Historia

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Por Adrián Laurel.

En los meses de mayo y junio de 1968, se orquestaron en todo el territorio francés y esencialmente en parís, una serie de manifestaciones y protestas, iniciadas principalmente por grupos de estudiantes universitarios, que tenían como objetivos una lucha franca contra las políticas de consumo, manejadas en la época, y reivindicaciones laborales del sector emergente universitario y por ende del proletariado francés.

Rebelión de la juventud

Las jornadas de lucha del Mayo Francés del 68: “Fue la respuesta de los estudiantes y trabajadores a un sistema cuyas contradicciones lo llevaron a una importante crisis luego de décadas de “desarrollo pacífico”. Los estudiantes ya no creían en su porvenir y se reconocían a sí mismos como futuros engranajes del capitalismo, previo proceso de selección, en un mecanismo productivo alienante. Las reivindicaciones planteadas implicaban necesariamente el cuestionamiento del poder, por lo tanto excedían el marco de la universidad burguesa y de las relaciones que son su esencia misma. Los obreros, por su parte, encontraron una situación en la cual sus demandas podían ser llevadas adelante ofensivamente.”(De la Rebelión Estudiantil a la Huelga General)

En la década de los 60, la administración de la V República francesa precedida por el capitán Charles De Gaulle, con una política externa muy sobrecargada y tumultuosa (inestabilidad en las relaciones con EUA y la independencia de Argelia en julio de 1962), pretendió pasar una reestructuración económica que menoscabaría a los trabajadores franceses. Sin embargo, como es constantemente evidenciado en los gobiernos de índole capitalista en el mundo occidental, solamente un sector muy delimitado de la población se vio objetivamente favorecida por las asignaciones económicas sustanciales derivadas del gobierno del capitán De Gaulle. La no inserción de los profesionales emergentes en puestos de trabajos, las altas tasas de desempleo y la inestabilidad laboral en el sector obrero, dieron lugar a una serie de acontecimientos y convulsiones sociales, produciendo huelgas de universitarios en todo el territorio galo.

Asimismo en el panorama internacional se van gestando condiciones propicias para que madurase el nivel de conciencia de los jóvenes: “El fenómeno de insubordinación fue directamente influenciado por procesos de lucha antiimperialistas como Vietnam, por revoluciones socialistas, como en Cuba, que dieron nacimiento a Estados Obreros originalmente deformados; por la revolución cultural china y el asesinato del Che en Bolivia; por procesos de cuestionamiento al estalinismo en los países del Este (…) La influencia era política e ideológica. Esto se concretizaba en la solidaridad activa de miles de estudiantes en Alemania, España y posteriormente en Francia hacia la lucha en Vietnam.” (Ídem)

Las jornadas revolucionarias

Cronológicamente los hechos más importantes se iniciaron cuando el viernes 3 de mayo de 1968 en la plaza de la histórica universidad de la Sorbona, se dieron cita un grupo de estudiantes de sociología, liderados por el activista estudiantil Daniel Cohn-Bendi para protestar contra del gobierno francés. A las 4 de la tarde de ese día, el recinto universitario fue ocupado totalmente por la policía, violando la autonomía y libertad de expresión de cualquier Alma Mater. Los jóvenes protestantes apresados y la universidad clausurada en sus funciones, fueron el resultado de aquella jornada. Como respuesta a lo anterior la Unión Nacional de Estudiantes (UNEF) y el Sindicato de Profesores (SNESUP) llamaron a una huelga en las que se exigía la liberación de los detenidos, la reapertura de la universidad y la eventual retirada de las fuerzas represoras del Estado, dichas peticiones fueron desestimadas por el gobierno.

El lunes 6 de mayo estudiantes de la Universidad de Nanterre, (involucrados en las primeras células de manifestantes a inicios de año), mientras se manifestaban por las calles de París y enérgicamente vitoreaban los canticos de la internacional fueron reprimidos brutalmente por la policía, respondiendo los protestantes con barricadas formadas por automóviles y bombas molotov para desorganizar a las contingencias policiales. Al final del día se pudieron contabilizar un número de 426 estudiantes detenidos y centenares de lesionados por ambos lados. Por la intensidad de la lucha se conoció esa fecha con el estruendoso nombre del lunes sangriento.

