Por Manuel Sandoval
El viernes 14 de febrero participé en una concentración de 200 adultos mayores, frente a la Gerencia de Pensiones de la Caja, para exigir a las autoridades de la Institución que se reajuste la pensión del IVM conforme al alto costo de la vida que hay en el país.
El aumento de ¢3.697,21 en la pensión mínima, que pasa de ¢155.995 a ¢159.692,21 mensuales, responde al requisito legal de que la pensión mínima no sea inferior al 50% de la Base Mínima Imponible (BMI) para la Seguridad Social. NO SÓLO NO COMPENSA LO QUE HA SUBIDO EL COSTO DE LA VIDA, SINO QUE EXCLUYE AL 60% DE LOS PENSIONADOS DEL IVM, con pensioncitas apenas un poquito más altas.
Que se haga este reajuste al que obliga la ley -sin ninguna política, por parte de las autoridades del gobierno en la Caja, para recuperar el poder adquisitivo de pensiones muy modestas, que a la mayoría de las pensionadas(os) sólo les alcanza para vivir en condiciones de pobreza-, ES UNA BURLA DE CHÁVEZ Y SU GENTE: ¢123 más por día, ¿para qué alcanzan?
Desde el principio de su Administración, Chávez ha estado empeñado en demostrar que la Caja está quebrada, a fin de dar paso a procesos de privatización. Frente al IVM, la política que ha seguido (con Rocío Aguilar actuando como ariete del gobierno mientras estuvo al frente de la Superintendencia General de Pensiones) ha sido preconizar la insolvencia de este régimen de pensiones en menos de veinte años, a fin de forzar una reforma "integral" de todo el sistema de pensiones del país: IVM, RCC de los educadores, Fondo de Pensiones del Poder Judicial. El propósito es hacer depender el monto de la pensión del ahorro individual del trabajador. Esto les permitiría reducir la cuota patronal y del Estado en el financiamiento tripartito de la Seguridad Social (patronos-Estado-trabajador), objetivo último de la reforma.
Es evidente entonces que ante el clamor de los pensionados del IVM para que las pensiones se reajusten conforme al incremento del costo de la vida bajo las dos últimas administraciones (que ha llevado a la pérdida de entre el 10 y el 15% del poder adquisitivo de las pensiones), la respuesta de los jerarcas de la Caja va a ser, con tapones en los oídos, que no hay recursos para hacerlo sin desestabilizar al régimen y comprometer el pago completo de las pensiones a partir de la década de los cuarenta.
No hay que ser experto actuarial, sin embargo, para darse cuenta que el verdadero problema es que el gobierno no quiere cumplir con el pago de las obligaciones financieras del Estado con la Caja (que en el caso del Seguro de Enfermedad y Maternidad se han acumulado en una deuda de más de ¢4 billones). Si el gobierno pagara los ¢689 000 millones que le debe al IVM y al Régimen no contributivo de pensiones, se aportarían recursos para aumentar significativamente la pensión mínima del IVM y hacer un reajuste a todas las pensiones que realmente compense el costo de la vida, así como para elevar la pensión de ¢82 000 que reciben en el Régimen No Contributivo 92 000 adultos mayores en situación de extrema pobreza. Es una vergüenza que ante el hecho de que Hacienda no gira completa la plata, las autoridades de la Caja hablen de reducir este monto y no amplían la cobertura de este Régimen a más personas adultas mayores en situación de vulnerabilidad.
Recursos existen para que el gobierno pague sus obligaciones con la Caja y el IVM si Nogui Acosta, desde Hacienda, comienza a meter en cintura a los grandes evasores del fisco que protege el gobierno de Chávez.
Por supuesto que A LAS BUENAS NO LO VAN A HACER. Con los pensionados en primera fila, hay que unir a las trabajadoras(es) en un movimiento combativo para forzar a los grandes empresarios a financiar la Seguridad Social y rechazar la Reforma “Integral” del sistema de pensiones del país que quiere acabar con la solidaridad social (la cotización tripartita) y volver la pensión un asunto privado. Proponemos a todas las personas que asistieron a la concentración del viernes, convocar a una Asamblea de todos los pensionados del IVM y del Régimen No Contributivo para definir un plan de movilización.
CON UNA VIDA DE TRABAJO, NOS GANAMOS EL DERECHO A UNA PENSIÓN QUE PERMITA VIVIR CON DIGNIDAD EN LA VEJEZ.
¡Hay que continuar la lucha!