El ocaso de los gobiernos de “izquierda” y sus consecuencias en Centroamérica
Recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI), ese gran auditor de la economía capitalista, volvió a recortar la perspectiva de crecimiento económico de América Latina, y alertó sobre una nueva recesión económica mundial. Desde el estallido de la burbuja financiera en el 2008, la crisis se ha focalizado primero en Estados Unidos y después en Europa, con leves repercusiones en América Latina. El origen de esta excepción es que todavía tenemos el efecto benéfico de una década de boom exportador de materias primas, debido al alza en los precios internacionales de estas materias primas cuyo principal comprador ha sido China.
Este “boom” exportador fue la base material de los variopintos gobiernos populistas de ”izquierda” del Cono Sur: Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina y Uruguay. Irónicamente, al tener recursos extras, estos gobiernos pudieron manejar un estridente discurso anti neoliberal, disminuir la extrema pobreza con programas de asistencia social, garantizando al mismo tiempo una base electoral clientelar. La política general impulsada por el FMI y los organismos financieros internacionales, de subsidiar programas sociales a los sectores en extrema pobreza, ha funcionado en América Latina en la medida que han sobrado algunos recursos para comprar alimentos.
Pero los nubarrones en la economía mundial, comienzan a tener incidencia sobre estos gobiernos. Observamos una mayor crisis, aunque desigual, en los países del ALBA. Ecuador y Bolivia se sostienen a duras penas, pero Venezuela retrocede. La crisis económica en Venezuela no solo se debe a los garrafales errores del chavismo, sino a la caída de los precios del petróleo. Brasil también ha retrocedido, a eso se deben las protestas sociales contra el gobierno del PT y el crecimiento electoral de la derecha, que quedó reflejado en los apretados resultados de la segunda vuelta electoral el 26 de Octubre.
Este panorama de decadencia general influye en Centroamérica. . A la inversa de lo que ocurrió en América Latina, el surgimiento de gobiernos de “izquierda”, como el del FSLN y FMLN, y en menor medida el del PAC en Costa Rica, reflejan más bien la crisis económica y la desesperación de las masas, que los efectos benéficos del boom exportador de materias primas
Los gobiernos del FSLN y del FMLN comienzan a tener cada vez más, mayores problemas fiscales y financieros. Según los pronósticos del FMI, se acabó el periodo de “vacas gordas”, por así decirlo, y viene un periodo de mayor estancamiento económico, en la medida en que China crece menos y por lo tanto consume menos. Las economías de América Latina y Centroamérica están ahora muy vinculadas al mercado chino.
El FMI señaló que en América Central se proyecta un crecimiento de la actividad económica de alrededor del 3,5 %, similar al del año anterior, y consideró que el crecimiento continuará siendo débil en gran parte del Caribe.
Centroamérica es el eslabón más débil de América Latina. En este marco de crisis general, la situación tiende a empeorar en Centroamérica. Todos los gobiernos están aquejados por crisis fiscales, problemas para sostener el presupuesto, y crecientes demandas sociales. Si caer en el catastrofismo los socialistas centroamericanos llamamos a la izquierda, sindicatos y organismos campesinos, populares e indígenas, a debatir el asunto. Se avecinan momentos duros que requiere la unidad de los revolucionarios en Centroamérica