Historia
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Por Maximiliano Cavalera

La historia de las revoluciones siempre son procesos altamente contradictorios y convulsivos. El siglo XX atestiguo la gran revolución rusa. Pero la revolución rusa no comprende solo la época en que los bolcheviques tomaron el poder, todo lo contrario, es un fenómeno que comienza en febrero y se consolida en Octubre con la toma del poder por los soviets. Los acontecimientos de Febrero, (1) llevan a las masas a realizar su experiencia histórica, a madurar bajo la explotación abrumadora del gobierno democrático burgués de Kerensky, para luego crear la idea y convencerse, que solo los trabajadores y las clases explotadas pueden luchar por un mundo mejor, sin guerras ni explotadores.

A comienzos de 1917 Rusia, estaba en la I guerra mundial, aún en los primeros dos meses del año, reinaban los Romanov como la dinastía que pretendía enraizarse en el poder por el mandato divino. El desarrollo social de Rusia era muy complejo, el imperio que precedió a la revolución, tenía una extraña mezcla del yugo tártaro, pero sin sus características bases materiales, ya que el despotismo zarista había asimilado el capitalismo occidental, sin pasar por completo por las premisas clásicas que los países occidentales franquearon. En este vasto imperio, la mayoría de la población era campesinos, que poseían medios de producción atrasados, vivían bajo las inclemencias del clima, que muchas veces provocaría sequías y hambrunas. Este campesinado, poco a poco poblaba las ciudades y era asimilado a un proletario muy joven y sobre explotado en las ciudades. Interacción que crearía una formula letal para la burguesía en cuanto se accionara la revolución.

Rusia y la Guerra

Desde el inicio de la I guerra mundial, los roles que jugarían cada potencia estaba determinado por el desarrollo de su capitalismo y las pretensiones de cada una de sus respectivas burguesías. Alemania intentaría apropiarse de las colonias que le hacían falta para transformase en un completo imperialismo. Inglaterra defendería a muerte su posición como imperio mundial, pero el caso de Rusia era diferente, ya que Rusia era un Estado extremadamente débil para ir a la guerra, tanto así, que sus aportes eran solo números vacíos de soldados, mandados a la muerte contra los tanques Alemanes. Pero el Zarismo no podía quedar fuera del enfrentamiento debido a los profundos lazos comerciales que tenía con las potencias imperialistas como Francia e Inglaterra. El zarismo y la burguesía Rusa, estaban dispuestos a pagar con la sangre millones de campesinos y trabajadores, su derecho a ser potencia imperialista.

Pero tanta sangre derramada, no bastaría para que la burguesía rusa ingresase la elite del mundo imperialista de la post guerra, todo lo contrario, crearon las condiciones para que se gestara la revolución. La cara de la dinastía era el Zar Nicolás II, hombre que reflejaba perfectamente en su carácter, todos los defectos de la monarquía en decadencia. Falto de carácter para afrontar problemas, pero convencido de su papel otorgado por la divinidad para elegir el futuro de toda Rusia y sus súbditos.

Las clases dominantes eran la aristocracia seguida por la burguesía, contrario a la creencia general de que la gran guerra trajo hambre y miseria a toda Rusia, la verdad es que los grandes beneficiados económicamente por la guerra fueron la burguesía y la monarquía, quienes amasaron grandes fortunas con sus negocios para surtir al ejercito y especulando con los precios de los alimentos. Mientras millones de campesinos y obreros morían y desertaban del ejército, la burguesía y aristócratas vivían de fiestas por todo Petrogrado.

Los partidos

En Rusia interactuaban una gran cantidad de organizaciones que darían vida a la revolución, pero podemos decir que los grupos revolucionarios era vastos, entre ellos encontramos a los social revolucionarios, socialdemócratas divididos en bolchevique y mencheviques. Además de estas fuerzas encontramos a los liberales, quienes nunca pensaron como verdadera salida a la gran crisis económica fuese la revolución, todo lo contrario, el propio Kerensky diría en una ocasión, al hablar de una revuelta palaciega que “según él”, pudo haber evitado la revolución: “Sí, la Rusia privilegiada no dio a tiempo desde arriba un golpe de Estado -del que tanto se hablaba y para el que tantos (?) Preparativos se habían hecho, que hubiera evitado la catastrófica explosión del régimen.” (León Trotsky-Historia de la Revolución Rusa).