Al día siguiente la lucha se intensificó a grandes rasgos y por las calles de la V República francesa y su otrora pasado imperial, se ondeaban las banderas y slogans que hacían alusión a las exigencias planteadas por los jóvenes estudiantes en contra de la represión policial y reafirmando su oposición hacia la política del gobierno francés. Demostrando su fuerte convicción en la lucha por la reivindicación del sector obrero y la toma en cuenta en el escenario social de los estudiantes universitarios como potenciales prospectos a ser propulsores de una sociedad estancada en las directrices del capitalismo y el consumo conformista.

Huelga general y barricadas

El otro bastión de los intelectuales insurrectos, la universidad de la Nanterre, fue ocupada por la policía. A respuesta de esto se congregaron un total de 30, 000 estudiantes hacia la Sorbona. A propósito de esto, se encontraban un sin número de efectivos policiales por las calles para evitar la movilización y reprimir el levantamiento que se aproximaba como un vendaval a socavar la displicencia del gobierno francés. El comportamiento de la policía en esta ocasión fue mucho más brutal que en los choques anteriores, lo cual permitió que la sociedad francesa en general simpatizara con la causa de los manifestantes.

El Partido Socialista francés al lograr vislumbrar la magnitud de las protestas, tomó cartas en el asunto, para hacerse con el manejo dirigido de la insurrección, ya que muchos sindicatos de trabajadores se vieron inmiscuidos en los disturbios y familiarizaban por las causas que servían de carácter definitorio en las revueltas.

Para el lunes 13 de mayo fueron puestos en libertad los estudiantes. A pesar de esto, la población francesa ya se había caldeado y con la presencia ahora, de los sindicatos de trabajadores, se organizaron y movilizaron por las calles de parís 200.000 personas. Los obreros huelguistas y los estudiantes insurrectos al no encontrar presencia policiaca en las calles, identifican al gobierno francés como enemigo del pueblo y es en la Sorbona donde con slogans de reivindicación de la lucha y bajo la figura de Trostky ocupan la universidad bajo el lema de la lucha sigue y todo es posible.

Profesores universitarios en huelga, calles cerradas, centros de trabajo clausurados, trabajadores y estudiantes volcados a las calles exigiendo un gobierno para el pueblo. Marcaron la respuesta del gobierno francés cuando el jueves 30 de mayo apareció en televisión nacional el presidente de Gaulle , prometiendo estabilidad y seguridad aparente en las calles de Francia (en contra de las opiniones comunistas y anarquistas de los manifestantes) e incrementos del 35% en el salario mínimo industrial y del 12% de media para todos los trabajadores.

El stalinismo traicionó la lucha

La propuesta de referéndum establecida por los insurrectos no fue tomada en cuenta y se anticiparon elecciones gubernamentales a realizarse en los próximos 40 días. Para fines de junio: todas las manifestaciones callejeras fueron prohibidas, y el PCF (partido comunista francés) dejó de apoyar las protestas. A finales de mes se retomaron los institutos y se quitaron las banderas rojinegras de la Sorbona. En las elecciones, De Gaulle ganó con el 60% de los votos. (portaldsplanete.com)

La experiencia dejada por las manifestaciones antigubernamentales en Francia de mayo de 1968 permite visualizar, una vez más, las fallas y atropellos del sistema capitalista y sus consecuencias de facto en los sectores de la sociedad en general, independientemente de su carácter ideológico y su estatus intelectual. Tanto trabajadores y estudiantes se unieron en una causa activa para intentar modificar en pro del bien común la realidad circundante y disolver el papel de dirigencia de la clase burguesa sobre las grandes mayorías.

La experiencia dejo específicamente para la Francia del capitán de Gualle y la posterior consolidación de la V República, no un sentimiento de derrota o fracaso, sino que los universitarios y obreros también son participes de los cambios sociales. Demostrados en las mejoras salariales y de condiciones de trabajo, y aumento de influencia de los sindicatos de trabajadores en las decisiones laborales, así como incremento en las prestaciones sociales.

En el ámbito universitario paulatinamente los profesores y estudiantes fueron diluyendo su actuar inconformista ante las pocas reivindicaciones establecidas y se instauro de nuevo un sistema educativo en línea con el pensamiento gubernamental, post de Gaulle. Sin embargo la gesta del mayo de 1968, a pesar de sus errores, nos deja muy claro que si contamos con el impulso necesario podemos hacer temblar al monstruo del sistema gubernamental, y se necesita más que represión para hacernos callar, ya que casi 40 años después, todavía resuena el slogan de los manifestantes de la Sorbona, que rezaba contundentemente, bajo un afiche de Trotsky: todo es posible.

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