Por Alberto Castro
El gobierno de Bukele-GANA y todos los partidos políticos con representación en la Asamblea Legislativa, ya están realizando procesos de cara a las elecciones internas; a su vez, están creando condiciones para impulsar cada quien su campaña electoral de cara a las elecciones legislativas y municipales del 28 de febrero del 2021, en la que serán elegidos los 84 Diputados que conforman la Asamblea Legislativa, los 20 Diputados del Parlamento Centroamericano (PARLACEN), así como los miembros de los 262 concejos municipales pluralistas y sus respectivos Alcaldes.
Se promueven con la desgracia del pueblo
En medio de la pandemia y otras tragedias como la causada por la tormenta Amanda, los candidatos de los diferentes partidos ya están vertiendo su propaganda electoral. Los candidatos que correrán por el partido Nuevas Ideas o GANA aparecen cobijados bajo el manto de popularidad del presidente Nayib Bukele, quien se prepara para barrer a quienes se han opuesto a su poder desde el parlamento. Bukele necesita conquistar la mayoría absoluta de la asamblea legislativa para poder instaurar un régimen bonapartista, donde el tomo tome las principales decisiones. ARENA y FMLN, cada quien, por su lado, se preparan para sobrevivir como fuerzas políticas ante la arrolladora popularidad que Bukele ha logrado construir.
Los trabajadores y pueblo salvadoreño somos espectadores pasivos en esta importante batalla política. Muchos se conforman con ser parte de la clientela electoral de los mismos partidos de siempre. Es necesario romper con esta tradición de clientela política, y convertirnos en sujetos activos de los procesos electorales, para incidir en la formación de leyes que pueden beneficiarnos o perjudicarnos.
Difícil pero no imposible
A finales de 2010 la Asamblea Legislativa aprobó las disposiciones que ahora permiten la inscripción de candidaturas no partidarias para Diputados a la Asamblea Legislativa. Sin embargo, esto no implicó una apertura democrática plena, ya que los requisitos para poder participar son difíciles de cumplir, pero no imposibles. Las disposiciones para la postulación de candidaturas no partidarias en las elecciones legislativas contemplan que: “…en circunscripciones electorales de hasta trescientos mil electores, seis mil firmas. En circunscripciones electorales de trescientos mil uno a seiscientos mil electores, ocho mil firmas. En circunscripciones electorales de seiscientos mil uno a novecientos mil electores, diez mil firmas. En circunscripciones electorales de novecientos mil uno o más electores, doce mil firmas…”
Pese a ello en las elecciones del 2018, Leonardo Bonilla logró un puesto en la Asamblea Legislativa como candidato no partidario. En 2019, los partidos ARENA, FMLN, GANA y el PCN viendo el avance de las candidaturas no partidarias maniobraron estableciendo que: “…en ningún caso pueden sumarse a una candidatura no partidaria los votos obtenidos por otra candidatura del mismo tipo”..
Las experiencias previas
Antes de las reformas del 2010, la figura del diputado independiente era de hecho, servía de para identificar a los diputados disidentes de los partidos políticos de la Asamblea Legislativa.
Ahora bien es importante saber que han existido experiencias anteriores relacionadas a las candidaturas no partidarias para diputados, como la del 2015 en donde Ernesto García, quien rompiendo con los barreras impuesta fue el único candidato a diputado no partidario por el departamento de San Salvador quien con gran esfuerzo logró recoger 12 mil firmas, pero no logro obtener un puesto en la Asamblea Legislativa.
Para el 2018 el número de candidatos fue mayor, lo que permitió que al sumar los votos de todos los no partidarios se obtuviera un puesto siendo esta la manera mediante la cual llego Leonardo Bonilla.
Ningún partido representa al pueblo
Existe un descontento generalizado hacia los partidos políticos tradicionales, y la forma de hacer política, lo cual se puede constatar en los altos índices de ausentismo, así como de votos nulos y abstenciones.
El pueblo no tiene opción y los pocos que asisten se van por el menos peor. Es momento que la clase trabajadora, presentemos opciones electorales al pueblo. Las organizaciones sindicales de El Salvador debemos abrir las discusiones de manera fraterna en torno a la participación en las elecciones del 2021 mediante las candidaturas no partidarias para Diputados a la Asamblea Legislativa.
Dichas candidaturas deben expresar un ejercicio democrático preliminar, las propuestas debe surgir de elecciones internas a partir de una Asamblea Sindical Unitaria.
Es hora de contar con Diputados no partidarios que representen y defiendan los intereses del pueblo y que presenten iniciativas de Leyes en beneficio de las amplias mayorías, para así evitar que las organizaciones tenga que recurrir a los tradicionales partidos políticos.