Por: Alberto Castro

En este articulo pretendemos dejar algunas reflexiones acerca de Nuevas Ideas (NI), partido político que revise de popularidad incluso fuera del territorio salvadoreño. Cuando Nayib Bukele daba por casi consolidado su control de todo el aparato Estatal de la República de El Salvador, teniendo fagocitada a la oposición al borde de tener en detención a ciertas figuras públicas quienes son ex funcionarios del derrumbado bipartidismo, entre ellas su ex compañera Violeta Menjivar, pese a que existe cierto descontento social a su Gobierno que puede constatarse por la movilización en dos marchas, no obstante ésta carece de una cabeza que se deba a las reivindicaciones materiales del pueblo salvadoreño, por lo que por el momento no representa problemas para su administración, por lo que al no tener oposición de afuera, la contradicción ha surgido entre sus filas.

La abrumadora bancada cyan y sus aliados

De los 84 disputaos de la Asamblea Legislativa (AL), 56 son de NI, gracias a su alianza con el bloque de partidos Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) que tiene 5, y los parásitos Partido de Concertación Nacional (PCN) y Partido Demócrata Cristiano (PDC) con 2 y 1 respectivamente, obtiene la cantidad de 64 a favor del Presidente Bukele, logrando mayoría absoluta, gracias a ello la legislación producida en estos seis meses se ha caracterizado por aprobar a ojos cerrados la propuestas emanadas a voluntad del Ejecutivo, sin estudio y discusión previa basta con que él lo pida para que eso sea el único motivo carente de razonamiento para aprobar lo que sea.

Al respecto es necesario traer a colación la teoría clásica de la regla de la mayoría y regla de la mayoría calificada, conceptualización que abarca tanto el espectro político como jurídico que comprende dos especies de reglas de decisión; dependiendo del tipo de decisión a tomar así es el tipo de mayoría aplicable para su validez. En la Constitución de El Salvador, encontraremos tres tipos de mayorías: mitad más uno (mayoría simple); dos tercios (mayoría calificada); y tres cuartos (mayoría absoluta). Como sabemos Nuevas Ideas tiene mayoría calificada sin necesidad de ninguna alianza, y tiene la posibilidad de lograr la mayoría absoluta de manera bastante accesible gracias al entendimiento que tiene con los mencionados partidos políticos, por lo que menguar esta fuerza sería un enorme obstáculo del camino del proyecto bonapartista iniciado el 28 de febrero, perdería mayoría calificada.  

¿Conspiración entre las mismas filas?

Como bien ya se enunció lo peor que le podría pasar al proyecto bonapartista de Bukele es que se descalabre la fuerza que ha logrado en la AL, y si, como si el peor de los miedos se hiciera realidad, en sus entrañas surgió un supuesto acto de conspiración, se trata de los diputados Gerardo Aguilar (por San Vicente) y José García (por Cabañas), quienes aparentemente participaron en negociaciones con una nada más y menos que el fundador de Nuevas Ideas y ahora cabeza del movimiento PAÍS, José Rogelio García Castro, popularmente conocido como Roy García, quien según dice en el audio representa a la Embajada de los Estados Unidos de América en El Salvador, donde negocia la división de la bancada de Nuevas Ideas, a cambio de prebendas por parte de los EEUU en favor de los dos diputados.

En respuesta fueron separados del grupo parlamentario y sometidos a investigación, aunque ellos han negado ser las personas del audio de la reunión donde se dieron estas negociaciones, pero en una entrevista Roy García reconoció como cierto el audio y por ende las negociaciones y además dijo que había alguien más, se trata de Edgar Fuentes, quien no ha sido separado de la bancada. La arremetida contra los diputados no se limitó con la separación de la bancada, el 3 de noviembre fueron retirados de sus curules y posteriormente sustituidos por sus suplentes José Pío Amaya y Helen Morena Jovel de Tobar, para los próximos cinco meses. La embajada de los EEUU se ha desvinculado de Roy García y del plan conspirativo.

Nuevas Ideas dentro de la administración publica

Bajo el régimen bonapartista de Bukele, se ha dado paso del imperio de la Ley al imperio arbitrariedad, si bien las instituciones del Estado burgués salvadoreño siguen funcionando  tal y como antes, lo que ha variado es el ejercicio del poder al rebasarse los límites de las facultades discrecionales de los funcionarios públicos, dando lugar a la arbitrariedad como la forma general de los actos de la administración pública, algo que puede notarse en cualquier parte, deviene de la autonomía en la dirección política del Estado que ejerce Bukele, si bien este punto de vista se sitúa dentro del iuspositivismo, se aclara que el motivo de ello es para diferenciar el cambio del régimen de la democracia burguesa que se apostó en la posguerra al bonapartismo, desde antes y con Bukele ha existido la dictadura de la clase burguesa sobre las clase subalternas. De la sustentación de los preceptos legales adecuados a los actos de las autoridades públicas en consonancia con los principios de legalidad y seguridad jurídica, se da paso a la adopción de decisiones apegadas a premisas que no  tienen asidero  legal, todo circula en función de la voluntad del supremo dirigente de Nuevas Ideas, organización política donde no hay más participación que no sea agradar, ser útil y funcional para él. 

