Por Armando Tezucún

La primera visita del secretario de Estado estadounidense Antony Blinken a un país latinoamericano se realizó en Costa Rica el 1 y 2 de junio. Efectuada en el marco de la reunión del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), la llegada de Blinken al país centroamericano revela la fuerte importancia que la administración Biden otorga al área, pues es fuente de las olas migratorias que se han convertido en un grave problema para el gobierno de Estados Unidos.

Blinken arribó a Costa Rica el martes 1 de junio a las 12:45 hora local, reuniéndose primero con el presidente Carlos Alvarado y su canciller Rodolfo Solano; luego tuvo un encuentro con los cancilleres de Guatemala, Honduras, El Salvador, Belice, Panamá, Nicaragua, República Dominicana y México, así como reuniones bilaterales con cada uno de estos países. Acompañó al secretario de Estado una delegación integrada por Julie Chung, subsecretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental; Tom Sullivan, jefe de personal adjunto del Departamento de Estado; Ricardo Zúñiga, enviado especial del Departamento de Estado para el Triángulo Norte; y Edward Price, vocero del Departamento de Estado.

El idilio entre los gobiernos de Estados Unidos y Costa Rica

La burguesía tica, a través de los medios de comunicación, hizo alarde de su alianza con el gobierno estadounidense y del hecho de que Blinken escogiera este país para su primer viaje a Latino América. El secretario de Estado enfatizó los principios, objetivos e intereses compartidos entre ambos países en una serie de temas; entre ellos están el respeto y la promoción de la democracia y los derechos humanos, una fuerte cooperación en materia de seguridad, la promoción de una economía verde basada en energías renovables, procesos productivos limpios y el reciclaje. Además, subrayó que Costa Rica es considerado el país más seguro y estable de la región, donde se asientan 200 empresas estadounidenses con inversiones en la producción de farmacéuticos, biotecnología, electrónica, procesamiento de alimentos y call centers; y unos 120 mil ciudadanos gringos que viven como residentes.

Para el empresariado costarricense, la visita puede consolidar la posición del país como aliado clave de los estadounidenses en el istmo, y abrir nuevos ámbitos de cooperación y aportes a la democracia, al crecimiento económico, la estabilidad y el Estado de derecho (La Nación 04/06/2021).

Los elogios de Blinken al sistema político y económico de Costa Rica, y las autoalabanzas del gobierno y la burguesía ticos contrastan con la grave crisis fiscal que atraviesa el país, y sobre todo con la política de choque que se ha aplicado contra las y los trabajadores de los sectores público y privado. Aprovechando la pandemia del Covid-19, el empresariado y diputados del legislativo autorizaron la suspensión de contratos de trabajo y la suspensión de jornadas laborales y reducción de salarios hasta en un 75%, lanzando a miles de trabajadores a una situación de miseria. Por otro lado, el gobierno ha responsabilizado a los trabajadores del sector público por el déficit fiscal, lanzando un ataque contra los salarios al suspender por dos años el pago de anualidades y congelando los salarios por dos décadas, negando incluso cualquier reajuste por incremento del costo de la vida o inflación.

Esta criminal política de empobrecimiento sistemático de la población impulsada por el gobierno y la burguesía ticos ha sido implícitamente avalada por la administración Biden, poniendo en evidencia que pese a los matices que diferencian a republicanos y demócratas, ambos partidos representan los intereses de las grandes corporaciones y multinacionales del imperialismo estadounidense.

“Defender la democracia y combatir la corrupción”

El encuentro de Antony Bliken con los representantes de los gobiernos del área y México se centró en un llamado a la defensa de los sistemas democráticos y el combate a la corrupción, como acciones clave para combatir las causas del enorme flujo de migrantes hacia Estados Unidos. El secretario de Estado declaró: “Demasiados jóvenes de la región anhelan desesperadamente una vida mejor, por lo que arriesgan todo para emprender un viaje muy peligroso hacia el norte… debemos trabajar juntos para que sea más seguro para la gente de Centroamérica quedarse en casa sin miedo y con la esperanza de un futuro mejor" (Swissinfo.ch 02/06/2021).

Recordó que el gobierno de Biden prometió ya un apoyo de US$ 4 mil millones para impulsar el desarrollo de Honduras, Guatemala y el Salvador, por un período de cuatro años. Esto además de otra ayuda de US$ 310 millones destinada a la seguridad alimentaria y asistencia a comunidades vulnerables.

