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Detengamos la mano criminal del imperialismo en Siria

Nuevamente el imperialismo norteamericano y europeo se preparan para atacar militarmente en Medio Oriente, en esta ocasión a Siria, país árabe estremecido por una revolución democrática iniciada en 2011 y que ha terminado en una sangrienta guerra civil que en un corto periodo ha dejado más de 100,000 muertos y más de 3 millones de refugiados en países vecinos como Turquía, Jordania e Irak.

 

Los inminentes ataques militares del imperialismo norteamericano y europeo pueden convertir la guerra civil siria en una guerra civil regional, en la que por lo menos estarán involucrados Turquía, Líbano, Irán e Israel.

Todas las contradicciones políticas, sociales y religiosas del Medio Oriente se concentran actualmente en la guerra civil siria.

Al comienzo de la guerra civil en Siria, el imperialismo norteamericano y europeo, estaban muy temerosos que se repitiera la experiencia de Libia, donde los bombardeos de la OTAN crearon un escudo protector y alentaron a las milicias populares a derrocar al gobierno de Gadafi. La desarticulación y desaparición del ejercito libio, creó una situación de caos revolucionario que todavía persiste en ese país, ya que el nuevo gobierno títere libio no controla vastas zonas que permanecen en manos de las diferentes milicias. La medicina salió peor que la enfermedad.

Por ello, la posición imperialista ha sido más cautelosa en Siria. Primero dejaron que el conflicto se prolongara, aplicando un boicot de armas a los grupos rebeldes, esperanzados que la presión diplomática lograra la renuncia de Bashar Al Assad y se iniciara así la transición pacífica y una reforma gradual y ordenada del régimen político. En esa perspectiva, Estados Unidos llegó a acuerdos preliminares con Rusia que se plasmaron en 2012 en el Plan de Paz de la ONU, impulsado por Kofi Anan, pero el proyecto de salida negociada fracasó porque el régimen dictatorial de Assad se negó a negociar con los rebeldes

En la sobrevivencia del régimen de Assad ha incidido de manera decisiva el apoyo militar de Rusia y China, imperialismos emergentes que se disputan aliados, mercados y zonas de influencia. Las recientes victorias militares del régimen de Assad obligaron al imperialismo norteamericano y europeo a modificar su actitud inicial. Se ha operado un giro y ahora necesitan intervenir en la guerra civil siria en un doble objetivo: en primer lugar para equilibrar las fuerzas militares en lucha, y en segundo lugar para aparecer como abanderados de la lucha por la democracia, garantizando un nexo político con la mayoría sunita de los países árabes.

Debido a la enorme resistencia de las masas de los países imperialistas, a nuevas aventuras militares como las de Irak y Afganistán, Estados Unidos y la Unión Europea han utilizado el dudoso argumento de la utilización de armas químicas por parte de Assad contra la población civil. Poco a poco Obama va juntando aliados para atacar militarmente al ejército sirio, lo que augura inminentes ataques en los próximos días o semanas.

Pero esta intervención militar directa no busca el derrocamiento de Assad (así lo ha dicho claramente Obama), ni el triunfo militar de los grupos rebeldes, tampoco la instauración de un gobierno democrático en Siria, sino la preservación de esa mortal maquinaria de guerra que es el ejército sirio, para imponer una negociación que termine con la guerra civil, liquidando a los grupos radicales que luchan por el triunfo militar de la revolución democrática. Está claro que el imperialismo mundial no quiere que se repita la experiencia de Libia, donde la dinámica de los acontecimientos desbordó los planes imperialistas.

Los socialistas centroamericanos llamamos a los trabajadores de Centroamérica y del mundo a movilizarse contra los inminentes a ataques militares contra Siria. También llamamos a apoyar material y militarmente a los grupos rebeldes, para que estos sean reconocidos como fuerzas beligerantes con derecho a recibir armas, municiones, medicinas y alimentos. El principal enemigo de los trabajadores sirios es el actual plan imperialista de imponer una negociación con la presión de los ataques militares, para lograr la sobrevivencia del régimen de Assad con algún maquillaje democrático.

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