Los últimos días del zarismo

La guerra tendría un costo pavoroso para el zarismo, en 1917 casi todos los días se propagaban noticias de las derrotas del ejército en el frente alemán. Antes de los acontecimientos que llevarían al desplome de la monarquía, Nicolás II se retiró al Cuartel general en Mohilev, dejando a cargo de san Petesburgo a la Zarina. Las fuerzas motrices de la historia se estaban coordinando para concebir la revolución, días antes, se inició una hambruna que provocó revueltas en Petrogrado. El 18 de febrero, la mayor fábrica de Petrogrado, la factoría Putilov, anunció una huelga; se disparó a los huelguistas y algunas tiendas cerraron, lo que provocó insurrecciones en otros centros de producción. En palabras de Trotsky: “En los momentos decisivos, cuando el orden establecido se hace insoportable para las masas, éstas rompen las barreras que las separan de la palestra política, derriban a sus representantes tradicionales y, con su intervención, crean un punto de partida para el nuevo régimen.” (Ídem)

El 23 de febrero se celebrada el día internacional de la mujer, para este acontecimiento las organizaciones socialdemócratas solo prepararon mítines, ninguno de los dirigentes, se imaginaron que ese 23 de febrero, sería el primer día de la revolución. Las huelgas en las fábricas se generan de manera espontánea, en donde los trabajadores empujaban a la dirigencia a la huelga. Ese 23 se declararon en huelga cerca de 90.000 obreras y obreros. Su espíritu combativo se exteriorizaba en manifestaciones, mítines y encuentros con la policía. El movimiento se inició en la barriada fabril de Viborg, desde donde se propagó a los barrios de Petersburgo. Ese día la policía concentró una fuerte cantidad de tropas, pero el enfrentamiento estaba reservado para días posteriores. Ese 23, miles de mujeres marcharían a la duma pidiendo pan, hartas de la miseria que les regalaba la dinastía. El 24, el panorama se recrudece, más de la mitad de los obreros industriales se van a huelga en la capital, todos se presentan a las fábricas pero no laboran, organizan piquetes y luego marchan al centro de la ciudad, los gritos pidiendo comida ahora pedían la caída del zarismo.

Para el 25 de febrero las fuerzas comprimidas de la revolución llegan al grado, que 240,000 obreros están en huelga. Secundan la huelga un número considerable de pequeñas empresas; se paran los tranvías, cierran los establecimientos comerciales, se adhieren a la huelga estudiantes universitarios. Ese día comienzan los enfrentamientos con la policía, en una manifestación en monumento a Alejandro III, la policía montada abre fuego contra los manifestantes hiriendo al orador. Los manifestantes se enfrentan a la policía con granadas de mano, botellas y otras armas, la revolución pasaba al enfrentamiento directo. Por todo Petesburgo, hay enfrentamientos con la policía, pero en esta ocasión los cosacos y el ejército dudan en reprimir a los trabajadores.

Ese mismo día el zar ordena reprimir cualquier manifestación en la capital. “En la noche del 26 de febrero fueron detenidas, en distintas partes de la ciudad, cerca de cien personas pertenecientes a las organizaciones revolucionarias, entre ellas cinco miembros del Comité bolchevique de Petrogrado.” (Ídem) Por todas partes circulan patrullas, por dondequiera se ven barreras de soldados. Las tropas vigilan sobre todos los caminos. Suenan disparos, aumenta el número de muertos y heridos. Corren en distintas direcciones los carros de las ambulancias. Los datos oficiales registran 40 muertes este decisivo 26 de febrero.

En medio de aquella revuelta, sería la guarnición de Petrogrado la que decidiría los acontecimientos dejándose arrastrar por el huracán de la revolución. Ya el 26 de febrero, al atardecer se sublevó la cuarta compañía del regimiento imperial de Pavlovski. Ya para el 27 de febrero, la mayoría de las guarniciones de soldados estaban insurreccionadas apoyando la revolución de los obreros. La batalla se definía así, a favor de los revolucionarios y el 3 de marzo dimitiría Nicolás II, tomando el poder Kerensky y la burguesía. Fueron los acontecimientos de esas fechas de febrero, los que arrasaron con más de 300 años de absolutismo Romanov y sentaron las bases para la revolución social de octubre. Este febrero, sería solo la etapa inicial de un proceso complejo, que llevaría a la aparición de los comités obreros y campesinos, pero sobre todo, a que las masas hicieran su experiencia con la burguesía y llegasen a la conclusión, que el destino de la humanidad está en manos de los trabajadores mismos.

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Nota:

(1) La llamada revolución de Febrero ocurrió según el calendario occidental en Marzo. El calendario Ruso tenía 13 fechas atrasadas en el siglo XX, por lo que los acontecimientos importantes, tomaron las fechas del calendario Ruso y no occidental, es decir febrero y no marzo.

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