Blinken hizo referencia a las diferentes situaciones que se están dando en los países del área, donde hay graves violaciones a los derechos humanos, ataques a organizaciones sociales, sometimientos de los poderes del Estado al ejecutivo, etc. “Los buenos gobiernos son cruciales para enfrentar los retos y aprovechar las oportunidades. Sin embargo, nos reunimos en un momento en que la democracia y los derechos humanos se ven socavados en muchas partes de la región…Lo vemos en la erosión de la independencia del poder judicial, la represión de los medios independientes y las organizaciones no gubernamentales, la proscripción de los opositores políticos y el retroceso en la lucha contra la corrupción” (Semana 02/06/2021).

En este punto, el funcionario se hizo eco de las críticas de Washington contra las medidas bonapartistas del presidente Bukele en El Salvador al destituir al fiscal general y magistrados de las cortes de justicia; así como a la dictadura orteguista en Nicaragua, que no ha tenido empacho en perseguir descaradamente a los candidatos opositores, para que Daniel Ortega se pueda reelegir para un cuarto mandato; durante su estadía en San José Blinken publicó en su cuenta de Twitter: “Prohibir arbitrariamente a la líder de la oposición Cristiana Chamorro refleja el miedo de Ortega a unas elecciones libres y justas. Los nicaragüenses merecen una democracia real” (Divergentes 03/06/2021). Esto incluye también los intentos por parte del gobierno y Congreso guatemaltecos de acallar a fiscales y jueces que han perseguido a políticos y empresarios corruptos, y la penetración del narcotráfico en las esferas gubernamentales en Honduras. Blinken pidió a los gobiernos del área, sin importar si son de orientación política de centro, derecha o izquierda, a mejorar sus sistemas democráticos, y mejorar las vidas de las personas para evitar que migren hacia el norte.

La rivalidad de Estados Unidos con Rusia y China

Una de las razones de fondo de la reciente ofensiva diplomática de Estados Unidos en el área es frenar el avance de los intereses de los imperialismos chino y ruso en la región centroamericana. La competencia inter imperialista se ha agudizado por la carrera de los gobiernos por obtener vacunas para inmunizar a la población de la región. Incluso el canciller mexicano Ebrard viajó a Rusia y Europa para acelerar la recepción de vacunas por parte de su país. El gobierno chino ha enviado más de 165 millones de dosis de su vacuna a América Latina y el Caribe. Algunos países latinoamericanos dependen en gran medida de las vacunas chinas, incluyendo El Salvador, Brasil, Chile y Uruguay, si bien el gobierno de Beijing niega que esté distribuyendo vacunas a cambio de favores políticos (The Washington Post 01/06/2021). Guatemala realizó una compra millonaria de la vacuna Sputnik a Rusia. Desde hace unos años El Salvador ha estado construyendo lazos comerciales con China, y la misma Costa Rica tiene relaciones diplomáticas con este país desde 2007, aunque no las ha utilizado como una alternativa a Washington.

Como respuesta, el secretario de Estado estadounidense anunció que su país distribuirá 80 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus en todo el mundo, incluyendo América Latina. Aunque Blinken no explicó cómo serían distribuidas estas vacunas, dijo que en dos semanas su gobierno estaría anunciando el proceso de distribución, trabajando en coordinación con Covax.  

Hacer espacio para la inversión extranjera

A pesar de que ya otros funcionarios de Washington han aclarado que los US$ 4 mil millones de ayuda no serán canalizados a través de los gobiernos del área, sino por medio de agencias estadounidenses como la AID y organizaciones de la sociedad civil, el plan del gobierno de Biden para impulsar el desarrollo local y frenar la migración depende en última instancia de la llegada de capitales extranjeros, de inversiones de las multinacionales. Esto lo dejó ver claramente Blinken, al afirmar: (la confianza de las familias en un mejor futuro) “…requiere algunas cosas muy básicas como trabajos, y esos trabajos a menudo se derivan de la inversión. Y la inversión, a su vez, requiere que los países y los gobiernos tomen ciertas medidas para asegurarse de que haya un entorno de inversión que atraiga empresas, que atraiga inversiones. Y ahí, nuevamente, estado de derecho, transparencia, un poder judicial predecible…” (Divergentes, 03/06/2021).

Detrás de este bonito discurso está la visión de las multinacionales y las oligarquías locales, para quienes las verdaderas inversiones van de la mano con exenciones de impuestos en zonas francas, flexibilización laboral, bajos salarios, etc., medidas que precisamente perpetúan la pobreza y la miseria. En la medida en que no afecten las estructuras oligárquicas y los capitales transnacionales, los planes del gobierno de Biden quedarán en pura demagogia; mientras, los poderes locales están girando hacia la limitación de las libertades democráticas y el autoritarismo. Al final Biden terminará aliándose a estos poderes.

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