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La decisiva lucha de médicos y maestros en Honduras

En el último mes se ha producido en Honduras un refrescante ascenso de las luchas de los trabajadores públicos, especialmente de los sectores de salud y educación. El principal motivo de la rebelión médica y magisterial fue el intento del gobierno de Juan Orlando Hernández (JOH) de aprobar en el Congreso Nacional de Honduras un proyecto de Ley de reestructuración y reingeniería de la educación y la salud, que al final fue desechado por la resistencia de los gremios de salud y educación.

 

Este proyecto pretendía, con el pretexto de la modernización, reducir el gasto público en estos dos sectores, para crear condiciones favorables para la privatización parcial o total de ambos servicios públicos.

La derrota de la lucha popular contra el golpe de Estado del 2009, le permitió primero al gobierno de Porfirio Lobo y después al gobierno continuista de JOH, aplicar duros planes de ajuste en los sectores de salud y educación. Bajo los gobiernos nacionalistas de Lobo y JOH el magisterio perdieron sus principales conquistas: los concursos, la estabilidad laboral y la indexación salarial contemplada en El Estatuto del Docente. Desde entonces, el magisterio, otrora baluarte de las luchas populares, está con la bota en la nuca, hasta las recientes luchas que han revitalizados al magisterio.

Por su parte, los médicos y enfermeras de Honduras han venido librando duras peleas contra las calamitosas condiciones de los hospitales públicos. Hasta hace poco, las luchas parciales de los médicos, enfermeras y estudiantes de medicina, se librarán de manera separada, ante la desolación que ha causado el ajuste neoliberal.

Sin lugar a dudas, las luchas y movilizaciones del mes de mayo han posibilitado superar el estado de postración en que se encontraban los colegios magisteriales, y han dado nuevos aires a la lucha de médicos y enfermeras.

Una de las conquistas organizativas más importantes de las ultimas luchas es la conformación de la Plataforma por la defensa de la salud y la educación, que agrupa al Colegio Médico de Honduras (CMH), a los colegios magisteriales y que suma también a sectores estudiantiles y populares.

El gran desafío para el periodo inmediato es no solo lograr la derogación de los decretos ejecutivos PCM-026 y PCM-027, sino transformar la Plataforma en la base de una organización nacional de trabajadores y sectores populares.

Las condiciones de miseria y desempleo en Honduras son terribles. No es una casualidad que las masivas caravanas migrantes hacia Estados Unidos salgan de San Pedro Sula, Honduras. Recientemente, los diarios de ese país reflejaron el enorme endeudamiento de los asalariados con los bancos, a través de las tarjetas de crédito. La crisis capitalista es brutal, no solo se endeuda Honduras, sino que lo hacen también sus trabajadores. Como los aumentos de salarios son raquíticos o no existen, los trabajadores recurren cada vez más al crédito. El endeudamiento está llegando a niveles insostenibles.

Es un fenómeno masivo, que golpea incluso hasta los sectores que son considerados, por su nivel de consumo, dentro de la clase media, como son los médicos y en cierta medida una parte del magisterio.

La reciente rebelión de los gremios de salud y educación reflejan la desesperación de estos sectores de clase media baja, que luchan desesperadamente por conservar el empleo y mejorar sus niveles salariales, deteriorados por la crisis capitalista.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a los médicos, enfermeras, y maestros de Honduras, a mantener la unidad de los diferentes gremios, a desarrollar la democracia obrera mediante asambleas informativas y de toma de decisiones, nombrar sus delegados, salir a protestar a las calles, creando las condiciones para una Huelga General que sume más sectores a la lucha, y obligue a derogar los decretos ejecutivos PCM-026 y PCM-027.

En este camino se deben desarrollar todos los métodos de lucha: marchas, tomas temporales, tortuguismo, paros parciales hasta lograr que más sectores se incorporen a una gran Huelga General, como ocurrió en 1954. Estamos ante una lucha decisiva.  Tenemos que ganarla, no hay retroceso.

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