Por Manuel Sandoval
Para zafarse de convocar al paro del 28 y el 29 de agosto en defensa de la Educación Pública, la dirigencia de la APSE puso de pretexto que iban a convocar una gran huelga posteriormente, cuando en la Asamblea Legislativa avanzara la discusión del presupuesto nacional para el 2025, pues alegaban que no podían gastar en el plano legal el recurso a la huelga.
De un movimiento que los dirigentes de la APSE anunciaban que iba a ser casi de carácter insurreccional, por la fuerza que iba a tener con la incorporación de otros sectores, se ha pasado a un día de paro en el que las diferentes regionales de la APSE se alternarán de lunes a miércoles; invitando a participar a los educadores de la GAM que lo deseen, a unos piquetitos en Cuesta de Moras a partir de las 3 p.m, cuando se entre en la fase final de discusión en el plenario legislativo del presupuesto nacional.
La verdad que no entendemos para qué “la movilización”, cuando la misma dirigencia se muestra satisfecha con los ¢26 000 millones de incremento a partidas para gastos de Primaria, Secundaria y Pre-escolar y los ¢11 000 millones de aumento al FEES, que hicieron diputados de la Oposición al gobierno. Movimientos que la dirigencia apsina atribuye a “la incidencia de la APSE” con volanteos, caravanas de autos y presencia en las barras de la Asamblea Legislativa (Comunicado del 18/10/2024). Así como a pronunciamientos de apoyo a la financiación de la Educación Pública que gestionó en varias municipalidades.
Un triunfo muy hablado, ya que la APSE apoya un proyecto de presupuesto nacional que va a ser votado por todas las fracciones parlamentarias de la burguesía (con el FA a la cola), porque va en la línea del Acuerdo con el FMI de hacer un fuerte recorte fiscal, al precio de sacrificar el gasto social del Estado en Educación, Salud y Seguridad Social. En este presupuesto no se recuperan los ¢300 000 millones que desde la anterior Administración se le han cercenado al MEP. Si el gobierno, como en los últimos dos años, vota en contra por los montos sobre-estimados del pago de intereses de la deuda pública que los diputados de la Oposición desviaron para financiar partidas de Educación, Seguridad y otros rubros, lo hará demagógicamente, sabiendo que el presupuesto nacional se aprobará casi como lo presentó Nogui Acosta.
El triunfo “notable” de la APSE garantizando el presupuesto para la Educación Pública queda muy cuestionado por las últimas inundaciones. Prácticamente no hay recursos para atender las instalaciones educativas afectadas (y antes de las inundaciones se calculaba en ¢400 000 millones los fondos que era necesario invertir). Lo poquito que se haga el año entrante dependerá de la presión que hagan las comunidades y de que el gobierno saque un poco de plata de los $160 millones del préstamo que se va a gestionar para atender los daños causados por los temporales recientes.
“La gran movilización” de la próxima semana fue fragmentada con la excusa de los temporales. Algunos mal pensados hablan de que este parito inofensivo, que acerca las vacaciones, es de compadre hablado con el MEP para que no haya rebaja salarial. No contempla ninguna reivindicación salarial de los educadores, pese a todos los problemas de pago que existen y a la brecha salarial que se está creando con relación a los educadores nuevos nombrados bajo la Ley de Empleo Público.
Con los últimos préstamos que se van a contraer, el piso del endeudamiento del país se va a mantener por arriba del 60% del PIB, manteniendo la aplicación de la Regla Fiscal y el congelamiento salarial. Para ser justos con la dirección de la APSE, tenemos que decir, sin embargo, que todas las dirigencias magisteriales le zafan el bulto al problema, porque exigiría una lucha consecuente y frontal que no están dispuestas a dar. Después del 28 y el 29 las dirigencias de la ANDE y el SEC, las federaciones y sindicatos universitarios, y los rectores, también se borraron de la lucha. Atenidos a las migajas que dieran los diputados de la Oposición para quedar bien parados
Buscando eje para el movimiento de esta semana, la dirigencia de la APSE comenzó a hablar de los proyectos que amenazan los regímenes de pensiones, pero tampoco puede levantar consecuentemente esta lucha. Limitémonos a decir por ahora, que las dirigencias magisteriales se han tragado la transformación del ROP en “Fondos Generacionales”, la operación inicial de Rocío Aguilar para hacer depender las pensiones del ahorro personal y la especulación financiera. Que de más está decir, puede significar que las platas se esfumen de la noche a la mañana.
Las educadoras(es) deben construir un espacio de reflexión independiente y crítico, para impulsar procesos de movilización, organización y lucha desde las escuelas y colegios, al margen de los burócratas que le capitulan al gobierno en la Comisión PARITARIA MEP-SINDICATOS.
Si no lo hacemos, y no nos apoyamos en los estudiantes y los padres de familia, en la lucha en defensa del derecho a la Educación, VAMOS A SEGUIR LLEVANDO PALO.