HONDURAS.- El temor de la oposición influyó en la no ratificación de la Policía Militar
Debido a los altos índices de criminalidad y violencia, que por cierto aumentaron de forma estrepitosa en los últimos gobiernos, durante la legislatura del actual Presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, se creó el decreto legislativo 283-2013 para organizar con miembros de las Fuerzas Armadas de Honduras la Policía Militar de Orden Público (PMOP), bajo el pretexto de contrarrestar la ola incontenible de violencia e inseguridad que azota a los hondureños. Este cuerpo élite, desde sus inicios ha contado con un enorme respaldo económico, dado que se le ha trasladado buena parte de los fondos provenientes de la Tasa de Seguridad y se le ha dotado de la infraestructura necesaria para realizar las tareas de lucha contra la delincuencia. Por otro lado, los miembros de esta fuerza tienen un mayor salario que un soldado y policía de escala básica.
Esta claro, que la PMOP no solamente tiene la finalidad de hacerle frente al crimen organizado, sino también respaldar y asegurar el sostenimiento del Estado. Como fuerza represiva se presenta como una institución necesaria para asegurar el estatus quo y lograr la perpetuación como clase dominante de los grupos élites y empresariales.
Parte del discurso del Presidente de JOH se fundamenta en la defensa apologética de la lucha contra la criminalidad y la delincuencia y por ello ha reiterado en múltiples ocasiones la necesidad de elevar a rango constitucional a la Policía Militar de Orden Público, para asegurar su permanencia como institución del Estado.
Es de hacer notar que uno de los estandartes y principales pilares del actual gobierno ante su necesidad de asegurar la continuidad presidencial, es la de evidenciar las distintas acciones y políticas en aras de combatir el flagelo de la violencia y de la criminalidad; sobre todo por la coyuntura política y económica donde los organismos internacionales de crédito presionan por no conceder aumentos a los trabajadores públicos, mantener y aumentar de forma periódica las altas tarifas de energía eléctrica y reducir el aparato estatal.
Desde las primeras semanas del presente año, en Honduras se venia gestando a través de millonarias campañas y diferentes programas de radio y televisión la intención del gobierno de elevar a rango constitucional la PMOP, situación que permitió influir en la opinión pública sobre la necesidad de asegurar la permanencia de dicha institución. Pero también, se escucharon las voces de la oposición, por cierto representadas por los nuevos partidos PAC y LIBRE, y desde luego el tradicional Partido Liberal.
Frente las experiencias anteriores, donde los diputados de la bancada del Partido Liberal en amplia alianza con el Partido Nacional votaban las iniciativas de Ley presentadas por el partido de gobierno y en ese momento amplia mayoría, existía la desconfianza que estos respaldarían el proyecto de los nacionalistas. No obstante, bajo el temor de seguir perdiendo su caudal electoral y continuar fortaleciendo el desprestigio político, por cierto acrecentado desde el golpe de Estado, los liberales se unieron a la voluntad de la bancada de LIBRE representada por su Ex correligionario José Manuel Zelaya Rosales y el presentador de Televisión Salvador Nasrralla, quien ha aprovechado muy bien el descrédito de ambos partidos dentro del PAC. Sin duda alguna, la unidad de estos sectores logró frenar las aspiraciones nacionalistas, sobre todo por el enorme temor de que Juan Orlando Hernández lograra consolidar su proyecto reeleccionista.
La aparente victoria se da en el marco de un enorme retroceso de los trabajadores y sectores populares y de un ataque continuo y permanente de las conquistas sociales, por tal razón no hay motivo alguno como para sentirse victoriosos, ya que no fue a partir de la movilización popular sino a través de los mecanismos del parlamentarismo burgués. Por tal razón, los trabajadores organizados debemos seguir peleando en aras de lograr un espacio de mejores oportunidades.