febrero el presidente Colom anunció que su gobierno enviaría al Congreso una nueva propuesta de reforma fiscal. Esta sería la quinta vez que intenta introducir cambios en el sistema tributario para poder cubrir el presupuesto de gastos. Los cuatro primeros intentos fracasaron ante la firme oposición de la oligarquía capitalista y sus partidos.

El presupuesto gubernamental aprobado para este año asciende a Q 54,390.8 millones. De esta cantidad, se espera que Q 38, 789.8 millones sean financiados mediante la recaudación de impuestos. El resto será financiado con deuda externa e interna. Está programada y autorizada la emisión de Q5, 681 millones en bonos para financiar el presupuesto durante el año y la contratación de 10 préstamos por valor de US$ 578.5 millones (Prensa Libre 15/4/11, 27/4/11).

Pero el gobierno no cumple con satisfacer las demandas básicas de la población. La red de hospitales públicos y las escuelas e institutos estatales son un desastre. No hay un plan congruente de viviendas populares, los daños causados por el duro invierno del año pasado no han sido reparados. La inseguridad y la delincuencia van en aumento. Por otro lado, la aguda inflación que azota al pueblo ha redundado en reclamo de aumentos salariales de los trabajadores estatales.

Presionado por estas situaciones y por el gasto que implican sus 13 programas asistenciales, el gobierno solicitó al congreso a mediados de abril una ampliación presupuestaria de Q 2,052 millones, para cubrir gastos en infraestructura, educación, justicia, salud y otros. El presupuesto aumentó a Q 56 mil millones con el traslado contable de US$ 210 millones en bonos de reconstrucción. Si el Congreso aprueba la ampliación, llegaría a Q 58,055 millones (Prensa Libre 19/4/11).

Para financiar la ampliación, el gobierno elaboró la propuesta de cambios en la tributación. El 26 de abril en el Palacio de la Cultura, Colom se reunió con los secretarios, dirigentes y diputados de los partidos políticos, y con miembros del cuerpo diplomático como testigos, para presentar formalmente su plan.

Colom y sus ministros explicaron que el plan empezaría con la aprobación de la Ley Antievasión 2 y la ley que levante el secreto bancario ante el fisco. Esta fase también incluye la aprobación de los 10 préstamos incluidos en el presupuesto 2011.

La segunde fase incluye cambios en el sistema de pago del Impuesto Sobre la Renta que afectan a los trabajadores de ingresos medios. Éstos ya no podrán acreditar el Impuesto del Valor Agregado por compras a cuenta del ISR. Se incluyen otros cambios en las tasas del ISR, así como impuestos al cemento, bebidas no alcohólicas, timbres fiscales, casinos y combustibles (ver Prensa Libre 28/4/11 y diario La Hora 26/4/11)

Como ya es tradicional, el empresariado se opone tajantemente a la propuesta. Uno de sus principales argumentos es el peligro del aumento de la deuda. Paulo de León, del Central American Business Inteligence hizo notar que durante este gobierno el pago de servicio de deuda pasó de Q 9 mil millones a Q 12 mil millones, un tercio de los ingresos fiscales. El banquero Federico Linares señaló que entre enero de 2008 y enero de 2010 la deuda del Estado creció un 43.6%, frente a un 25.8% de crecimiento del PIB y 10.20% de los ingresos tributarios (diario Siglo 21 14/4/11).

La posición de los empresarios es que el gobierno no aumente los impuestos ni se endeude, sino que mejore la recaudación fiscal combatiendo el contrabando, la evasión fiscal y ampliando la base tributaria.

Por ahora la solicitud de aprobación de la ampliación presupuestaria y los préstamos está estancada en el Congreso. Es fácil prever que los partidos de la oligarquía se opondrán tenazmente a la nueva propuesta fiscal o le harán cambios que desvirtúen su intención, como sucedió en el pasado.

Los trabajadores y oprimidos debemos continuar presionando al gobierno por mayor presupuesto para la salud, educación y servicios básicos. Los trabajadores estatales deben luchar por aumentos salariales. Debemos rechazar la actitud de dirigentes sindicales afines al gobierno, como los del magisterio, la UASP, la CONIC y la UGT, que se prestan para ser instrumentos del gobierno para presionar al Congreso para que apruebe sus solicitudes. El gobierno de la UNE y Colom es también un gobierno de la burguesía y es nuestro enemigo. Los trabajadores deben confiar en sus propias fuerzas y no confiar en el gobierno demagógico.

Hemeroteca

Archivo