Una cucharada de su propia medicina

Los diputados separados de sus curules recibieron lo mismo que ellos aplicaron cuando votaron a favor del asalto a la Fiscalía General de la República, de la Sala de lo Constitucional y de la Reforma Judicial que permitió el retiro de jueces y la promoción de otros con quienes podía haber entendimiento. Se aprovecharon de la arbitrariedad la cual les alcanzó y ahora son víctimas de aquello que ayudaron a crear. Sin embargo, no se debe justificar el castigo que les fue aplicado. Como cualquier otro acto arbitrario la cesación de sus cargos no fue acorde al procedimiento constitucional.

En primer lugar se aplicó el criterio de mandato imperativo, algo expresamente prohibido por la Constitución, pues el cargo de diputados pertenece a la persona que fue electa en el cargo, no pertenece al partido político ni a los electores, la regla de ejercicio democrático permitida por la Constitución es la democracia representativa, donde da libertad en el ejercicio de sus funciones al diputado, no debiéndose al partido que lo abanderó ni a sus electores, claro que es algo que limita la participación activa de los votantes, sí, pero es  como fue concebida la Constitución actual, que impone el límite de participación democrática de las masas en el voto, es decir el ciudadano no es más que la clientela electoral cuyas facultades terminan con su participación en las urnas, luego viene el ideario que los que han resultado electos representan al pueblo, algo tan corrosivo pero que no es mayor que la imposición de sanciones sacadas de la manga de la camisa.

Los diputados en mención fueron suspendidos por decisión del grupo parlamentario de NI, pero la suspensión en el ejercicio del cargo solo puede ser cuando se da lugar a formación de causa, de conformidad a los arts. 236, 237 y 238, posteriormente pasando a quedar sometido a la autoridad jurisdiccional competente, es decir la Cámara de Segunda Instancian para que conozca en Primera Instancia. El cese del cargo únicamente procede por las causales del art. 130: Cosa juzgada por delito grave; prohibiciones del art. 128 (desempeñar cargos públicos remunerados); y renuncia sin justa causa calificada como tal por la AL.

Evitar el transfuguismo

Si bien se prohíbe el mandato imperativo, no se permite la figura del transfuguismo, sentencias de la Sala de lo Constitucional y reformas al Código Electoral han ido en la búsqueda de impedir se repitan casos como cuando nació GANA, de manera que sí se puede abandonar el partido o coalición política, pero debe mantenerse como independiente, manteniendo el programa electoral por el que fu electo (ver sentencia No 39-2016).

No tenemos representación en la AL

Bukele aprovechó el hartazgo hacia ARENA y FMLN, logrando apoyo masivo que se tradujo en las elecciones del 28 de febrero con 56 diputados, la popularidad que hoy tiene es tanta que se han reproducido en otros países de Centroamérica. Los diputados de NI se han aprovechado de eso para usurpar al pueblo, actuando y hablando en nombre de él, dicen ser la voluntad popular, falacias secundadas por los miles de fanáticos que creen en ese discurso, el que por cierto esto está diseñado para manipular, dicho sea de paso esos fanáticos tampoco son representados por la bancada cyan, ella solo representan a Bukele, aunque la popularidad de Bukele es sostenida en gran parte por los enormes gastos en publicidad, de hecho toda actuación de las autoridades está en función de eso.

Como vemos dentro de la AL existe un bloque dominante compuesto por partidos de Derecha, en el otro lo que aún queda del bipartidismo, mientras tanto la clase trabajadora y pueblo salvadoreño no tenemos representantes. NI aunque ha dicho que no es ni de derecha ni de izquierda, no obstante además de sus alianzas pregona un populismo de derecha, y como tal es la expresión que surgió de la crisis de representatividad del régimen político, el desgaste del bipartidismo fue asimilado por el Movimiento NI, gracias a ello se desconfió en lo viejo y se confió en lo nuevo, de esta manera no hubo desencanto con la urnas. Necesitamos democratizar el régimen político, que garantice auténticas formas de participación, por lo que debemos dejar de ser expectantes, menos aún ser secundadores de NI, y pasar a ser protagonistas en el ejercicio del poder político, es necesario superar esta barrera, para hacer resurgir una nueva izquierda en unidad y lucha con los demás pueblos de Centroamérica, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), se propone aportar a este propósito.

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